sábado, 5 de octubre de 2019

DEBO TRAGARME ESAS PALABRAS


Por :
Cesar Hildebrabdt P.T



La semana pasada denuncié que la mafia había dado un golpe de Estado y que al presidente Vizcarra “le faltó pueblo, garra, cojones, brillos, asesores, planes y sinapsis” para evitarlo.

Hoy tengo que tragarme esas palabras. Nada me complace más que saborear esa deglución remordida y reconocer que Martín Vizcarra hizo esta semana lo único que cabía hacer ante la embestida del aprofujimorismo, esa alianza forajida que hizo del Congreso un muladar.

Vizcarra intentó, ingenuamente y hasta el último momento, negociar, conversar, llegar a acuerdos mínimos. Confió en Salvador del Solar y este trató de obtener una agenda mínima de consensos. Nada pudo lograr. Un partido que procede de saqueadores autoritarios, como es Fuerza Popular, y otro que proviene de los grandes asaltos a caudales públicos, como es el Apra, no eran interlocutores confiables. Y lo demostraron.

Cuando la Comisión de Venecia todavía estaba en Lima, vino la orden desde el penal de mujeres de Chorrillos: el proyecto de adelanto de elecciones debía encarpetarse ¡ya!

¿Pero eso no debía hacerse en un pleno? ¿Pero no debían antes esperar el informe de la mismísima Comisión de Venecia?

-¡Carajo! -dijeron desde la prisión. ¡Esas son formalidades que no deben tenerse en cuenta!

Entonces, Rosita Bartra encarpetó el proyecto, impidió que hablaran quienes se le oponían en la Comisión de Constitución y, en medio del escándalo, cerró el trámite en tiempo récord. El diario “Expreso”, vocero de la derecha más vieja y del fujimorismo de toda la vida, tituló, triunfante: “Jaque Mate: Congreso hizo la única jugada que le quedaba contra el Ejecutivo”.

Vizcarra había recibido el enésimo mensaje del poder aprofujimorista, ese dúo penitenciario que tomó el Congreso no para producir legislatura sino para demostrar poderío y soberbia y sabotear las reformas propuestas desde el Ejecutivo y la lucha contra la corrupción empeñada desde el Ministerio Público.

Total, habían echado a Kuczynski. ¿Qué se creía el mestizo y provinciano Vizcarra? ¿Que él podría salir del yugo? ¿Qué no pasaría por la sumisión, el agachamiento, que no pagaría el delito de estar en Palacio que debía ocupar la hija de quien pudrió el país? ¿Qué se creía el mestizo y provinciano Vizcarra? ¿Que él podría salir del yugo? ¿Que no pasaría por la sumisión, el agachamiento, que no pagaría el delito de estar en el Palacio que debió ocupar la hija de quien pudrió el país?

Hundido el proyecto del adelanto de elecciones, quedaba el siguiente paso del asalto final: el Tribunal Constitucional.

A Marianella Ledesma le ofrecieron quedarse si votaba por la libertad de Keiko. No aceptó. Había que sacarla. Había que expulsar también a Espinosa-Saldaña, otro réprobo. Por eso el apuro de infectar con su gente el TC.

No sólo era la libertad de Keiko la que estaba en juego. En nuestra pasada edición, Alonso Ramos describió por qué el TC era vital para el aprofujimorismo. Si Vizcarra se atrevía a cerrar el Congreso, lo primero que vendría –señalaba la premonitoria nota- sería una demanda competencial ante el TC, una apelación ante la OEA y una denuncia por delito de rebelión. Todo lo que el gamonal Olaechea, señor de sus viñedos, ha anunciado en estos días.

Volvamos al lunes histórico. El presidente de la república, convencido de que su destino era el basurero si asistía pasivamente al golpe de Estado metastásico impuesto desde una celda de Chorrillos, se jugó entero.

Y fue Salvador del Solar, que esta vez estuvo a la altura de las circunstancias, quien logró colarse en la sentina congresal para plantear, en los diez minutos que le cedió Gino Costa, la cuestión de confianza.

Para llegar a eso el primer ministro tuvo que aceptar la humillación de una puerta cerrada durante más de una hora, las advertencias de Olaechea, la zafiedad de la Chacón, las amenazas de la Alcorta en una escena sin precedentes y que, probablemente, no volveremos a ver jamás.

En fin, la cuestión de confianza estaba allí, dramáticamente formulada en menos de los diez minutos concedidos y a la espera de una respuesta.

Fue en ese momento que el fujimorismo cometió el peor error de su reciente historia.

Rosa María Palacios lo ha explicado para los profanos en derecho: “Discrepo con el presidente Vizcarra sobre una negativa exclusivamente fáctica de la cuestión de confianza. Esta también fue jurídica. Antes de poner al voto el nombramiento de Gonzalo Ortiz de Zevallos, el Congreso votó una cuestión previa. ¿De qué se trató? De decidir si el Congreso atendía la cuestión de confianza presentada por él presidente del Consejo de Ministros de forma inmediata (como fue solicitada) o si se rehusaba a atenderla y continuaba con el proceso de nombramiento de magistrados. La cuestión se puso al voto. Y 80 congresistas dijeron “no”.

Sus nombres quedaron en la pantalla. Fuerza Popular, sus aliados y la vicepresidenta se rehusaron a atenderla cuestión de confianza. Uso el verbo “rehusar” intencionalmente. No sólo porque eso es tácticamente lo que hicieron sino porque es el verbo exacto que usa la Constitución en el artículo 133 cuando dice: “si la confianza le es rehusada... se produce la crisis total del gabinete”. ¿Se votó o no se votó? Se votó. Y Salvador del Solar... perdió la votación y por mucho”.

Horas después, ante el aviso de que Vizcarra estaba dirigiéndose al país, el Congreso capturado por el crimen simuló una repentina aceptación de la cuestión de confianza con 50 votos a favor. Ya era tarde. Como dice Palacios: “La primera negativa era suficiente para que Salvador del Solar presentara su renuncia como le ordena la Constitución. Así lo hizo. El presidente Vizcarra solo tenía que decidir si usaba o no la facultad que le daba la Constitución en el artículo 134. La usó. ¿Cuál es el golpe de Estado si ellos mismos votaron para que cayera el gabinete Del Solar? La disolución del Congreso es la consecuencia directa del voto de más de 80 congresistas”.

-Es un golpe de Estado -dicen los que aplaudieron el auténtico golpe de Estado del 5 de abril de 1992 (la CONFIEP, la prensa que echa de menos a Fujimori, los “constitucionalistas” allegados a la mafia, los jurisperitos asustados por el “riesgo institucional”, los “analistas” que siempre demostraron ser benévolos con los desmanes del Congreso.

Por supuesto que lo que ha pasado no es un golpe de Estado. El verdadero golpe de Estado fue el que, tras perder las elecciones por un puñado de votos, decidió dar Keiko Fujimori el día en que anunció al país que, desde el Congreso, iba a cumplir con su programa de gobierno.

Y eso fue lo que hizo ante la debilidad culposa y trémula del señor Kuczynski. Y eso fue lo que quisieron hacer ahora. Lo que pasa es que Vizcarra no quiso pasar a la historia como un pobre diablo y dijo, a última hora, en los descuentos, ¡basta! No es que la disolución constitucional del Congreso sea una medida popular.

Eso, siendo importante, no basta. Es que se ha hecho respetando lo trazado por la Constitución. Vizcarra no ha querido ser aquel Belaunde Terry que fue devorado por el Congreso apro-odriista.

-Soy un demócrata-decía don Fernando, explicando así por qué no hacía uso del derecho constitucional que le hubiera permitido convocar nuevas elecciones parlamentarias ante la retahíla de censuras a ministros dictadas por la malhadada coalición de la derecha fisiocrática de aquel entonces. Todo eso terminó en un verdadero golpe de Estado, el de los militares reformistas que terminaron devolviéndole el poder, en 1980, a quien habían derrocado en 1968.Se trata de la primera disolución del Congreso no realizada por un gobierno de derechas sino por uno de centro. Siempre fueron los sectores conservadores los que irrumpieron en el hemiciclo y apresaron o exiliaron a quienes encarnaban alguna herejía popular.

Dicen los socios tácitos del fujimorismo que Vizcarra es un dictador. Se trataría de un dictador muy original. Uno que propuso recortarse el mandato, uno que convoca a elecciones legislativas para enero, uno que no podrá reelegirse, uno que permite que Pedro Olaechea lo insulte todos los días, uno que no espera nada de la prensa (y mucho menos de la tele, masivamente contaminada), uno que no envía recados al Tribunal Constitucional, uno que no ha tocado ni el Poder Judicial ni el Ministerio Público, uno que no dijo ni palabra cuando su vicepresidenta “juró” como presidenta de la república en el Congreso disuelto (cargo que mantuvo durante 20 horas y al que renunció despavorida).

La auténtica dictadura era la del Congreso. Y ese era un régimen dedicado a defender a las universidades de las fachadas falsas, a los congresistas delincuentes, a la industria de alimentos que se negaba a los octógonos, a los financistas encubiertos de los partidos políticos. Vivíamos la intolerancia procaz de un Congreso cuya Comisión de Ética se hacía de la vista gorda cuando de sus compinches anaranjados se trataba o de comisiones investigadoras que declararon la santidad de Alan García y Keiko Fujimori, sus dos implícitos patrones. Sufrimos el espectáculo de un Congreso en el que Becerril era una estrella de la oratoria y la señora Bartra una experta en derecho constitucional, cuando la realidad es que ambos eran títeres de quien padece prisión por haber entorpecido la justicia y ordenado amedrentar a testigos del lavado de dinero organizado por Fuerza Popular.

No nos hemos librado de esta gente. Pero, por lo menos, ya no están en el Congreso donde alguna vez, en años pasados, destacaron la política, la decencia y hasta el brillo intelectual. La mejor imagen de esa fauna congresal que hoy gimotea por lo perdido y sigue amenazando a quienes se lo arrebataron en nombre de la Constitución es la de la excongresista fujimorista Esther Saavedra. Será imborrable su grito: “Yo estoy aquí por mi plata”. Tiene razón. Por su plata estaba allí. Por lo menos fue sincera.

¿Qué debemos esperar ahora? Haría mal el presidente Vizcarra si cree que el país le ha dado un cheque

en blanco. Haría muy mal la izquierda si supone que es hora de patear tableros y plantear refundaciones.

La disolución legalista del Congreso obliga a Vizcarra a actuar con mucha cautela sobre tres puntos que bien podrían ser la agenda pos disolución. Quizá lo que la gente común espera es que el sistema de justicia siga funcionando y que la campaña contra la corrupción no se vea entorpecida. La consolidación de la reforma política y electoral -una que impida que 27% de los votos se convierta en el 65% de las sillas congresales- es otra tarea urgente que habrá que acometer en consonancia con los partidos que acepten integrarse al debate. Y el tercer punto es hacer ajustes en la economía, hasta hoy sometida al Vaticano liberal que encamaba el señor Oliva. Habrá que oír nuevas voces, propuestas razonables de otro linaje. El concepto del mercado arbitral debe salir ileso, pero la diversidad productiva, las tasas de interés y los programas sociales redefinidos no son incompatibles con el marco constitucional de 1993. Es hora de probar sin temeridades, de renovar sin miedo, de apostar también por la gente.

En cuanto a Olaechea y sus secuaces, que sigan su comedia. La verdad es que son involuntariamente cómicos.

jueves, 3 de octubre de 2019

NUESTRO CAMINO LEONCIOPRADINO





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NUESTRO CAMINO LEONCIOPRADINO












Por : Jose Luis a. Villavicencio A.







