jueves, 11 de agosto de 2022

PERSONAJE DE LA XX: OSCAR CANQUI GOMEZ

 

Personaje de la XX: Óscar Canqui Gómez

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José Luis Villavicencio XIX CMLP

Hablar de Oscar Canqui es hablar de calidad, entrega, pundonor, sencillez y humildad.
Desde que lo vi como un “perrito” flaco y con cara de susto participar en las Olimpiadas de 1963 sabía que era especial como persona.
A lo largo de estos 50 años con su querida XX, Óscar ha sido un importante eslabón en la cadena de éxitos y unión de su promoción.
Nos cruzamos muchas veces en el camino de la vida leonciopradina empeñados en jugarnos el partido fraternal entre nuestras promociones. Siempre preocupado por su unión y sus éxitos. En estas líneas va mi sincero reconocimiento a su silenciosa y tenaz gestión de integración. Siempre será un ganador en la vida

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Oscar nos cuenta: Nací en la Maternidad de Lima el 24 de julio de 1947. Mi padre Enrique Canqui Yacolca, ya fallecido, natural del distrito de Mito en el valle del Mantaro; mi madre Elena Gómez de Carpio de Arequipa; ambos huérfanos de pequeños, solo llegaron a estudiar el 1° y 2° de primaria, se conocieron en Lima, él trabajaba en la fábrica Record y ella en Confecciones Moll, donde los dueños eran alemanes y ocupaban una manzana entera en la calle Orbegoso en Breña, se casaron, y el matrimonio duró 55 años hasta que falleció mi padre. Soy el hijo mayor y después nacieron mis hermanas Rosa y Mary. Mi padre trabajó en la fábrica Record de ollas durante 22 años, desde sus inicios demostró ser muy laborioso y con ganas de aprender, el Gerente de planta el Sr. Moll lo tomó como su “hijo” y cuando llegó un chileno traído por los alemanes para que tome el cargo de soldador de aluminio, algo desconocido en el país, puso a mi padre como su ayudante. En una oportunidad el chileno había tomado demasiado licor y por su imprudencia fue arrollado por el tranvía en la Av. Brasil; los dueños le propusieron para que sea el reemplazante mientras buscaban un soldador, mi padre nunca había soldado, solo sabía cómo se hacía y, poco a poco, fue aprendiendo hasta llegar a ser indispensable en el cargo, tanto que reparaba piezas de aluminio de avión de la FAP que no podían reparar. En un aparte personal de la FAP le propusieron llevárselo con mejor sueldo, así que habló con el Sr. Moll y como respuesta le dijo que no se iba, que le doblaban el sueldo. Así fue como se quedó como el único soldador de aluminio de la fábrica.
Por entonces vivíamos en Surquillo y los domingos en la mañana iba a “cachuelear” a la fábrica Mundo, también de ollas de aluminio, a veces me llevaba para que sea su ayudante, bordeaba los 11 años. Era muy juguetón, con los amigos teníamos diversos juegos donde nosotros mismos los fabricábamos como el “cambucho” y los aviones de papel de tres tipos para volar, las cometas de cuatro tipos, las chapas de metal que lo hacíamos aplanar en las rieles del tranvía que pasaban por lo que hoy es la vía expresa, las bolas, el fulbito donde no era hábil pero siempre jugaba porque era el dueño de la pelota. Mi amigo Lucho que era cojo de una pierna, insistió en que aprendamos a caminar de manos, llegamos a aprender pero siempre Lucho nos ganaba.
No era bueno en muchas actividades pero en agilidad siempre destacaba, tal es así que era el mejor en trepar los árboles de la “Redonda” que es un parque de San Antonio.
Mi madre, siempre en casa, preparaba el desayuno, almuerzo, el lonche y en la noche la cena, que era sopa y segundo diferente al almuerzo. Cuando era verano nos llevaba todos los días a mi hermana Rosa y a mí a la playa Agua Dulce donde me enseñó a nadar.
Cuando nos mudamos a San Martín de Porres, a una casa propia, ella criaba cuyes, gallinas y pavos, bordaba colchas, cubrecamas, almohadones, servilletas de tela, etc. En su vieja máquina de coser Singer hacía fustanes, camisetas, sábanas, etc. Como no había agua en ninguna casa, traíamos agua en dos latas con un palo sobre el hombro y como los lugareños caminaban sin zapato entre las piedras, pues me quitaba los zapatos para adecuarme a la costumbre.

