VOLVER SIEMPRE A LOS AÑOS MARAVILLOSOS
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“Papá, te
acuestas temprano he…nada de computadora, el mismo médico te ha indicado que no
la uses todo el día”.
Lo de todos los días y noches, el amor de hijo exagerado me
digo, total levanto mis hombros y me hago al conejo, una vez que vuelven a sus
pisos y dormidos me entrego a mi pasión y los recuerdos vuelven a hacía mí.
Leo el WhatsApp y medito: ¿Nos hemos olvidado ya de aquellos
tres años tan hermosos de nuestras vidas? …NO, eso ni de a vainas, lo que
ocurre es que ya algunos somos unos viejos de miércoles y preferimos la
placidez del hogar o de ver algún buen programa de la tele. A mí también, pero
lo gozo en los momentos de familia y cuando se descuidan mis hijas… Jajajaja…
les saco la vuelta y repaso todo lo que concierne a mi querida Dieciséis. Uno
de mis hijos varones por lo bajo me trae dulces, empanadas, hasta anticuchos…y
le digo “Qué ya quieres que me vaya carajo” y el me responde “Viejo tú estás
más sano que un chibolo, mis hermanas exageran, cierra tu puerta y ya no
recibas a nadie y come tranquilo…pero…tampoco, tampoco, no te amanezcas
escribiendo.
Llegamos llenos de ilusiones, nos habían contado tantas cosas
del CMLP que las queríamos vivir, el lucir ese hermoso uniforme de cadete
leonciopradino lo anhelábamos más que nada, eran los tiempos en que quedaban
sin ingresar una gran cantidad de postulantes, éramos pues privilegiados los
que nos pasamos la edad, los que siempre teníamos suerte en los exámenes y
recibíamos preguntas que sí habíamos estudiado. Mi padre todavía no sabía de mi
postulación, sólo mi madre, menos mal que la enterarse mi abuelo contento sacó
de su banco – escondite en su casa hasta de monedas de oro – y cuando tuve mi
primera salida uniformado realizó una comida invitando a mi familia paterna que
se quedaron “picones” – clásico en familias de clase media - y mi padre sacando
pecho.
Estoy seguro que muchos de nosotros pasaron algo parecido
pudientes y no pudientes. La diferencia económica a pesar de estar todos
vestidos iguales se pudo conocer y mi experiencia, es que aprendimos a ser
solidarios, cada día fuimos adaptándonos a la vida militar y guardando todos
como tesoro en el corazón al hermano de promoción. La vida que compartimos nos
unió más y sólo el sueño de llegar en nuestro futuro hizo que nos alegráramos
de viajar algunos al extranjero y volver a nuestras vidas personales aquí en
nuestro país.
Nuestros hermosos recuerdos de soldados nos trae a la mente a
queridos promocionales que ya partieron al cielo y otros siguen escondidos por
esas cosas de la vida por diferentes países del mundo haciendo sus propias
vidas, pero cuando nos detectan con la modernidad inmediatamente buscan la
forma de contactarse e inclusive retornan al Perú en busca de su hermosa vida
de estudiante secundario y llegan a los reencuentros leonciopradinos, sagrada
actividad que confirma esa gran confraternidad que todos sentimos de verdad.
Durante esos tres años de convivencia gozamos de muchas alegrías
que nos dieron los deportistas e intelectuales, unos con las medallas de oro,
plata y bronce en los certámenes deportivos en que nos esforzábamos por ser los
primeros y otros a quienes siempre admirábamos por lucir sus cordones dorados
de honor.
Después de años gracias a hermanos con iniciativa y sobre todo
con ese amor fraterno que caracteriza a todo excadete del Leoncio Prado
supieron organizar y profundizar ese hermoso sentimiento, debemos estar siempre
agradecidos a Emilio Ponce y su Perlita donde dimos nuestros primeros
reencuentros, así como también a quienes como Jorge Villalobos quien organizaba agasajos a
nuestras figuras destacables como Alfredo Deza a quien se le invitó a un almuerzo de reconocimiento por su
campeonato sudamericano en 110 metros con vallas.
Existe un gran hermano por quien siempre estaremos agradecidos y
extrañarlo eternamente debido a ese hermoso sentimiento de amor fraterno sin
distinciones. Daniel Mojovich Cárdenas, siempre en nuestros corazones recordándole
como el personaje inolvidable que lo dio todo por su querida Decimosexta. Ese
bello sentimiento de querer estar siempre unidos recordando años inolvidables
de juventud en un gran colegio, que no sólo educa sino además hermana para
siempre a jóvenes de distinta raza y económica, de mundos distintos de donde
llegan a un CMLP que amamos eternamente.
Un adiós momentáneo vestidos de soldados le dimos a nuestra vida
militar y amado colegio, cuna de héroes y de grandes personalidades que dan
gloria a sus cuatro viejos muros que nos albergó durante tres maravillosos años
y que jamás dejarán de estar presentes en nuestras vidas. Todos iguales en
educación y felices partimos prometiendo volver en su momento, para revivir
años tan hermosos que jamás podremos olvidar.
Sí hermano del CMLP hemos vuelto, hemos abrazado nuevamente a
nuestro hermano con quien compartíamos el camarote, aula, comedor y de
formación. Con quien desfilábamos en la misma compañía demostrando al Perú, la
excelente formación militar y académica recibidas.
Nos extrañábamos, algo le faltaba
a nuestras vidas y gracias a los coordinadores cuyo sentimiento amical los
llevó a querer ser partes del gran reencuentro de una de las mejores
promociones egresadas del CMLP. Volvimos poco a poco a vernos en directo,
volvieron las chacotas, volvieron esos hermosos sentimientos de hermano a
hermano, profesionales con la seriedad que les da su carrera volvieron a ser
los mismos zambitos de la dieciséis y sobrenombres retornaron como si el tiempo
retrocediera y estuviéramos en las cuadras, formación, aulas y comedor. Pasaron
los años, pero jamás el sentimiento leonciopradino, la confraternidad que nos
une.
Paro de escribir en mi cuarto y
me digo “Viejo de miércoles, no puedes dejar que te gane el sentimiento y no
llores como un niño, no te has muerto todavía, tus amigos del alma te aguardan
cada reunión que se organiza, escapa, hazles el avión a tus hijas y huye…huye a
lo más hermoso de tu vida”.
Muchachos, no falten a las
reuniones en el Chifa de San Borja que se hacían todas las semanas, hoy es una
vez al mes. Vuelve a abrazar a tu hermano leonciopradino con quien tuviste la
más hermosa historia de juventud. Correspondamos al trabajo de quienes toman a
cargo la Junta Directiva, estar en ella no es un privilegio es un apostolado
para la continuación de nuestra hermosa hermandad. No les fallemos en sus
esfuerzos que entregan con ese sentimiento que nos une desde 1959.
¡Seguiremos brillando, siempre,
como azul hoguera!
Rodolfo Mendoza
XVI CMLP