Miércoles, 4 de enero de 2012


Nuestro camino leonciopradino


Pensaba mucho en este 2012, un nuevo año, es decir uno más cuando casi todos los días de todos los años han sido buenos porque los hemos vivido intensamente. Pero el 2012 es distinto desde el saque. Es que hace 50 años (ufff un tantito nomas) nos conocimos los que de una u otra forma postulamos al CMLP; digo de una u otra forma porque muchos anhelábamos cumplir el sueño de pertenecer al glorioso Colegio Militar, otros sencillamente los metían a la fuerza Desde los primeros días de enero estábamos yendo y viniendo al colegio para cumplir con los programas de postulación.


Me parece una película  ver las caras de los adolescentes casi virginales entrando y saliendo con sus padres y algunos, los más grandes solos. Cuantos recuerdos agolpados en un instante. Uff¡¡¡es difícil de ordenar el tropel de emociones que se vienen. Solo este preámbulo para recordar que allí nació una hermandad indisoluble y que bien lo impuso un hermano hace tiempo: XIX POR SIEMPRE.


Cuando veo las fotos de aquellos tiempos me asombro porque éramos unos niños que de la noche a la mañana nos convertimos en hombres porque asumimos nuestra responsabilidad de crecer muy rápido en esos tres años. Veo a cada uno y me regocijo de haberlos conocido. Ustedes han sido siempre un gran soporte en mi vida y en este camino de tanto tiempo, que ahora parece un instante. Hemos convivido intensamente. Hemos crecido, madurado y nos hemos realizado como personas.

A estas alturas nos vamos a necesitar muchos más conforme vengan más años. Debemos estar preparados para ello y solo lo haremos siguiendo juntos, compartiendo nuestros momentos sean cuales fueren. Es la forma de seguir con energía y buena vibra.


Hace mucho tiempo escribí una crónica donde les daba las gracias por haberlos conocido y esta otra en la que, hasta donde mi memoria me alcanza, trate de rememorar lo vivido entre 1962 y 1964 mientras estuve en el glorioso Colegio Militar Leoncio Prado. 

Fue hace tiempo y lo transcribo tal como lo hice. Mejor porque así estamos todos completos


Un abrazo 

Pepelucho.



(De las memorias)

1.-LOS ORIGENES.

Para algunas personas es fácil indicar el lugar de nacimiento. Para otras, como yo, es difícil. Porque nacer no solo implica el lugar geográfico, sino todo lo que conlleva eso. Identidad con el pueblo, con su gente, con sus costumbres. Nací en Abancay debido a que mi padre, quien trabajó desde temprana edad en el Ministerio de Fomento y Obras Publicas, hoy Ministerio de Transportes, iniciándose en la carretera Olmos río marañón como portapliegos para ir ascendiendo con el consiguiente cambio de lugar de trabajo. Llega a Abancay en 1946, flaco esmirriado, gran jugador de fútbol, trompero, amiguero y “chupa caña”, es decir le gustaba tomar sus tragos y una cualidad inquebrantable: ser honesto. Ocupaba en sus inicios, el cargo de pagador, por lo que constantemente viajaba con dinero y valores. Sin embargo, nunca, desde que tengo uso de razón tuvo problemas. Más bien era sumamente exigente consigo mismo y con los demás. Podía estar con sus amigos hasta las siete de la mañana, pero a las ocho estaba en su escritorio trabajando. Que tal aguante. Conoció a mi madre, una bella rubicunda de 16 años, hija de un famoso ingeniero; Jorge Aranibar, constructor de carreteras y del puente “Kunyacc” sobre el río Apurímac: el que divide los Dpto. De Cuzco y Apurimac. Estudiaba en el colegio de monjas alemanas Santa Rosa, colegio pituquito de esa época. Por esas cosas de la vida, mi padre, joven de 20 años requería de un aval por que manejaba dinero y ahí nadie lo conocía. Sin embargo, la dueña de la pensión donde se hospedaba con dos paisanos chiclayanos, Carlos Novoa y Juan Carbonel, que a lo largo de la vida se harían inseparables y actuaban con un solo corazón, le agarró cariño a ese flaco al que llamaban de cariño “negrito”. (Allá en Abancay y por esos tiempos, era raro ver gente morena) y terminó garantizándolo. Esa señora fue la que los presentó y finalmente después de varias idas y vueltas se casan y son los padrinos la Sra. Blanca Ocampo de Torres (dueña de la pensión u hotel) y Alfredo Bragagnini quien se convertiría en un hermano mayor y al que acompañó hasta su ultimo día.



Esa fue mi partida, porque a lo largo de mi vida he transitado en distintas partes de mi Perú, en el Cuzco, dos veces y de donde tengo recuerdos y anécdotas de adolescente, en Ica, En Huancayo en donde me inicie en los estudios escolares, en Chiclayo de donde es mi padre y su familia, de donde también es mi hermano menor y Silvia mi esposa. Linda tierra a quien aprendí a querer por tanto cariño recibido..., en el Campamento el Milagro en Bagua, y finalmente en Lima. Estar en tantos lugares, conocer diferentes costumbres, personas, formas de vida lo hacen a uno algo distinto porque te identificas con varios lugares y no tienes preferencia. Estoy seguro que mis amigos, hijos de militares deben sentirse así: Que pertenecen a muchos sitios y a la vez a ninguno.

Fue en 1957, en un viaje que realizaba con mi madre .Nos dirigíamos a la ciudad de Huancayo en tren (el viaje duraba 12 horas pero era espectacular) en que por primera vez vi. A un cadete Leonciopradino. El estaba con su uniforme y se puso a ayudar a una señora campesina a subir unos bultos. No importó que estuviera con su uniforme y que pudiera ensuciarse. Más valioso fue la ayuda. Esa imagen me impresionó mucho .Cuando le pregunte a mí madre quien era; me contestó: un cadete del Colegio Militar Leoncio Prado. Esa imagen caló muy profundo en mi espíritu de niño. Tenía nueve años.

Años después, en 1961 cuando vivía en Chiclayo tierra de mi padre y casi a finales de año, escuche en los altoparlantes de un carro la propaganda de un show artístico – deportivo a cargo de cadetes del Colegio Militar Leoncio Prado. Ni corto ni perezoso, solicite mi propina, que no era mucha, para ir juntándola e ir a ver al espectáculo.

Llegó el gran día. El viejo coliseo de la Policía se encontraba lleno de almas juveniles que deseaban ver de cerca de los cadetes de aquel famoso y lejano Colegio Militar .El espectáculo se inició con un partido de básquet entre las selección del CMLP y de Los Aguiluchos, equipo campeón de Chiclayo. Obviamente gano el colegio y seguidamente empezó el show con la fabulosa orquesta. Fue lindo escuchar a la tan bien organizada y armoniosa orquesta con el profesor Julio Black al frente, el gran “cabezón “Paredes en el saxo y el gran trompetista Sáenz Jumbluht (cuando lo presentaron en el coliseo se escuchó “tremendo cocodrilo”). Ahí nos cruzamos con todos los chiclayanos que posteriormente ingresaron al Colegio Militar: Tito Arbulú, Calobeto Rivasplata, Chiqui Bazán, Cesar Sánchez, Lucho y Jorge Casinelli, Coco Escurra, Víctor Reaño, Fernando Fernández (XX) y muchos más hinchas de ese glorioso Colegio. Después de ello solo cabía una acción: buscar como ingresar al CMLP. 


2.- EL POSTULANTE.

Como ya lo había comentado, mi padre era un empleado público y a estas alturas (1961) ya había escalado posiciones y pronto lo cambiarían, nuevamente al Cuzco. En esos tiempos había capacidad de ahorro y dentro de una capacidad normal, en nuestra familia, felizmente nunca nos faltó nada gracias a que mis padres eran ahorrativos y ordenados en su economía. Sin embargo no podía darme el lujo de hacer gastar más de lo debido ya que mi familia la componíamos casi 11 personas porque vivian con nosotros una tía y sus hijos, aparte de mi abuela materna y de mis tres hermanos. Hablé con mi madre, quien siempre hacia lo posible para que nos sintiéramos bien. Siempre nos prodigó mucho afecto y ternura y me dijo que nos teníamos que ir al Cuzco y ello ocasionaría más gastos que no podíamos afrontar, sin embargo, hablaríamos con mi papá para saber su opinión y a que ese colegio era muy caro. 

En los estudios siempre fui un término medio. Ni muy cerrado a los libros ni muy flojo. Me defendía en los cursos de letras y química y difícilmente salía “jalado”. En el prospecto que ya había adquirido (hasta ahora no se cómo lo conseguí) indicaban que habían becas por el lugar de origen y que el becado estaba exonerado de pago. Ahí estaba la salida. Le dije a mi padre que si solo salía becado ingresaría al Colegio Militar. Y como Estábamos para irnos de Chiclayo aprovecharía para quedarme en Lima a postular y veríamos los resultados.

Así fue, aceptó con esa condición.

Llegué a Lima y me hospedé en la casa de mi “ padrino Alfredo 8 en realidad era el pata y padrino de mí padre tal como lo comenté líneas arriba) y su espesa mi “madrina” Eva mi apoderada. Esta familia que me acogió y de la cual guardó recuerdos muy preciados se convertiría en mi familia sustituta durante me permanencia en el Colegio Militar .La casa donde vivimos, años más tarde, quién lo diría, también fue el hogar con mi familia ya que me fue alquilada casi quince años mas tarde. Me puse más que a estudiar como loco, a leer los temas del prospecto y a conocer un poco la gran Lima. Un profesor me ayudó a estar al día en Matemáticas, que no era mi fuerte. Asimismo como en la casa tenía dos tíos súper atletas, me hacían esforzarme en lo físico a fin de ir alcanzando los niveles óptimos. En realidad era un pata ralito, que pesaba 45 kilos que no jugaba nada de nada, pero eso si tenía una garra escondida que me permitió afrontar situaciones que ni yo mismo pensaba que iba a superar.

El primer día de inscripción sentí como que entraba a un sueño, estaba viendo en vivo y en directo el colegio Militar con el que tanto soñé en los últimos años. Era una mañana de enero, muy temprano aun, cuando enrumbe al colegio, miraba las calles a través de las ventanas del ómnibus que tome para ir y solo pensaba en llegar al lugar. Conforme el vehículo fue desplazándose hacia la Perla, sentí el olor a mar y aunque todavía la neblina no se había disipado, se podía vislumbrar la Isla san Lorenzo y el mar más abajo. Que sensación tan extraña, mezcla de curiosidad, anhelo y en el fondo un ligero temor, pero eso si lo mas importante es que sentía que no podía fallar. . Cuando me baje en la puerta del Colegio en la Av. Costanera, que en esos días era aun transitable, todo me partió distinto. Veía como ingresaban los demás postulares con sus madres o padres y en todos veía esa misma mirada, de ilusión y sorpresa. Sentía que competía con muchos que seguro tenían las mismas ansias que yo. A lo largo del proceso de selección no vi. en ningún postulante que fuera a la fuerza, ósea obligado. Al contrario se notaba en sus rostros de niño-adolescente ansias, curiosidad y alegría. Todos de una manera u otra postulaban al mejor plantel de la Republica. Desde ya nos sentíamos orgullosos de ello. El solo pensar de pertenecer a sus aulas nos hacia diferentes. Es que cuando leíamos el prospecto nos sumergíamos en sus páginas y fotos y nos identificábamos con todo ello. Puedo decir esto porque a lo largo del camino en las innumerables conversaciones desde hace 40 años muchos sentían lo mismo. No era una fantasía individual.