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Tres grandes leonciopradinos reconocidos por sus meritos 

En esas líneas podemos sentir su nobleza de espíritu y su sencillez de una infancia vivida sin holguras pero con gran unión familiar. Cuando nos referimos a nuestro Colegio Militar Leoncio Prado, se le ilumina el rostro y nos cuenta:

“Estaba en el 2° año de secundaria en la GUE Ricardo Bentín del Rímac con notas medianas, era asiduo a deleitarme en la tribuna de la cancha de fulbito los partidos diarios donde era sobresaliente un morenito que hacía malabares con la pelota, después me enteré de su nombre: Teófilo Cubillas. También, a la hora de ingresar en la tarde, veía salir de clases a los de la mañana y entre la muchedumbre destacaba un alumno muy alto y flaco, de más de 2,00 m de altura con su uniforme caqui, era nada menos que Raúl Duarte, que posteriormente fue un notable basquetbolista de la selección peruana que llegó a jugar en EUA.
Dos excadetes del CMLP fueron de salón en salón de todos los Segundo año de media para ofrecer los servicios de academia de preparación para presentarse al colegio militar. Uno de ellos nos hablaba de los uniformes; del rancho; de las fiestas; del cine de los viernes. En contraposición, el otro nos hablaba del régimen castrense, de los imaginarias y cuartelero, de los castigos para no salir los sábados, etc…
Yo soñaba con practicar el atletismo, en especial el salto alto y sabía de los antecedentes de Roberto Abugattás batiendo los records nacionales y sudamericanos y también que en el colegio militar enseñaba su entrenador el profesor Alfredo Montero, a quién consideraba el mejor entrenador de salto alto de Sudamérica.

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Hablé con mi padre para ir a la Academia que quedaba en la primera cuadra de la Av. Francisco Pizarro y aceptó que asista por los últimos meses del año después de salir del colegio y retornaba a casa a eso de las 9:00 pm. Nos enseñaban principalmente matemáticas y lenguaje, uno de los compañeros de la academia era Alan Limas, que después fuimos los únicos que ingresamos al CMLP.

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Compré el prospecto de ingreso y según los requisitos me preparé también físicamente, practiqué el salto alto en el patio de la casa con solo 3 pasos mejorando de 1.30m a 1.45m, caía sobre colchones viejos y ponía una pita gruesa, posteriormente mi padre me sorprendió con un par de parantes de aluminio que él había preparado con mariposas de ajuste para diferentes alturas y una varilla de tubo de fierro de ½” pintado de blanco y negro.

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Posteriormente me entero que mi padre había trabajado en el Estadio Nacional preparando y pintando la pista de atletismo, como también las correderas de saltos longitudinales y el de garrocha. Ahora me pregunto si tal vez mi afición al atletismo vino de los genes?
Al postular me fue fácil las matemáticas y el lenguaje, y sobre las pruebas atléticas, hasta ahora recuerdo, hice 13 barras (nunca más lo pude superar), en largo 4.80m, en 100m era lento, hice más o menos 13”0 y en el alto fui el mejor con 1.55m. El profesor Alfredo Montero vio la competencia pero no me dijo nada, en la entrevista con los oficiales del EP fue pésimo por mi timidez, pero con los puntajes obtenidos salí becado ocupando el puesto 69. Por eso, mi padre no pagaba las mensualidades, solo el ingreso por la vestimenta, los uniformes, zapatos, libros, cuadernos y otros.