Desde el primer momento se pudo distinguir que allí era la tierra de todos porque se veía, a través de la apariencia en el vestir y en la piel, las diferentes condiciones de los postulantes nos solo eran esas las diferencias sino en el físico. Había algunos muy pequeños, otros muy grandes. Desde ya a los últimos los miraba con respeto y me preguntaba como seria enfrentarme con alguno de ellos. Ya en el Colegio Nacional San José de Chiclayo, colegio nacional de donde provenía y donde estudie 4 y quinto de primaria y primero y segundo de secundaria tuve que enfrentarme a alumnos distintos a los que había conocido en el colegio salesianos de Huancayo, colegio religioso. Muchas veces había gente abusiva y prepotente que querían abusar de sus condiciones físicas. Si bien yo era tranquilo en apariencia, siempre tuve una fuerte energía interna que me hacia rebelarme a lo que consideraba injusto y deshonesto. Por esas características muchas veces me metí en problemas y me encontré solo por defender mis ideas y principios. Sin embargo ello marcó el camino de vida con astucia, mas quien con fuerza, pude compartir esos años sin menoscabo de mi integridad. Allí mandaban los capos y los peleadores, sin embrago la sutileza de la palabra y la franqueza me abrieron muchos caminos difíciles y salir airoso de ellos. 

Conforme fueron pasando las distintas pruebas, nos fuimos, pese a la competencia, integrando y haciendo amigos, algunos porque estudiaron juntos en el colegio de donde provenían, otros porque estaban en la misma academia y otros porque veníamos del mismo departamento. En mi caso pude hacerlo con distintos grupos ya que no solo paraba con los de Chiclayo, sino con los de Huancayo, Cuzco, Apurimac, Ica etc no necesariamente porque nos conocía sino por la simple coincidencia. Es grato recordar a estas alturas de la vida lo sencillos y amigables que fueron y son los de la colonia chiclayana. Tito, Calobeto, Cesar, Lucho, Jorge, Chiqui, el grandazo de Pepe Ubillus, Jorge Ezcurra (gran amigo y donde quiera que se encuentre no lo olvidamos principalmente por su gran calidad humana y de jugador de billas. Lo conocían como “La Araña”) Aun cuando no me conocían de mucho tiempo me brindaron su amistad y cariño sincero y que perdura por siempre.

Conforme fue avanzando el proceso se iban quedando en el caminos algunos y ya los grupos establecidos por lo que dije anteriormente se mostraban jubilosos cuando se aprobaba una prueba.

Era destacable haber visto postulantes con una tremenda capacidad deportiva en carreras, barras, natación, salto alto, largo quienes a lo largo de la estancia se destacarían por su capacidad atlética. Asimismo se podía ya identificar a los líderes, y a aquellos que hacían lo posible para sobresalir y avanzar por encima de otros.

Mientras duraba el proceso, me iba adaptando a la capital en el barrio de Lince, un lugar tranquilo lleno de parques y de chicas bonitas. Aunque no conocía a muchos, mi preocupación era el ingreso y por ello trataba de estar todo mi tiempo ocupado en los estudios, sin embargo no veía las horas de estar en el colegio. Poco a poco y casi sin darme cuenta el local del colegio se fue convirtiendo en una necesidad.

Obviamente como me encontraba sin mi familia quería estar más tiempo en el colegio y esperar los resultados.

Lógicamente los que fuimos pasando el examen médico, el físico llegamos a los exámenes escritos los que se desarrollaron en el comedor de cadetes. Recién ahí nos dimos cuenta de la enorme competencia. Porque el local estaba lleno. Cada uno en su carpeta se prestaba a dar de si todo su conocimiento en procura de tan ansiada vacante, fueron dos días de pruebas d: de ciencias y letras y el examen psicotécnico. Los que pasaban solo les faltaría la entrevista personal.

A los dos días se dieron los resultados y estaba entre los aprobados .Tenia una gran satisfacción pero también una gran preocupación porque mi puntaje no había sido tan alto estaba dentro de los ciento cincuenta y lógicamente ello me impediría ingresar becado. Comencé a leer como loco para la entrevista final que se llevaría a cabo en el Pabellón Central ante el Director y profesores.

Conforme se acercaban los días la tensión subía. En la casa donde me hospedaban mis “tíos” de cariño me motivaban indicándome que ya había ingresado y que no me preocupara.

Hasta que llegó el día final. Desde temprano y con nuestros ternos casi nuevos esperábamos que nos llame en uno a uno ingresábamos al pabellón, todo limpio, ordenado y me parecía un sueño ya que solo lo había visto en el prospecto. Felizmente había tenido en el tiempo en que viví en el Campamento El Milagro contacto con muchos oficiales así que fui tranquilo y sin mayo temor. Me preguntaron de todo y respondía con soltura. Principalmente cuando me preguntaron el motivo de querer ser cadete del CMLP. Ahí les narré la historia del tren lo cual les sorprendió mucho. Al salir sabía que había pasado la última tranquera.

Sin embargo la ilusión se borró al ver la lista de ingresados. Ocupe el puesto 122 y sin beca. Internamente sentí una desilusión conmigo mismo grande. Uno de mis mayores sueños se esfumó. Sabia lo mucho que mi padre trabajaba para mantener a su familia y no podía darme el, lujo de exigir más. Al inicio de ingreso se tenía que pagar una fuerte cantidad por concepto de indumentaria y alimentación. Le trasmití el mensaje a mi madre y le expliqué que no se preocupara que estuviera viajando para irme con ellos al Cuzco. Después de dos días en que ya había hecho todos los arreglos para viajar me contestó indicándome que no había problema se afrontarían los gastos. Si bien sentí una alegría inmensa, también sentí mucha obligación, preocupación y responsabilidad. No podía fallar. Esos gestos de apoyo y desprendimiento de mis padres no los olvidaría nunca. Calaron muy hondo en mi ya que no solo fue al inicio sino a los largo de tres a años en que mi madre hacia lo imposible para enviarme las propinas, felizmente no era muy exigente conmigo mismo por lo que siempre me alcanzaba. Ello me enseño que a los hijos, los padres damos hasta lo que no tenemos y solo por el amor a ellos.

 Después de la llamada de mi padre me sumí en un profundo silencio. Había pasado casi dos meses, de estar con mis amigos de barrio, del colegio nacional, en Chiclayo, mi familia estaba en el Cuzco y yo estaba hoy en otro mundo, Había realizado mi sueño de niño y ya era UN CADETE DEL COLEGIO MILITAR LEONCIO PRADO.

3.- EL INGRESO.


Después del papeleo de rigor, nos citaron para un 20 de Marzo a fin de cumplir con el periodo de adaptación y adoctrinamiento. Ese día nos hicimos presentes todos los que habíamos ingresado portando nuestro colchón y un maletín con artículos de aseo como únicos implementos. Era como si viniéramos a un nuevo mundo, así calatitos de espíritu porque entrábamos a nuevo esquema de vida. 

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CARNET DE SALAS REBATTA


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Carlos Rincón


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Gustavo Lavarello



Nos hicieron formar en el pabellón central por secciones y de allí al pabellón de dormitorios (ya al día siguiente les llamaríamos: cuadras). Nos asignaron a la octava sección, uf cuantos años de ese momento. No podría imaginar que esos 48 compañeros se convertirían en hermanos de toda la vida. 




Nos dieron los números que nos acompañarían los tres años. Ese número que fue referencia para las prendas de vestir también era en número de orden de cómo habías sido ordenado. Éramos 10 secciones .Las primeras estaban formadas por muchachos grandes, con cara de viejos. Habían algunos de menor estatura, pero supongo que por la edad estaban en esas secciones. Recuerdo que las tres primeras eran de ese estilo y a la que veíamos de lejos. Las ultimas secciones estaban formadas por casi niños en cuya mirada sin embargo brillaban el orgullo de estar adentro del plantel al igual que los de mayor talla. Con el tiempo, los “chatos” serian los mas verdes con los alumnos de menor grado. Quizás como una compensación psicológica.

 
Esa mañana nos enseñaron nuestros dormitorios que eran compartimientos amplios y largos. Cada sección tenía dos dormitorios o cuadras en el lenguaje militar y en cada uno entraban 12 camas de dos pisos. Ese iba a ser parte de nuestras vidas durante el presente año. Me tocó tener como compañero a Gustavo Yáñez, corpulento, parecía un luchador, con su cabeza muy redonda y sus lentes con cristal muy grueso. Hablaba muy bien el inglés y venia del Colegio Mariknoll de Lince. Por ello entablamos muy rápidamente una relación sana y amigable. (Con el transcurrir del tiempo ambos tendríamos el mismo apodo: cosas de la vida)  Nombraron al brigadier de la sección y recayó en quien había obtenido, dentro de la sección, las más altas notas en el examen de ingreso. Fue Pepe Merino, un flaquito muy blanco y de sonrisa sana. Con el devenir del tiempo sería uno de los grandes animadores de la promo. Era hijo de militar así que sabía manejarse bien en el segundo bimestre entró Julio Villanueva Lara, flaquito, que aun no había cambiado de voz por lo que cuando debía impartir las ordenes le salía una voz muy aguda y ya en la tarde de su primer día había perdido la voz por el esfuerzo. El dormía en el segundo piso del camarote que compartía con Manolo Vallejos ambos estaban al costado mío por lo que el compañerismo era mayor. En toda la historia del colegio Militar esas cercanías dieron origen a amistadas muy profundas y duraderas. Gustavo después de vivir varios años en EE.UU y juilarse allá regreso a vivir acá, Julio es un excelente profesional que ha puesto en alto en nombre de nuestra patria. Manolo después de un recorrido por varios países regresó después de muchos años y ejerce la docencia universitaria aparte de su pasión por la música. Pepe Merino es ingeniero y un alto profesional en Sistemas.


Toda sección tenia a un cadete de quinto año a su monitor, el era el responsable de nosotros en el aspecto militar. Nos toco a Jorge de la Quintana Miflín. Un atleta, levantador de pesas, que cada brazo era una pierna mía, por lo que había que andar con cuidado y seguir las reglas sin dudas ni murmuraciones. Asimismo, había un cadete monitor de compañía. En la nuestra estaba el “Papi” Marchena, carismático, alegre, jovial y también bien jod…Ingresó a la FAP y ya de alférez estando en Talara se estrelló en su auto falleciendo casi instantáneamente. Testigo de ello fue nuestro Jorge Bustamante Zavala, la flaca, hoy Crl. Retirado de la FAP de flaco ya no tiene nada pero sigue con la chispa y energía de siempre. Fue presidente de nuestra promoción por el periodo 2004.





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1962 Coco Seminario

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RAUL EDUARDO LARREA TOVAR

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LUCHO TOVAR

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Donde aplacábamos el hambre y salíamos corriendo



Ese primer día fue emocionante por cuanto nos iban enseñando el local con sus diferentes pabellones, lugares que serian testigos de nuestro andar y crecimiento, no solo físico sino de cómo los casi jóvenes que aprendieron a ser hombres antes de tiempo. Tuvimos nuestro primer almuerzo y en cada sorbo del refresco y cada cucharada de comida estábamos introduciendo el sabor al que debíamos acostumbrarnos, querámoslo o no para no perder las fuerzas y mantenernos con salud.

Pasamos por el Pabellón Central, la enfermería, las aulas, la biblioteca, la imprenta, los baños malacates. Hasta ahora no sé que significan más me recuerdan a los alicates como sinónimo de un miedo interno en el que te podían apretar los testículos), el estadio, la granja, los salones de los diferentes clubes, el auditórium, en el que el primer día me juré que pertenecería a la orquesta a como dé lugar y actuaría en su estrado, a la piscina en la que recién nos haríamos al agua a mediados de Abril en las clases de Educación física. Las aulas de tercer año se dictaban en la famosa “Siberia” que era un vetusto edificio casi derruido por el tiempo y la humedad. Según cuentan dejo de ser habitado porque se iba hundiendo. (Hasta ahora sobrevive sin hundirse y pese a los terremotos qué hubo encima en los años 1966-1970-1974)Se tejían muchas anécdotas acerca e esa edificación, lo que es cierto ahí iniciaríamos nuestros conocimientos de tercer año y de la vida en el Colegio.

Luego de ese periplo fuimos a nuestras cuadras a seguir el entrenamiento. La mía fue la octava que estaba en el segundo piso y en el medio, cuyas ventanas daban a las chacras de la Perla y a lo lejos se divisaba el Hospital del Empleado, al que cada vez que lo veía me recordaba que por allí vivía mi madrina y apoderada y me acercaba un poco a mis lejanos padres y hermanos quienes estaban en el Cusco. Cada cuadra o dormitorio albergaba a 24 cadetes ordenados en orden alfabético. Cada cuadra de nuestra sección tenía sus baños y sus duchas, lo cual era una ventaja por un lado porque podías asearte y hacer tus necesidades sin bajar al primer piso donde estaban los “malacates” comunitarios. Ya que al hacerlo así estabas expuesto a los consabidos castigos de los de cuarto y quinto y al final no ibas al baño, venías más sucio y más cansado Por otro lado, nuestra cuadra era un lugar donde podían hacernos los clásicos castigos físicos sin salir de la cuadra y en privado, lo cual ocurría muchas veces. Pero de todas maneras era positivo. Ese día nos enseñaron a tender las camas y arreglar el ropero bajo ciertas características y a fin de que todos estén igualitos. Nunca podré olvidar a Manolo Vallejos, que por esas cosas de la vida su colchón era más grande que el normal (creo que era de plaza y media) y cada vez que la tendía entraba en unos problemas porque todas las colchas y sábanas eran de una plaza. Así que tenia que hacer artificios para evitar los castigos. A eso de las 6 formamos para nuestra lista diaria y enrumbamos al patio central para ir a tomar nuestra cena. Aun estábamos solos porque los cadetes de cuarto y quinto no habían ingresado por lo que no teníamos la presión que poco a poco íbamos a sentir. Ingresamos al comedor en perfecto orden y nos sentamos teniendo como jefes de mesa a los monitores todos los mozos seguían perfectamente uniformados y cada uno de ellos atendía a tres mesas. Nunca olvidaré el olor a té con canela, único por el sabor y olor. Esa noche nos dieron nuevamente estofado de carne con sus pasas y un jugo que pareció néctar, sería por el hambre después de tantas marchas y carreras; pan y como postre: arroz zambito, otra delicia.

Era la primera noche que comíamos fuera de casa. Con tanta actividad no nos dimos cuenta que ya estábamos inmersos en la historia del Colegio Militar Leoncio Prado.

Seguidamente, regresamos a los dormitorios a seguir instrucciones y a seguir conociéndonos y a seguir impregnándonos del espíritu leonciopradino. Al ingresar al dormitorio y ponernos el pijama sentimos un olor característico: a ropa nueva, a tocuyo fresco. Es que era la primera vez que dormiríamos fuera de nuestras casas, en grupo y con otro espíritu. Era ingresar a un nuevo amanecer. Casi todos nos mirábamos cuando estábamos en fila esperando las últimas instrucciones cuadrados al costado de nuestro camarote, con los pijamas grandes, grandes para la mayoría y con los ojos de sorpresa e incredulidad. Se apagaron las luces y sonó el sonido del trompeta. Era el sonido del silencio, sonido mediante el cual estábamos listos para dormir. Al menos eso se suponía, sin embargo a lo largo del tercer año, ese sonido era el sinónimo de que teníamos visitas de cadetes de cuarto y quinto años a los que teníamos que seguir las ordenes que nos impartían.

Silencio total, los adolescentes tiernos entran a un sueño profundo. Algunos soñarían con sus enamoradas, con sus padres, amigos etc. Casi todos sabían que era el final de un nuevo día y el comienzo de su propia historia personal.









En la octava sección estuvimos:

Angeles Romero Tulio, Nacido el 17 de Diciembre de 1947, de padre Diputado, era de tez muy blanca, pequeño, muy inquieto  travieso y a la vez nervioso por naturaleza. Hablaba casi seseando, era uno de los pocos que llegaban los fines de semana con muchos chocolates finos y dinero para gastar más que la mayoría. Hoy es un profesional consultor en temas agrarios y reside en Tumbes.

Ahrens Arana Natalio, Nacido el 01 de Diciembre de 1947, fortachón, grueso, parecía un roble. Aprovechaba de su condición física para, sin ser abusivo, hacer que los más pequeños hagan sus caprichos. Tulio era su mascota, a punta de miedo hacia que hiciera sus turnos de imaginaria y cuartelero. Lamentablemente su condición física prevalecía. A lo largo de su vida ello lo convirtió en un líder. Hace poco volvimos  a encontrarlo y pese a sus limitaciones físicas mantiene una memoria intacta de lo que fue su paso por el Colegio Militar Leoncio Prado. Nos tomamos fotos y le obsequie la casaca de las bodas de Oro que nos regaló Pedro Caballero.

Altamirano del Pozo Juan, Nacido el 04 de Abril de 1948, de Apurímac, blanquiñoso, fuerte, empeñoso y estudioso. Muy tranquilo. Es Médico de profesión, y un destacado neurólogo Fue director del Hospital Santo Toribio de Mogrovejo. Aún continúa ejerciendo la medicina en su consulta privada en la clínica Americana donde atiene a los hermanos  leonciopradinos con mucho afecto. Asimismo, hace mucho tiempo también hace labor social ad honoren en varios centros de salud. También tiene la afición de hacer pisco y su destilería ha ganado premios importantes en Europa. Su marca es “La Casa de Piedra”. Casado con Carmencita y son padres de tres hijos y son abuelos de dos lindas criaturas. Siempre comparte su alegría. Gran hermano. Compartimos con Cesar Martínez muchas ocasiones de alegría y su partida fue muy dolorosa para ambos.

Aquino Meza Juan, Nacido el 05 de Abril de 1948, tranquilo, algo tímido pero sin exageración. No le gustaba hacer alarde de sus cosas y mas bien nos e hacia notar. Ingeniero pesquero. Era un próspero empresario dedicado a la importación de Carnes. Lamentablemente a raíz de una complicación de salud partió al batallón eterno el 27-09-2012


Baltazar Acuña Ladislao, Nacido el de 01 de Diciembre de 1947, en Apurímac, alegre, inquieto y perseverante. Se me perdió en el camino. Nunca más supe de él.


Barreda Salinas Juan Carlos, Nacido el 12 de Febrero de 1948, “osito”, llenito de carnes, sobrio, tranquilo pero firme en sus acciones. Fue integrante del Trío dinámico y amigo de siempre. Hemos mantenido contacto a lo largo el camino. Abogado de profesión, músico en sus años juveniles formó parte del famoso grupo de rock “Los Shains” y hasta ahora toca con esa agrupación y con otra habiendo incursionado en la música de Jazz y blues. Es un abuelo chocho y gran amigo. Casado con Fanny con quien tuvo tres hijos. Actualmente tiene tres nietos.

Casalino Montoya Luis, Nacido el 22 de Setiembre de 1947, en Arequipa, Acarí, grandote, maceta y algo burlón. Ese carácter lo conserva hasta ahora y con la experiencia de vida a enriquecido sus anécdotas. Es grato compartir momentos con el. Actualmente vive en Piura. Es Consultor en Seguros. En el 2004 me obsequio una piña de pura plata de tamaño natural. Es un gesto que jamás podre igualar ni olvidar. Aficionado a la caza y a la pesca. Siempre nos deleita con sus presas. Es muy grato compartir momentos con el porque nos contagia su alegría y buen don. Casado con Elenita .Tiene 3 hijos y 4 nietos. Es mi “dear” jajaja asi se comunica siempre conmigo.

Castro Barreda Ricardo, Nacido el 09 de Mayo de 1948, el famoso señor Cachencho. Siempre fue de buen diente por lo que era algo llenito y de ahí viene su apodo. Pícaro, risueño, de buen carácter y no se chupaba ante nadie pese a usar anteojos. Fue monitor de tercer año. De profesión Contador pero especializado en Auditoría Externa e Interna. Aún sigue haciendo consultoría contable. Casado con María Elena con quien tiene dos hermosas hijas profesionales. Seguimos manteniendo nuestra fraterna comunicación.

Casanova Marino Luis, Nacido el 05 de Mayo de 1948, recio, grande y duro, estudio ingeniería y después de un tiempo se fue a vivir a Santo Domingo donde radica su familia. Tuvimos la oportunidad de estar con el varias veces. Casado con Mariaelena .Tuvo cuatro hijos y 6 nietos. Ella nos tuvo al tanto de su enfermedad hasta el  final en que partió en el 2005.Ella mantiene contacto con nosotros.

Castañeda Ly Luis, Nacido el 18 de Octubre de 1948, palomilla, alegre pero algo picón. Fácilmente se molestaba pero al poco rato se le pasaba. Nunca más supe de él.



Falcone Vigna Enrique, Nacido el 06 de Enero de 1948, de descendencia italiana por lo que tenia facilidad para hilvanar frases en italiano. Juguetón, algo nervioso pero pura pilas. Es otro integrante del famoso Trío Dinámico. Atleta en todos los sentidos. Estudió en Italia Ingeniería Textil. Siempre gozamos de su alegría y chispa. Le gustaba el buen comer y el buen vino. Desde que le diagnosticaron su enfermedad y lo operaron vivió como si no tuviera nada. Se cuidaba pero sabía su tiempo. Un día antes de partir hablamos. Gran Tano su luz nos alumbra. Ahora una de sus hijas lo hizo abuelo. Ya me imagino el jaranón que ha hecho allá en la luz eterna. Acá Viví, sus dos hijas y su nieto saben que el siempre estará presente.

Fernández Carrera Francisco, Nacido el 12 de Enero de 1948, pintón, serio cuando lo batíamos por su pinta, sin embargo se defendía muy bien y no permitía que se le tomara el pelo. Estudió agronomía y ha hecho una gestión ejecutiva formidable en temas de Calidad. Siempre estamos en reuniones con la promo. Es un integrante de la maravillosa escolta Bodas de Oro donde se entregó con alma corazón y vida. El año pasado lo operaron del corazón y se encuentra muy bien. Casado con Mary y tienen cuatro hijos y un nieto ( hasta ahora)


García Sarmiento Jorge, de pequeño de estatura, alegre, juguetón y con mucha sensibilidad. Nunca podré olvidar que me invito un par de veces a su casa los días de salida. Hace unos  años me lo encontré en Miraflores y nos abrazamos mucho. Siempre lo recuerdo con mucho aprecio. Partió a la gloria el 22 de mayo de 1986.


Gil Ramírez Luis, Nacido el 25 de Agosto 1947, en Cajamarca,  chaposito, tranquilo pero cuando se le metía el “indio” no había como pararlo. Era famosa por sus “cachorritas”.




Gómez Montoya Carlos, Nacido el 19 de Noviembre de 1947, chiquito, picón .Gran futbolista y mejor amigo. Es uno de los amigos con el cual siempre he compartido alegrías y penares. Nuestro afecto es ilimitado tanto así que me aguanta que le diga “tambor” por su barriga de bombo. Hincha de Alianza igual que yo. Ex presidente de la promoción en la que realizó una excelente gestión. Era un hermano que lo daba todo sin escatimar esfuerzos. Fue y será un símbolo de la promoción. Nuestro querido tamborcito era jaranero y de buen diente. Su casa nos acogió para múltiples reuniones de confraternidad. Estuvo casi un año delicado pero con mucha fe en su recuperación. Con mucha pena lo despedimos el 22 de agosto del 2010. Ese año su querido hijo Beto a quien llevaba desde chiquito a los reencuentros y su querido padre desfilaron con nosotros. Con Carmencita tuvo dos hijos Malena y Beto quienes eran su adoración hasta que nacieron sus nietecitas que hoy ya son nuestras.  