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Una vez ingresado al CMLP y como todos los que soñamos con ingresar, Óscar se adapta rápidamente y nos relata lo siguiente: Ingresé a la 2da sección, todo era novedad pero me sentía bien porque todo estaba previsto y no nos faltaba casi nada, todo era por horario así que me adapté fácilmente, principalmente porque tenía la oportunidad de practicar el salto alto, además pruebas de lanzamientos porque habían los implementos como la bala, el disco y la jabalina, estaba encantado pero, claro, añoraba la familia.
Mis mejores amigos en el tercer año fueron Fernando Loayza, el más juguetón y alegre, estando en 5° cuando había teatro salía al estrado para bailar guarachas de la Sonora Matancera, y José Calderón Moncloa, bastante serio y pegado a las reglas, pero estando en 5° se le dio por cambiar: a propósito no se lustraba los botines y siempre le faltaba botones en la camisa. Cuando pasamos a 4° y 5° año seguimos frecuentándonos, Fernando siempre nos hablaba de ganar mucho dinero que lo consiguió al residir en Venezuela y llegar a ser el Sub-Gerente de un Banco, pero por problemas familiares muy fuertes retornó a Lima años después para no superarse a si mismo nunca más; José se graduó de médico cardiólogo, fue enviado a Tarapoto donde hasta ahora vive con su familia, ya no se acostumbra a Lima, pues si viene no ve las horas de retornar.

Como todos los “perros”, estaba ansioso por salir para el día de la madre a mediados de mayo, pero el problema era que todavía no estaban listos los uniformes de invierno, ahora me parece que fue porque hubo varias deserciones porque no se acostumbraban al régimen militar, así que salimos con el uniforme caqui y los botines.
La salida fue espectacular; todo era bello, las calles, los tranvías, las casas, las muchachas, la llegada a casa.Para entonces ya vivíamos en casa propia en San Martín de Porres y me parecía que era el único leonciopradino que vivía en este inmenso distrito. Posteriormente, ya en 5° año ubiqué a mi promocional Santiago Salgado, que vivía a unas 5 cuadras. Era una gran novedad el que llegase a casa, mi madre que nunca fue al colegio militar, creo por las costumbres antiguas, me atendió de lo mejor con mi comida favorita el cuy chactado.

En el cuarto y quinto año estuve en la 4° sección donde hice una buena amistad con Mario Becerra QEPD, era bastante maduro a pesar de ser menor, teníamos bastante plática. También tenía amistad con José Buenaño que ahora vive en Miami, pero no viene de visita al Perú.”
Referente a sus inicios como deportista nos cuenta: “Desde niño me gustaba mucho los juegos físicos, era alto, delgado y bastante ágil, quería practicar algún deporte en el cual pudiese rendir según mis cualidades.
Cuando estaba en el primer año de secundaria el profesor de Educación Física nos hizo probar un solo intento en dos pruebas de atletismo, una vez en el primer semestre (lanzamiento del disco) y otra en el segundo semestre (salto alto en poza de arena), en ambos pasé la marca mínima y no permitió hacer un segundo intento. Quedé solo con muchas ganas de continuar, y pensar que ahora los atletas cadetes tienen campeonatos internos en diversas pruebas y los mejores son seleccionados para competir con otros colegios.
Estando en el 3° año entrenaba por mi cuenta hasta que al segundo mes recién me llama el Profesor Montero y me dice que me tendrá entre sus alumnos, su modo de entrenar era sicológico, que debía entrenar pensando que podría llegar a ser campeón pero poco de técnica del salto que lo aprendí por mis propios medios. Ese año ya estaba dominando el 1.60m y en junio se efectúa un campeonato escolar del Callao en el estadio del CMLP, estuve esperando que me llamen para competir pero solo llamaron a Pedro Solís de la XVIII, el campeón con 1.70m y a Márquez de la XIX a quién le había ganado por intentos en 1.60m, el prof. Montero me dijo que lo había considerado a Márquez porque era de una promoción mayor, fue un trago amargo para mí que estaba preparado. El único de la XX que compitió fue Tobías Dunayevich en las pruebas de velocidad, era el segundo después del campeón Acevedo Hartley de la XVIII, quien tenía el Record Sudamericano escolar en los 110m con vallas. El seleccionado viajó a Arequipa a competir por el campeonato nacional escolar.
Estando en el 4to año ya saltaba 1.80m y para el Campeonato Nacional de atletismo juvenil el Prof. Montero no me dejó competir porque según su idea solo debía competir cuando esté seguro de campeonar. Viajó Ricardo Abugattás al Sudamericano Juvenil de Chile. Otra vez me quedé con las ganas de competir, solo lo hacía en las Olimpiadas Internas.
Estando en el 5to año ya dominaba el 1.85m y otras pruebas como son los lanzamientos del disco, jabalina y bala, así también el salto largo. Fuimos seleccionados para ir a las Primeras Olimpiadas entre colegios militares en la ciudad de Arequipa, estando en el último año ya estaba preparado para ser el mejor.
Fuimos como 60 leonciopradinos en las vacaciones de fiestas patrias en dos buses del colegio con oficiales del EP. Fue un campeonato inolvidable, recién me di cuenta de los interminables días de entrenamiento, logré ser campeón el primer día en el salto largo con 6.07m, por primera y única vez en mi vida que pasaba los 6.00m, claro que la altura favorece en esta prueba ya que hay menos atracción de la tierra y se puede “flotar” más en el aire.
Al segundo y tercer día quedé primero en bala de 12 libras con 11.69m, mejor era un lanzador japonés de la XXI promoción, no recuerdo su nombre, pero en cada lanzamiento se le iba el cuerpo y hacía nulo; también quedé 3° en disco con 34.00m, ganó un arequipeño con más de 35.00m, luego gané en el salto alto con 1.80m, que fue considerado la mejor marca técnica y en el lanzamiento de la jabalina, mi segunda prueba, quedé 2° con 37.50m, los jueces mistianos me invalidaron el mejor tiro con el que iba a quedar primero, no me dieron explicaciones. En la tribuna hubo mucha protesta pero igual siguió el campeonato, en el último intento puse mucha vehemencia y la jabalina clavó en el piso antes de tiempo..”