González Costa Ricardo, Nacido el 30 de Octubre de 1947, el famoso cholito, como cariñosamente lo llama su familia. Nosotros lo llamamos el “negrito” Siempre fue un deportista corajudo y terco. Luchador contra viento y marea. Para el no hay nada imposible. Es uno de los pilares de la promo. Fue presidente para las Bodas de Plata donde cumplió un alto papel integrador. Muy estricto en sus quehaceres y no anda en medias tintas por ello es que a veces se nos pierde en el tiempo. Actualmente sigue participando en las Juegos Deportivos Leonciopradinos donde siempre es ganador de medallas de oro en poesía y narración del Certamen Cultural, y pese a algunas limitaciones físicas y falta de pelo participa en Bala, Salto alto, largo y pruebas de velocidad, defendiendo los colores de nuestra  promo. Es el único de que tuvo TRILLIZOS. Casado con Angélica Socorro “Help” y tiene 4 hijos y cinco nietos¡¡¡¡¡




Ahhhh¡¡¡¡ también fue integrante de las escoltas de Bodas de Plata y de las Bodas de Oro que es incomparable y pasó a la historia(eso pese a ser negrito y sordo)

Gushiken Gakiya Luis, de ascendencia japonesa, algo tímido pero juguetón solo se juntaba con su grupo. Tenía poco pelo y muy rebelde por lo que dormía con una media de nylon para que se le asiente. Ello era motivo de su fastidio ya que en las noches se la quitaban y a veces se la untaban de crema. Supe que en cuarto año ya no quiso regresar al colegio. Igualmente nunca supe más de él. 



Herrera Bonilla José, Nacido el 19 de Mayo de 1948, en Lima, flaquito el, tranquilo de apariencia pero se las ingeniaba para tomarle el pelo a los demás. Todo lo hacía silenciosamente. Agrónomo, con estudios en Alemania. Hasta hace unos diez años nos encontrábamos en los reencuentros .Ojala lo reencontremos algún día.

Huguet Cárdenas Andrés, Nacido el 28 de Abril de 1948, en Miraflores, cariñosamente lo llamábamos “cabezón”, empeñoso, disciplinado y vehemente en lograr sus objetivos. Estudió Agronomía y se dedicó a la exportación y a la industria chocolatera. Actualmente sigue laborando en la actividad agropecuaria. Estuvo con nosotros en nuestras Bodas de Oro.





 Jhon Yi Domingo. Nacido el 01 de Julio de 1947, en Ica, menudito, flaquito inquieto como una pulga. Sacaba de quicio a los más grandes por sus travesuras y palomilladas. Muy hábil intelectualmente. Tuvimos la suerte de verlo estos dos últimos años gracias a la gestión de Lucho Palacios Ochoa. Vive en USA y está casi igualito. 

Leo Ramírez Lorenzo, Nacido el 01 de Febrero de 1948, “Pirulo” el niño grande lo llamábamos por cuanto era corpulento pero muy sano y noble por lo que a veces parecía muy ingenuo. Su padre era militar y por lo cual era muy disciplinado. Nunca se enojaba y cumplía todas las ordenes sin reclamar. Súper resistente a los ejercicios físicos. Era uno de los pilares del equipo de natación. Fue militar y actualmente vive en Tacna. Lo hemos podido ver en de las reuniones que ha hecho nuestro hermano Marco Medina allá y me da gusto verlo bien. Se mantiene en contacto con la promo.

León García Luis Ricardo, Nacido el 21 de Noviembre de 1946, en Lima ingresó flaquito, muy alegre, estudioso y muy disciplinado sin dejar de ser algo eléctrico Militar. Fue Sub director del Colegio Militar en 1991 y 1992 y los ex cadetes lo recuerdan con mucho cariño por su temperamento y gran disciplina llegó al alto grado de General de Brigada. Casado con María Isabel y su familia la conforman sus cinco hijos y ocho nietos. Es uno de nuestros puntales en tiro con pistola.

Lecaros de Córdova Guido Fredy. Nacido el 16 de diciembre de 1947 en Sicuani, fortachón, resistente, era atleta y corría los 400 mts planos. Siempre fue correcto, muy responsable y respetuoso con sus amigos. Trabajó muchos años en el Ministerio de Trabajo jubilándose como funcionario de primer nivel. Lo volvimos a ver seguido hace unos cinco años y era infalible en los reencuentros con su filmadora. Hace un par de años estuvo delicado de salud pero siempre con ganas y energía para vivar por el equipo de sus amores. Casado con Juanita. Tiene tres hijos y tres nietos.

Márquez Fernández Gustavo, Nacido el 23 de Noviembre de 1947, moreno quimboso, juguetón y palomilla. Sé que está en los EE.UU desde hace mucho tiempo..

Merino Ponce de León José, Nacido el 28 de Mayo de 1948, del grupo de hijos de militares,  alegre, poeta y muy querendón. Siempre esta con la palabra justa. Es ingeniero de Sistemas y un experto en Informática. Actualmente es un constante paladín de la promo y de sus grupos. Es incansable escribidor. Físicamente aun entra en el uniforme de tercer año. Esta igualito. Casado con la bella y alegre Angelita con quien tiene dos hermosas hijas. Pepe nos deleita con su sapiencia .Actualmente tiene más de 5000 videos de cantantes de nuestra época con los que nos deleitamos en su casa. Ufff¡¡¡¡

Meza Gutiérrez Franklin, Nacido el 30 de Mayo de 1948, en Chimbote, flaquito, callado, pero cuando le entraba la chispa se reía con una ganas contenidas que contagiaba a todos. Economista especialista en tributación y con ganas de polemizar todo el tiempo. A veces se me cabrea pero siempre se mantiene comunicado. Actualmente ocupa un alto cargo financiero en la Región Lima.

Mimbela Bustamante Becque, Nacido el 02 de Diciembre de 1947, en Trujillo, flaco, ágil y atleta. Desde tercero fue arquero y requintaba cuando no lo ponían de titular. En quinto fue seleccionado titular. Siguió estudios en la Policía de Investigaciones llegando a ser capitán pero más pudo el futbol y la política. Ha sido alcalde varias veces de un distrito piurano. Sabemos de él pero no hemos tenido la suerte de abrazarlo físicamente. Estoy seguro que algún día tendremos esa oportunidad.


Miranda Alvhes Milho, Nacido el 11 de Mayo de 1948, en Trujillo y gran batallador. Casi siempre estaba en el ring, principalmente porque se picaba cuando se burlaban de el. Debía usar lentes gruesos y como era miope casi siempre lo fastidiaban pero el no se dejaba. Solo para ir al malacate se ponía sus lentes. Seria grato volver a estrecharlo en un fuerte abrazo.

Müller Bull Carlos, Nacido el 14 de Noviembre de 1947, e el Callao, bacán, palomilla, fresco y sobrado. Siempre estaba con su grupo y como era un poco alto lo veía de lejos. Sin embargo era la chispa para las bromas para todos. Tenía un apodo singular: “chupón”. Como dormía con el “ciego” lo agarraba de punto. Es decir cada broma que se hacían era formidable. Recuerdo que en una salida el flaco se limpió los zapatos con el cepillo de ropa de Miranda y obviamente lo ensució. Para mala suerte su kepí estaba medio manchadito y se le ocurrió, a pedido del flaco, pasarle el cepillo. Como no veía no se dio cuenta de lo que había hecho. Lógicamente lo regresaron castigado. El lunes temprano pudimos ver al chupón con la cara embetunada y el pelo blanco con Kolynos. Es decir era un toma y dale .Actualmente vive en Trujillo trabajando en negocios aduaneros.

Pereyra Zaldivar Hector, nacido el 27 de Junio de 1948,  muy menudo, desde el comienzo tuvo estragos en la salud por la humedad y por ello dormía muy abrigado. Sin embargo culminó los estudios. Tranquilo, sobrio, educado y reglamento. Siempre se caracterizó por su temperamento ya que nunca dejaba que lo arrinconen. Es médico pediatra (sin alusión a su contextura) con gran sentido social. Es uno de nuestros hermanos que siempre acude a nuestras reuniones. Casado con Mery, tiene 4 hijos (dos médicos) y tres nietecitos. Siempre es un gusto tenerlo cerca.

Pérez Soria, Jorge Enrique, flaquito, largo como una tripa. Usaba lentes verdes y siempre estaba de fiesta. Muy sociable y amiguero. Recuerdo que nos sacaba pica con la foto de su enamorada .Bellísima ella. Nunca más supe de él.



Rázuri Ramírez Ramón Ricardo, Nacido el 08 de Julio de 1948, El famoso ”triangulo” o R4. Delgadito y pequeño. Muy responsable, serio, estudioso. Era uno de los más bajitos. Actualmente es uno de los más altos. Ingeniero Agrónomo y especialista en comercio exterior de textiles. Lo vemos de vez en cuando y siempre sigue muy afectuoso y amable. Ahora prepara un cebiche uf¡¡¡. Casado con Edith con quien tiene dos hijos y cinco nietos. Fue el gran pianista de la XIX.

Ravines Ramírez Luis, Nacido el 25 de Octubre de 1947, pequeño de ojos muy limpios y mirada alegre. Era palomilla pero muy sano y gran amigo. Ingeniero agrónomo, ha recorrido casi todos los lugares difíciles de nuestra patria. A lo largo de los años siempre estuvo pendiente de las actividades de la promo. En enero del  Año 2006 se convirtió en bisabuelo a los 58 años de edad. Tiene tres hijos y varios nietos y un bisnieto. En el libro El primer eslabón de Oro de la I promoción mencionan a su padre diciendo que era un chiquito muy “movido” y que también fue abuelo muy joven. Es “herenciaravines”. Actualmente trabaja en USA y lamentablemente no pudo compartir nuestras bodas de oro.

Renzo Espinoza Luis, Nacido el 10 de Mayo de 1948, muy sociable, hacia amigos fácilmente aunque siempre se daba su lado. Playero. Siempre nos contaba anécdotas de sus fines de semana. Arquitecto, especialista en sanear inmuebles, Estuve viéndolo a menudo pero hace unos años en que solo hablamos en su cumple. Tiene dos hijos.

Rivera Novoa José, Nacido el 24 de Octubre de 1947, nuestro coloradito, camarón. Era uno de los el grupo de los militares. Serio, competitivo, amiguero y muy derecho. Siempre estuvo con su promoción e integró el grupo de trabajo para la celebración de las bodas e Plata, donde fue directivo y abanderado en la escolta. Pasamos lindos momentos con el y Patty su leal compañera con quien tuvo dos lindos hijos y Se nos fue trágicamente un 16 de Junio de 1993. Fue uno de los pilares de la XIX.

Romero Gonzales Alberto. Nacido el 30 de Mayo de 1048, Coloradito con su pelo de alambre como decía nuestro Tte. Valencia. Deportista .Integrante del equipo de remo. Ingeniero Mecánico electricista y Maestría en Administración. Era un especialista en gas. Ha sido presidente de la promoción y uno de los más destacados y comprometidos con la participación de la promoción en las olimpiadas. Con él nos quedábamos hasta las 2 de la mañana todos los martes. Lamentablemente el 26 de junio del 2004  se nos fue en pleno juego de basket. Nunca podremos olvidar ese día. Estuvo Casado con  Magda y son padres de dos hermosas damas y un hijo que es su clon. 