Oscar desde que salió del colegio ha sido un permanente baluarte deportivo y de integración de su promoción.
Sin embargo para el todo ello no es mucho y noblemente nos dice:“Estando en el CMLP nunca fui un líder, tampoco ahora, lo que hago es apoyar a la Directiva de la promoción  en la preparación del Directorio de la XX promoción, en la búsqueda de los correos electrónicos, (ahora tenemos alrededor de 260 correos que funcionan correctamente, en el cual he tomado muchas horas en contactarme con los excadetes de mi promoción, llamadas telefónicas, Internet, páginas blancas de Telefónica por Lima y provincias, páginas de búsqueda de EUA, etc.)
 Antes era tímido, no me atrevía a conversar con las personas, pero influyó mucho el ingresar a laborar en el año 2000 en la empresa canadiense Hydroquébec International Sucursal del Perú, donde recibimos bastante influencia de los canadienses en la forma de comportamiento, sobre los valores humanos, de respeto, alegría, comunicación, honradez, teníamos la oportunidad de hablar directamente con el Gerente cualquier tema.
Más adelante, otra influencia muy positiva fue el ser recibido por dos señores de muy alto nivel como son Kique Wong y Pedro Carranza para colaborar con la Gaceta Leonciopradina.
Como vuelvo a repetir, lo mío no es un liderazgo, sino es una forma de contribuir, en no dejar pasar las cosas sino actuar, en levantar el ánimo por ejemplo con una foto antigua en blanco y negro y pedir que identifiquen a los compañeros. Es increíble  cómo es que a la misma persona lo confunden con varios nombres. Actualmente sirvo de puente en ubicar a alguien de la promoción, también en ayudar a convocar para que sea más fácil y no queden las cosas en el aire.”

Oscar paralelamente a su afición deportiva y dirigencial ha laborado durante mucho tiempo en distintas partes de nuestro Perú. Nos cuenta al respecto:

“Estuve estudiando Ingeniería Pesquera en la Universidad del Callao pero lo dejé en el segundo año, porque me  dediqué a trabajar. Realmente, no soy de estar sentado en un pupitre escuchando las clases, podría decirse que soy autodidacta, estuve laborando 22 años en ElectroPerú en mantenimiento mecánico de equipos de alta tensión, pero siempre mi vocación era por las máquinas rotativas.
Hubo una ocasión en el que un especialista danés vino con los equipos que Electro Perú había comprado de prueba de mantenimiento predictivo Bruel&Kjaer: analizadores de vibración, de sonido, balanceo dinámico, etc. Fui el que más preguntó porque había tenido experiencia en grandes máquinas rotativas que de repente colapsaban, eso me intrigaba y tenía que haber un método para saber de antemano qué es lo que estaba pasando internamente. Por las preguntas que hacía el especialista me designó para que lo acompañase en un viaje a Iquitos para verificar qué pasaba con un grupo generador de turbina a vapor. Fue el inicio para que posteriormente sea el especialista de la empresa y viajara a todas las Centrales Eléctricas de Generación Eléctrica y, poco a poco, fui perfeccionando las predicciones, porque si no se tomaba las correcciones del caso pudieron haber fallas que hubieran ocasionado mucho costo en las máquinas generadoras. Fue una valiosa experiencia.
Posteriormente he incursionado en estudiar el Gas Natural de Camisea, por el cual he tenido contacto con personajes peruanos de este tema y he participado en diversos eventos en Lima como en Arequipa, en este último para direccionar las protestas porque en el Gobierno de Alejandro Toledo ya estaba por firmar el contrato con el gobierno de Chile para la venta de 30 millones de metros cúbicos diarios por medio de un gasoducto desde Pisco hasta Ocopilla, el Ministro chileno de Energía y Minas ya había preparado un contrato muy generoso para ellos en el que había multas fuertes en el caso paralización del envío de gas, pues soy un convencido que el gas natural debe ser utilizado principalmente por los peruanos, con las protestas en el Cusco y Arequipa; el presidente optó por no firmar el acuerdo.
Actualmente estoy en la empresa colombiana Red de Energía del Perú, que siempre está a la vanguardia en la transmisión de energía eléctrica en alta tensión y la primera en hacer una Subestación en 500 KV en el Perú, siempre están innovando y tienen la excelencia como premisa. Hace poco cumplí los 68 años de edad y pienso continuar hasta que legalmente es permitido laborar en el Perú, o sea hasta los 70 años.”  

Oscar habla con mucha emoción al tratar sobre sus logros deportivos en las que tuvo el honor de defender el corazón leoncioradino y nuestra bandera nacional. En su relato nuevamente aflora su nobleza al hablar con sencillez y exaltar a sus competidores.En muchas ocasiones llegaba desde Huancavelica u otro lugar para competir por su XX.
Estando en el 5to año entrené a conciencia, intervine en las pruebas selectivas para los Juegos Bolivarianos de Quito Ecuador, fui seleccionado con 1.90m, y viajamos a Quito en noviembre, nos alojamos en la ciudad universitaria de Quito, y en la competencia de salto alto el suelo era blando y en cada salto el piso se hundía, era muy perjudicial para los saltadores derechos, como soy zurdo, lo hacía por el otro lado y mis saltos siempre han sido de agilidad, de poca velocidad y poca fuerza, así que no producía hueco en el piso y podía saltar casi normalmente.

Hice mis saltos desde 1.70m hasta 1.90m sin botar la varilla y con eso estaba en el primer lugar, el venezolano salto 1.90m en el segundo intento y Roberto Abugattás en el tercer intento, el resto de saltadores habían quedado rezagados, entre ellos el peruano Ricardo Abugattás que saltó 1.85m.
La varilla fue subida a 1.95m y Roberto Abugattás, con su buena experiencia en mayores alturas logró pasarlo, fue el único y así salió campeón. Ha sido además 4 veces campeón bolivariano, que se realiza cada cuatro años, saquen la cuenta. Al retornar al colegio, llegué cuando se iniciaron los exámenes finales, todo el mundo estaba concentrado en estos exámenes.
El año 1966 viajé a Chile, Uruguay y Argentina, sin lograr buenos resultados.
El año 1967 viajé a Chile, quedando en 3er lugar porque no me acomodaba a la zona de carrera, con poco ángulo de ataque, muy en desacuerdo con mi forma de saltar. Otra vez quedé mal.