Sánchez Caballero Nicolás. Nacido el 29 de Octubre de 1946, En Huánuco, pequeño de estatura pero muy recio, no arrugaba ante nadie. Siempre estaba con la sonrisa pícara entre los labios. Es médico traumatólogo y tuve de abrazarlo en un reencuentro hace muchos años.

Santiváñez Marín Luis, Nacido el 21 de Febrero de 1948, mellizo y  famoso “pescadito” .Tenia un hermano gemelo en la promoción el “tramboyito” y por ello era blanco de los de los otros años. Pese a tener un hermano en quinto siempre se la agarraban con él. Nunca perdía la paciencia, siempre hacia las cosas con burla o sarcasmo. Fue uno de los que tuvo su primer hijo muy joven. Ya debe ser bisabuelo. Siempre mantenemos en contacto. Tiene una compañía de transportes de turismo. Casado con Alida y con tres hijos y tres nietos. Felizmente siempre sigue jovial y con salud.

Sasieta de la Cruz Pedro, Nacido el 26 de Setiembre de 1947, Risueño, jovial, alegre por naturaleza y cuando algo le salía mal hacia mohines con los labios y mejor lo veíamos de lejos. Construcción. Siempre cantaba “la cafetera”. Farmacéutico de profesión y ahora empresario de la construcción. Ahora lo vemos más seguido en nuestras reuniones promocionales. Casado con Violeta tienen dos hijos y ahora esta chochosísimo con su nietecito.

Solís Andrade Víctor, Nacido el 12 de Mayo de 1947, el popular vitito porque tenia, hasta ahora la tiene, una voz muy aguda como la del bebe que nunca creció. Palomilla, trampero, ponía chapas a todos, siempre andaba risueño y se burlaba hasta de los más grandes. Aun cuando lo castigaban salía airoso por su carácter. Vive en Chiclayo más de 30 años y es dueño de esa ciudad en donde todos lo conocen y lo quieren. Es un tipo fuera de serie. Es nuestro anfitrión cuando vamos al norte. Hace poco estuvo con nosotros en el “Lomito”

Tapia Castro Carlos, Nacido el 11 de Febrero de 1948, “el pensante” porque siempre filosofaba. Tranquilo, muy estudioso, trome en geometría. Estudió ingeniería. Nunca más lo ví.



Torres Dávila Santiago. Nacido el 17 de Mayo de 1949Chuiquito pero muy dinámico. Reglamento, afectuoso y muy amable. Siempre estaba en los puestos expectantes. Es Ingeniero y trabajo muchos años en Petroperú. Hace mucho que no puedo comunicarme con el. Ojala siempre este bien.

Vallejos Sologuren Manuel. Nacido el 01 de Noviembre de 1947, Nuestro querido “Loco”. De una creatividad actoral increíble Polifacético, estaba en todas las actividades culturales y artísticas. Fue el baterista de la orquesta. Animador de radio y de los bingos. Es uno de los históricos integrantes del trio dinámico. Amigo de siempre. Hoy es catedrático de varias universidades donde dicta curso de Post grado en las especialidades de finanzas y administración. Manolo es amigo incondicional. Noble y cariñoso. Hemos estado comunicados todo el tiempo. Casado con Elsita.

Villanueva Lara Julio. Nacido el 04 de Noviembre de 1947, Cadete de Honor. Fue nuestro brigadier a los 13 años. Flaquito con voz aun de niño tuvo la responsabilidad de comandar la famosa octava. Es un profesional destacado a nivel internacional. Tenemos la suerte de tenerlo siempre que viene a nuestro país. Muy alegre y afectuoso

Villavicencio Araníbar José Luis. Nacido el 20 de Abril de 1948 en Lima,  estudió en varios lugares del Perú y del Colegio San José de Chiclayo, fue al CMLP. Cuando ingresó salió de él pocas veces, la mayoría de los fines de semana permaneció voluntario debido a que sus padres vivían en provincias y se dedicaba a reemplazar sea a cuarteleros o imaginarias. Estudió Psicología en la U Ricardo Palma, especializándose en Gestión de RR.HH.

Desde que egresamos​ del colegio, Pepe ha hecho lo posible por mantener unida a la promoción  y de hecho lo ha conseguido, se le podría llamar “El hombre Orquesta”. Tal como él lo narra Lalo Colchado en 1963 le puso el apodo de Piña que lo marcó para siempre. Lo conocen en todos los ambientes leonciopradinos con ese apelativo y él lo  permitió   por su amor a la XIX.

Para las Bodas de Plata redactó el primer directorio,  un trabajo de investigación muy concienzudo, con datos de los 485 que conformamos la XIX Promoción que por periodos revisa y mantiene al día. Ha estado siempre presente con su máquina fotográfica tomando miles  de vistas y películas de cuanto acontecimiento se producía, distribuyendo fotos y CDS con su propio peculio.

 Mantiene  con sus artículos, la publicación virtual  “El Imaginaria”, donde redacta a su gusto,  no solo historia del Perú y la vida de nuestros hermanos, sino también cualquier tipo de acontecimiento haciéndolo un interesante medio de lectura.  Ha intervenido en los JDL en billas y billar, pero también en cuanta actividad ha podido, como 100 y 400 mts planos en atletismo sin ser atleta, cubriendo puestos, solo con el afán de ganar aunque sea un punto más para nuestra XIX.

 Ha sido Presidente 2012-2014 Bodas de Oro,  quien  orientado por el arduo trabajo, se dedicó con mucho  esmero y esfuerzo,  logrando el merecido éxito.  

 

Es sin duda alguna, el icono y pilar fundamental de nuestra Promoción íntegro, luchador, líder  y leal amigo, orgullo de la XIX y es conocido por su permanente gestión y presencia en cuanto evento leonciopradino se desarrolle,   Es casado con Silvia Bernal con quien tiene tres hijos todos profesionales exitosos.(gracias Ricardo González, Andrés Huguet  y Lucho León por estas líneas)

Yáñez Boluarte Gustavo. Nacido el 09 de Octubre de 1947, Grande, corpulento, parecía luchador de sumo por su corte y su mirada penetrante a través de sus lentes gruesos. No se amilanaba ante nada. Muchas veces nos defendió de algún abuso. Vivió muchos años en USA pero ya reside acá. Está casado con Miriam y tiene dos hijas.


Zúñiga Márquez Anselmo. Nacido el 23 de Mayo de 1948, Menudo, deportista, callado pero con gran voluntad para hacer las cosas aun difíciles. Era el último de la lista y muchas veces debía ser el primero en los pasos orales por lo que siempre estaba alerta. Ingeniero civil y hasta ahora integrante de nuestras selecciones de Fulbito.




Marcha por los alrededores del CMLP, Razuri, Rivera, Gonzales L, Gonzales. León. 





1993

Castro,Barreda,Merino,Falcone,Gonzalez,Gomez,Fernandez,Vallejos,Romero,JV


El Trio Dinámico




2016

http://www.youtube.com/watch?v=PazyjS_v-5w  La octava de los tres años


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Así se inició nuestra estadía en el colegio. Nuevamente en la mañana muy temprano cuando aun estábamos agarrando sueño después de todas las experiencias del primer día y primera noche en la que no faltaron el estar bajando y subiendo del camarote cada vez que ingresaba un cadete de quinto y al que se le debía seguir todas las ordenes que daba, desde cantarle el apellido aun sin saber quién era , o el competir con un compañero en trabalenguas, o en quien se cambiaba e uniforme en un minuto por lo que teníamos que cambiarnos todas las prendas con el consabido castigo físico a los últimos. En fin esas serán anécdotas que aun se siguen contando y no se olvidan a través de los años. Cuando estábamos en lo mejor del sueño una corneta nos hizo dar un salto tremendo. Era la “Diana” toque de corneta característico para levantarse. Casi sin quererlo comenzamos nuestra rutina diaria a una velocidad increíble. Tendíamos las camas, ordenábamos los roperos, nos aseábamos, cambiábamos y estábamos listos creo que en un minuto. Era increíble la velocidad en ese primer año todo era rápido. Levantarse, vestirse, movilizarse, estudiar, comer, ir al baño, asearse. Es por ello que nos acostumbramos a ser normalmente muy dinámicos. También había las excepciones y es por ello que muchos se fueron en el primer años por ese motivo.

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Cesar Villanueva Igreda, Guillermo Ruiz Rodríguez y Raúl Larrea Tovar


A mi me sucedió un hecho por lo que conocería otros ambientes en estos primeros días. No sé si por producto de dormir en una cama extraña o por la almohada grande amanecí con el cuello torcido hacia la derecha. Al toque y con mucho dolor el técnico monitor me derivo al SO Cadenillas, un maestro, quien presto me llevó a la enfermería y me puso en manos del famoso Dr. Santos, quien era un enfermero de buena talla, limpio y que era el “doctor”. El recetaba, atendía, operaba y a todos los mejoraba con un “antigripal”. Esa palabra se me iba a ser conocida y nunca más se me iba a olvidar: en el CMLP todo se curaba con el famoso antigripal. Desde el simple dolor de cabeza hasta las diarreas, pasando por las comezones y quemadas.

Apenas me vio el Dr. Ponce, menudito el, todo sabio en medicina general (hasta ahora no se en que universidad estudio para saber tanto y tan poco a la vez) me dijo que tenía tortícolis y debía internarme. Así que traje todo lo necesario y pase a la cama que me iba albergar en mis primeros quince días en el colegio. Estaba junto con otros de mi promoción y de las otras. Era una sala grande en el segundo piso de la imprenta (esa imprenta que figuraba en la última página de los libros que había estudiado en los diversos colegios de diferentes partes de nuestra patria que me toco conocer) que tenían solo camas y al costado, una mesita de noche. Primer amanecer y en la enfermería. Bueno a adaptarse me dije y comencé a conversar con los de mi promo.al que más recuerdo es a Bissetti, risueño, muy conversador y llegaba fácil a los de cuarto y quinto años. Aunque estos eran pocos los recordare siempre porque hacían entrar a los de sus años y nos sacaban la mugre. Allí me voltearon varias veces la cara sin importar si dolía o no. Estaba viviendo la leyenda del colegio militar.

Cada día era una monotonía sin fin; visitas del médico, los partes, los almuerzos y aguantar a las vacas y a los chivos. Sin embargo ahí fuimos haciendo amigos y sentir lo que es ser leonciopradino.

Después de varios baños de calor (parecía que ponían planchas) regresé a mi cuadra después de 15 días. Lógicamente la dinámica allí era otra. El estar en la enfermería me había relajado y perdido los encantos de los primeros días pero tuve que ponerme las pilas para asimilar todo lo que no había aprendido.

Cada dia al entrar a nuestras cuadras se sentía el olor a ropa nueva .Nuestras sábanas eran de tocuyo blanco y nuestras pijamas de celeste rayado. Asi como nuestras colchas amarillas. Esos primeros días son inolvidables

Los servicios que cumplíamos en el colegio era: Brigadier de Servicio, encargado de hacer formar a los Cadetes, cuando no estaba el “Monitor”, verificar los efectivos, que estén todos presentes y el motivo de los ausente, era en forma alfabética de la A a la Z,  Cuartelero, en cargado de abrir y cerrar las puertas de los dormitorios, verificando que nadie se quede dentro, en la semana que duraba su servicio, Imaginaria, encargado de velar el sueño de sus compañeros, durante su facción de dos horas, en turnos de 10 a 12 PM, de 12 a 02, de 02 a 04, de 04 a 06 AM, verificando que nadie este levantado, recibir a las rondas, levantando a los Cadetes al toque de Diana.