Entrené todo el año ya sea en el Estadio Nacional o en el colegio José Granda, subía el cerro La Regla y también entrenaba en bicicleta, estaba en mi mejor momento, hicimos las competencias de clasificación y viajamos con Roberto y Fernando. El favorito era Roberto porque en los Panamericanos de Canadá había quedado 3ro con 2.06m, estaba lesionado del tobillo pero de todas maneras viajó, Fernando había conseguido saltar 2.00m antes de viajar, también un mes antes vencí por primera y única vez en Lima a Roberto hice 1.95m y Roberto 1.90m, no estaba bien del tobillo. En el sudamericano de atletismo de mayores en Buenos Aires – Argentina los argentinos tenían antecedentes de 2.02m y 2.04m, y el tercero de ellos 1.95m.

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Eran favoritos para ganar estar prueba. El salto alto estaba programado para el primer día, había mucha lluvia y viento, en el Estadio Chacabuco habían instalado una pista de atletismo nueva y la zona de pique del salto alto era muy blanda, los saltadores de alto protestaron, que mejor era saltar en otro estadio donde la pista era de asfalto negro. Los jueces dijeron que no, que tenía que ser en Chacabuco y que se postergaba por 4 días, el único que no protestaba era Oscar Canqui porque era el único zurdo y su zona no se hundía porque su salto era bastante suave por así decirlo.
Llegó el día de la competencia, yo me sentía muy bien, todos los saltos hasta el 1.95m fueron al primer intento, Roberto Pozzi lo hizo al tercer intento, Roberto Abugattás al segundo intento, el resto no llegó a pasar esta altura, así que los jueces subieron la varilla a 2.00m, hacía tanto viento que dos jueces tenían que sujetar la varilla en ambos extremos y cuando el atleta hacía su salto, dejaban de sujetar la varilla, y se fijaban si el atleta pasaba la varilla. En un salto del atleta argentino Roberto Pozzi pasó la varilla rozándolo, los dos jueces dejan de sujetar la varilla y ésta cae, el juez encargado levanta la banderilla roja indicando salto nulo, era el tercer salto y Oscar era el triunfador del salto alto. Al día siguiente el diario El Clarín se preguntó: “¿La varilla cayó por el rozamiento del atleta o por el viento?”.
En el año 1969, después de dos años reaparezco, integro el equipo peruano para intervenir en el Campeonato Sudamericano de atletismo de Mayores en Quito – Ecuador, ganó la prueba Luis Arbulú (XXIV) quedé en 5to lugar con 1.95m, igual que el 2do, 3ro y 4to lugar.
Nuevamente reaparezco, por última vez, en el año 1973, ya casado, para intervenir en los Juegos Bolivarianos de Panamá con pista de tartán, primero quedó Roberto Abugattás con 2.06m, segundo Luis Arbulú con 2.04m, tercero un colombiano con 2.02m (Record Colombiano Absoluto) y cuarto Oscar Canqui con 2.00m (Record Personal).
 
De  mi familia, el único que aflora como deportista es mi nieto Fabio de 10 años de edad; a los 3 años manejaba con pericia la bicicleta de dos llantas, a los 7 era el mejor de su año en velocidad y salto alto, actualmente está entre los mejores en velocidad y el mejor en fulbito, es el goleador y el más veloz. Su papá -mi hijo Héctor-, desea que sea un buen futbolista y el abuelo Óscar que sea atleta. El tiempo lo dirá. Actualmente estudia en el colegio Juan XXIII de San Miguel.”


EJEMPLOS DE VIDA

Realmente ha sido una satisfacción enorme conocer y de sus propias palabras un poco más de su vida y de sus logros.
Este año en que su promoción cumple sus Bodas de Oro estoy seguro que Oscar dirá henchido de emoción: sigamos unidos que hay mucho más caminos que recorrer y mucho más varillas que pasar.
¡Gracias, hermano leonciopradino!
Pepelucho

(publicada en la GACETA LEONCIOPRADINA

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