LOS MALACATES.

Extraño nombre para tan singular lugar. Era un lugar al costado de nuestro pabellón de dormitorios (cuadras) y es donde se ubicaban los urinarios y las duchas. Los baños no tenían puertas solo la silente taza de cemento .Eso forma parte de nuestra formación porque nunca antes uno había realizado sus necesidades fisiológicas al descubierto. Más aun a los de tercer año en ese lugar nos masacraban. Por ello algunos hermanos de promo manifestaban que no fueron al baño más de una semana por no tener que soportar los maltratos. Asimismo, las duchas eran unos tubos con agujeros para que salga el agua y estaban a lo largo del techo. Ahí todos entraban a bañarse. Se acabaron las individualidades. Allí nos mostrábamos con nuestras grandezas y pequeñeces. Esto nos permitió descubrirnos más entre nosotros y saber que estábamos unidos no solo en un solo corazón sino en una sola condición: ser perro.

NUESTROS MAESTROS


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Los primeros quince días fueron de adaptación al nuevo sistema de vida. Como quien dice “agarramos físico” para estar preparados para lo que venía: afrontar la convivencia con los de cuarto y los de quinto y empezar las clases.

Lo que siempre cautivó mi interés en el colegio fue el saber que cada profesor tenía un libro editado en la Imprenta. A lo largo de mis primeros años de estudiante donde me encontraba leía en la antepenúltima página “Impreso en la imprenta del colegio Militar Leoncio Prado” año 1965, etc., etc... Ello me indicaba el nivel de estudios que debían tener los alumnos de ese plantel. El primer día de clases nos tocó con un maestro de maestros Don Humberto Santillán Arista en la clase de Literatura. Solo al verlo pensé que estaba en una fantasía. Tantas veces leí sus libros en los años anteriores que me parecía mentira estar frente a él. Canoso, de andar pausado, serio, muy serio al comienzo pero con una chispa de picardía cuando comenzaba a fastidiar a alguno de los alumnos. Se puso a escribir lentamente y con buena letra en el pizarrón CMLP al lado izquierdo, Literatura al centro, octava sección al lado derecho y comenzaba la clase.

Así fue que en el primer día nos íbamos deslumbrados con la sabiduría de los que iban a ser personajes importantes en nuestra formación académica y de vida. Sino recordemos a nuestros maestros:

Teodoro Casana, maestro de Historia de los Límites cuyo prestigio internacional estaba ampliamente demostrado, Hernán Busse de la Guerra, historiador, crítico y recontra exigente. Con el no se podía ni siquiera pestañear. Sus clases eran unas películas verbales. Que dicción, qué memoria, que prosa. En los exámenes se entraba sin nada y solo levantabas la cabeza cuando debías entregar la prueba

Alcides Carreño, compositor musical de amplia trayectoria y que nos enseñaba música práctica en los clubes. Luis Monteagudo, de Castellano escritor, Lucho Monje, Carlos Miranda en matemáticas, Roberto Sara Laffosse en física. En Educación física teníamos a campeones como Sergio Siguioo, Carlos Montero, Roberto Drago etc. Con ellos comprobamos que tener maestros así era uno de los orgullos del plantel.


En la banda tuve en Julio Blaks a un amigo y maestro, con quien a través de la banda y la orquesta cumplí la satisfacción de tocar. Nunca me olvidaré de esas experiencias pasadas bajo su batuta. Con el estando en quinto año ganamos el Primer concurso Inter escolar de Música.

Asimismo, tuvimos maestros en nuestra vida diaria. Hombres sencillos, humildes y forjados por la dureza de los años en el ejercito pero que tenían vocación de maestros. No todos eran así pero nunca podré olvidarlos porque en mi soledad afectiva en algún momento me sentí protegido por su calor de padre. Quien podría olvidar a nuestro querido Papaíto, protector, maestro, quien nos daba ejemplo de tener resistencia física. Tendría unos 50 años pero corría más que nosotros, se daba volantines, se paraba de cabeza y caminaba sobre sus manos. El era el parachoques cuando los de años supriores nos acosaban.

Nuestro SO Abelardo Solís, el popular Gallo ronco por su voz ronquita, quien con energía se hacía respetar de los más grandes. El en la quietud de su detall me daba mis encomiendas que llegaban del Cuzco donde están mis padres y recibía con anhelo las cartas de mi madre y sentirme feliz de saber cómo estaba mi familia. El era el portador de esas nuevas que llenaban mis vacíos de adolescente solitario. Es por ello que siempre lo guardo en mi memoria con profundo respeto. Cómo no recordar al SO Ramón Noriega “Rosita”, chapuzón de ojos verdes a quien en silencio lo imaginábamos en las más absurdas fantasías. Se quedó para siempre la frase del loco Felix  Fernández cuando imitándolo decía “Tiravanti: al detall”.(Quique Falcone cuando cantaba siempre hacía referencia a esa frase) A nuestro querido Julio Castillo “chatarra”, a Enrique Araujo “huevo frito” quien tenía un Cadillac del 50, grandazo y con el que se le gastaban bromas. Conocedor del alma juvenil muchas veces seguía la corriente hasta hacernos caer y canjear la papeleta que nos privaba de una salida con una tanda de ejercicios en la que se regocijaba de burla. Nuestro oficial de compañía era el Teniente Danilo Valencia, medio gordito, chaposo y con una experiencia de vida importante. A él no se la podíamos hacer. Estaba en todas. Jocoso, muy enérgico y tozudo. Nos sacaba la mugre en las clases de premilitar y con su frase de antología “…cuando el FAL se dispara muy seguido parece la p…de un burro después de un polvo...” ejemplo que valía por más de mil palabras. Era a veces odiado. Sin embargo hoy al voltear atrás no damos cuenta que de cada uno de los maestros que tuvimos cerca aprendimos lo suficiente para forjarnos y enfrentar la vida y de los que más nos exigieron es de quien mejor recuerdo guardamos. Agradezco a la vida haber tenido gente tan simple y a la vez tan rica en emociones y experiencia de las cuales aprendí.


Al inicio de año, con nosotros ingresó el Coronel Director Armando Artola Azcarate, 

(mas adelante durante el gobierno militar fue Ministro del Interior) pequeño de estatura, calvo de rostro impenetrable y mirada dura. Nos formó a los tres años en una sola hilera y a cada uno nos preguntaba nuestras aficiones. Nos tuvo cuadrados toda la tarde y quería conocernos así. Con su dirección, el colegio sufrió un cambio brusco. Antes de el Los cadetes de cuarto y quinto hacían lo que querían con los “Perritos”. Eran los dueños de sus vidas, por así decirlo, Ellos seguían la tradición de los bautizos, los castigos y demás fabulas que se tejían a lo largo de la historia del colegio. Sin embargo el coronel Artola frenó todo ello. Los de cuarto parecían jaurías embozadas en caza de sus víctimas. Pero las órdenes estaban dadas: nada de abusos y discriminaciones. Los de quinto seguían siendo dueños de todo pero no abusaban. Los que más sintieron el cambio eran los de cuarto en 1962 el coronel despidió a mas de cien en total. Impuso una disciplina férrea. Es por ello quizá que no sentimos tanto estrago. Sin embargo los castigos físicos estaban a la orden del día. Inicialmente no hacia ni 10 planchas (lagartijas). Después era todo un experto No Salí con los brazos de Popeye pero estaba agilito.

NUESTRA PRIMERA SALIDA.

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Así se inició nuestra estadía en el colegio. Nuevamente en la mañana muy temprano cuando aun estábamos agarrando sueño después de todas las experiencias del primer día y primera noche en la que no faltaron el estar bajando y subiendo del camarote cada vez que ingresaba un cadete de quinto y al que se le debía seguir todas las ordenes que daba, desde cantarle el apellido aun sin saber quién era , o el competir con un compañero en trabalenguas, o en quien se cambiaba el uniforme en un minuto por lo que teníamos y a veces debíamos de cambiarnos todas las prendas con el consabido castigo físico a los últimos. En fin esas serán anécdotas que aun se siguen contando y no se olvidan a través de los años. Cuando estábamos en lo mejor del sueño una corneta nos hizo dar un salto tremendo. Era la “Diana” toque de corneta característico para levantarse. Casi sin quererlo comenzamos nuestra rutina diaria a una velocidad increíble. Tendíamos las camas, ordenábamos los roperos, nos aseábamos, cambiábamos y estábamos listos creo que en un minuto. Era increíble la velocidad en ese primer año, todo era rápido. Levantarse, vestirse, movilizarse, estudiar, comer, ir al baño, asearse. Es por ello que nos acostumbramos a ser normalmente muy dinámicos. También había las excepciones y es por ello que muchos se fueron en el primer año.

A mi me sucedió un hecho por lo que conocería otros ambientes en estos primeros días. No se si por producto de dormir en una cama extraña o por la almohada grande amanecí con el cuello torcido hacia la derecha. Al toque y con mucho dolor el técnico monitor De LA Quintana (+) me derivo al Suboficial Cadenillas, un maestro a quien siempre recuerdo porque me apoyó mucho en mis soledades en los inicios. El me daba las cartas de mi madre y sus encomiendas. El me llevó a la enfermería y me puso en manos del famoso Dr. Santos, quien era un enfermero de buena talla, limpio y que era el “doctor”. El recetaba, atendía, operaba y a todos los mejoraba con un “antigripal”. Esa palabra  nunca más se me iba a olvidar: en el CMLP todo se curaba con el famoso antigripal. Desde el simple dolor de cabeza hasta las diarreas, pasando por las comezones y quemadas.

Los servicios que cumplíamos en el colegio era: Brigadier de Servicio, encargado de hacer formar a los Cadetes, cuando no estaba el “Monitor”, verificar los efectivos, que estén todos presentes y el motivo de los ausente, era en forma alfabética de la A a la Z,  Cuartelero, en- cargado de abrir y cerrar las puertas de los dormitorios, verificando que nadie se quede dentro, en la semana que duraba su servicio, Imaginaria, encargado de velar el sueño de sus compañeros, durante su facción de dos horas, en turnos de 10 a 12 PM, de 12 a 02, de 02 a 04, de 04 a 06 AM, verificando que nadie este levantado, recibir a las rondas, levantando a los Cadetes al toque de Diana.

Los días transcurrían y uno no se daba tiempo de extrañar. En eso de las clases, las rutinas militares, los ejercicios físicos, las escapadas, los clubes etc. Llegabas tan cansado que solo podías cerrar los ojos y dormir. Lo que pasa es que el sueño era estar en el colegio y ahora estabas en él lleno de paz, lleno de ilusión, estabas en las nubes. Sin embargo cuando pisabas tierra es cuando ya no podías más y estabas realmente en el suelo. Mis compañeros que tenían familia en Lima, amigos y amigas si se notaba que extrañaban y no paraban de comentar acerca de la primera salida que iba a ser, por tradición, el día de la madre. Ya se contaban los días para tal acontecimiento, mientras tanto en el club de música al que pertenecía observaba los ensayos de la orquesta para ese día. Ahí estaban los tromes del ritmo. El trompetista Sáenz, a quien había visto en la actuación de Chiclayo, al saxo de Paredes. Parecía que estaba en el cine y me quedaba hasta el final viéndolos ensayar. Soñaba en quien algún momento podía alternar en esa famosa orquesta. Mientras tanto ensayaba a tocar el Bajo en la banda.


Hasta que por fin llegó el día de la madre y por lo tanto había salida general. Todos estábamos alborotados por cuanto íbamos a ver a nuestras familias. Aunque la mía estaba lejos, igualmente sentía una emoción tremenda de ver nuevamente la calle desde la óptica de un cadete leonciopradino.


Ese día había la ceremonia por el día de la madre, era la primera vez que estábamos en una así. Bien uniformaditos (aun de kaki) entramos al auditórium muy formaditos y nos ubicamos, como siempre, arriba. A la hora de la actuación entraban las mamás de los cadetes. En la primera fila estaba el director y su alto mando con sus respectivas esposas. Allí el maestro de ceremonias hacia correr el libreto de la ceremonia aplausos por aquí y por allá todo nos pareció bacán. El discurso de Santa Cruz, orgulloso porque era nuestro Brigadier. La orquesta deslumbrante con Julio Blaks a la cabeza, la escóltalos técnicos todos bien cuadrados. Después de ello bien formaditos, aunque con nuestros uniformes bien grandes, enrumbamos en los omnibuses. Al salir por la puerta principal, vimos a lo lejos el mar y las luces. Que sensación de libertad. parecía que habían pasado muchos años. Es que nos habíamos concentrado tanto en la supervivencia inicial que cada día parecía un mundo. Poco a poco llegamos a San Miguel y magdalena y nos íbamos llenado de aire de ciudad. Todo nos parecía mas vivo, mas alegre. Lógicamente fue más alegrías al llegar a nuestras casas. A algunos los esperaban con todo preparado para una fiesta. En el barrio era un acontecimiento general: vera fulano de tal saliendo del colegio Militar. Recuerdo que esa noche me fui a caminar por las calles de Lince y a ver hasta tarde TV.

 

Fue una experiencia básica en la vida de todos nosotros. Establecer la diferencia de estar afuera y sentirse que estabas en otra latitud y a su vez saber que pertenecías a ese famoso colegio. Esa sensación las tenías cuando conversabas con los patas del barrio y los veías casi como si fueran tus hermanos menores. El ser Leonciopradino era eso: sentirse que todo lo podías (y tan solo teníamos 13 años).

 
Muchos fueron a fiestas el sábado en la noche y ahí pudieron sacar pecho por esa diferencia .Cada cadete tenía una aureola en la cabeza el domingo ir a pasear con las chicas o ir al cine para cosas mayores (de ese tiempo). Que lindos momentos de esa primera salida.


Después ya éramos dueños de la situación y antes de salir quedábamos en encontrarnos en tal o cual sitio para visitar lugares a los que nunca habíamos entrado. Esa es otra historia.


Al regresar al colegio, unos veníamos con la ilusión de los comentarios de los demás, otros ya no querían regresar al colegio, otros ya contaban las horas para volver a salir. Me acuerdo de Linde tomaba un ómnibus (la 33) y me dejaba cerca al paradero del tranvía en Magdalena, donde esperaban los ómnibus es del colegio. Cuál revoltosos de alegría nos sentábamos y enrumbábamos al colegio. Conforme el carro avanzaba hacia la Perla, el frío volvía a humedecer nuestros cuerpos y el aire olía a mar. En la bruma de la niebla se distinguían los faroles de la entrada. Llegamos otra vez y antes d entrar a la cuadra nos agarraron, cual aduana, a dejar todo lo que uno traía. Más aun nos apuntaban para que en la próxima salida le traigamos lo mismos. Era una confiscación de los castigados. Ello con el tiempo se disipó porque ya no se volvería a traer cosas.

Nuevamente en “casa”, nuevamente a entrar en el rigor de la rutina de la disciplina .Pero todos teníamos la sensación de que habíamos establecido la diferencia de ser “civiles” y cadetes.

Detallar cada momento vivido durante nuestra estancia de “perritos” es escribir muchos libros de solo anécdotas. Seguramente alguien más lo hará.


LAS VACACIONES


Poco a poco entre las clases, las rutinas militares, las clases de educación física y los clubes se iba pasando el tiempo y sin darnos cuenta ya nos preparábamos para el desfile militar.


El colegio desfilaba con los Institutos armados. Ya lo habíamos hecho en el combate Dos de Mayo y en el 7 de Junio en la cual la escolta del CMLP se portaba a la misma altura de los otros Institutos. Ahora era en la Gran Parada Militar y había que ensayar. Ufff... todos los días era ensayo, marcha y marcha. Legaron los exámenes con todas las anécdotas de conseguir las mejores notas sin haber estudiado, los estudios en las noches etc. Después de ello nos sentíamos que habíamos pasado la primeras barreras y estábamos listos para nuestra presentación externa. El día anterior teníamos muy limpios nuestro armamento, que orgullosos los mirábamos y nos remontábamos a las películas de guerra y nos hacíamos mil fantasías con ello. En la noche muchos no pudimos dormir por la emoción. Al día siguiente muy temprano nos dieron nuestro súper desayuno, con churrasco incluido y presto nos embarcamos a ir al desfile. Este se realizaba en la Av. Brasil y nos formábamos casi al final por la Av. Salaverry. Conforme fueron pasando las horas, el cansancio nos invadía hasta que llegó la hora de  la verdad. Con paso redoblado y después con paso de desfile la XIX promoción hizo su aparición pública dentro de los batallones del CMLP. Parecía interminable el desfile, conforme recorríamos las cuadras las manos se me iban poniendo duras porque agarraba el fusil con fuerza. Al final la muñeca no se podía doblar pero con las gotas de sudor en las mejillas estaba orgulloso de haber desfilado con mi promoción. Fue un sueño mas cumplido. Mi madre había venido desde el Cuzco para verme desfilar. Todo un esfuerzo para una ilusión. Solo cuando se es padre o madre se aquilata el valor de esos gestos.

Después de ello las vacaciones de medio año, Descanso total, conocer a nuevos amigos por allá en el Cusco y recorrer las calles que una vez en 1950 las recorrí. Esas vacaciones fueron indescriptibles, llenas de ilusión, era el dueño del mundo. Los días fueron pasando rápidamente fue una ocasión linda para valorar a mi familia. Sentirme unido como no lo había estado. Es que la experiencia de vivir solo, lejos de ellos a esa edad, te permite sentir situaciones de soledad, de angustia, que fueron compensadas con los hermanos de vida que conocí en el  colegio. Para ellos era su orgullo y para mis padres ya no ya. Extraña responsabilidad de quedar bien y no defraudarlos. Seguramente ello influyó mucho en mi comportamiento futuro. Tuve ocasión de encontrarme con amigos de mi niñez, hijos de amigos de mis padres y compartir con ellos experiencias y relatos, cada uno a su modo, de nuestras cortas experiencias. Tres de ellos ingresaron el siguiente año al CMLP.


Nuevamente en Lima, respirando la humedad de Agosto y sintiendo ese frío invernal que no había extrañado. Sentí sí, alegría de estar nuevamente internado, con mis patas del salón, preparándome para nuevas experiencias. Ya estaba consolidado como miembro de la banda de músicos donde tocaba el Bajo. Ello me permitió conocer nuevas inquietudes y alternar con los músicos de las dos promociones anteriores. Aquellos que había visto ilusionado en 1961.Estaba el famoso saxofonista “Cabezón” Paredes, El trompetista Sáenz, quien era un maestro de la trompeta, el baterista “Cheche” Maldonado. Realmente era una suerte verlos ensayar para las actuaciones. Era un show que me ganaba noche a noche porque bajo la batuta de don Julio Blaks ensayaban hasta el cansancio y solo despertaba de mi asombro cuando nos llamaban para regresar a las cuadras. Fue una de las cosas que hicieron que mi estancia en el internamiento fuera placentera.


En primavera ocurrió un hecho que nos hacía sentir como los dioses. Se llevaba a cabo el Festival Internacional de Primavera en la ciudad de Trujillo y el colegio recibió la invitación para que los cadetes mas pintones (así lo refirió el teniente Mongrut) debían ir a acompañar a las reinas internacionales de belleza. Ese hecho nos hizo sentir que estudiábamos en lo mejor del Perú. Obviamente fueron escogidos los más altos y los que tenían mejor presencia. De nuestra promo fue Santiago Porto, Kiko Casalino, el panameño Martínez y otros más que no recuerdo ahora y espero que al leer esto ellos nos  relaten sus experiencias en dicho evento. Sabemos que la pasaron muy bien.



El tiempo seguía y a mediados de noviembre a las cinco de la mañana ya se sentía la luz fuerte de la primavera. Era una sensación de alegría el sentir esa luz. Sentía que se avecinaba el verano, la playa, ver a mis padres, hermanos, los exámenes, las despedidas y tener el ansiado galón rojo de aspirante.


En el mes de septiembre se iniciaron las olimpiadas internas en las que cada promoción debían poner lo mejor en las pistas. Nosotros teníamos un buen equipo de fútbol y nuestros atletas, muy jóvenes, pero pundonoroso no podíamos con los de quinto que tenían a Dennos que era un ropero de cuatro cuerpo y a Chávez Díaz un consumado atleta de fondo. Sin embargo, en natación rompimos todos los record. Ganamos en esa prueba y en los tres años...Nuestro equipo estaba conformado por Lama, Bellido, Cayo, Bustamante, Navarro, Vallejos, González, Carrillo y el panameño Maylin asimismo, en nudo de guerra campeonamos por cuanto teníamos pesos pesados con el gordo Ruiz de ancla. Se amarraba el nudo a la cintura, se sentaba y nadie lo movía. (En el álbum virtual verán fotos de los equipos). Esa experiencia sirvió para que la XIX demostrara que tenia madera para ratos en esas disciplinas.




Conforme pasaban los días nos sentíamos con más cancha. Teníamos de monitor a Alfredo Zanatti, un gordito con cara de bebe y voz de arrullo. Su padre tenía el cine Tauro, en donde los de la XVII promoción organizaban las matinales musicales y en donde teníamos la oportunidad de ver a todos los conjuntos nueva oleros de la década maravillosa. Más tarde se hizo famoso como empresario y como amigo de un presidente. Este monitor por más gritos que  daba no  hacía que tuviéramos la misma rigidez del comienzo. Ya nos sentíamos “chivos”. Era curioso como en las noches se estudiaba envueltos en la frazada y por grupos. Lógicamente eran los más estudiosos y preocupados. Los más relajados dormían sin preocuparse de sus turnos e imaginaria porque había más voluntarios. Ahí si los de quinto no se metían porque ya estaban más preocupados por su ingreso a la Universidad.


Rara sensación que se sentía después de los exámenes. De una libertad escondida; de una satisfacción por haber pasado un escollo importante; de haber acumulado experiencias muy satisfactorias que nos hacía sentirnos mayores. La octava, como he dicho, quedaba en el segundo piso y en el centro del pabellón de tercero y desde la ventana se veía Lima. En las noches me entraba una nostalgia que hasta ahora la tengo al ver las siluetas del hospital del empleado y allí quedaba la casa donde me alojaba cuando salía. Muchas horas pase viendo esa ventana pensando en mis padres, en mis hermanos, en mi abuela. Veía en mi mente a mi madre hacer sus costuras y dar sus clases de Ecuación física que con ello ayudaba a mi padre y me enviaba mis propinas. Noche de imaginaria era un estar cerca de ellos.


Llego nuestra primera clausura de año académico. En esta ocasión fue el Presidente de la  República y personalidades importantes de nuestra patria. La noche anterior a la clausura, como tradición, los de quinto año realizaban una velada, todos juntos en la cancha de fulbito. Fueron momentos muy emocionantes porque era la última vez que estaban juntos en el colegio. Hicieron una velada musical con su famosa orquesta en pleno. Había que ver como tocaban Lucho Cuadra, el maestro Paredes, Cheche Maldonado en la batería, Pepe Allende en la trompeta .Todos bailaban muy abrazados...El abrazo era interminable como queriendo alargar simbólicamente la hermandad habida en esos tres años y no queriendo que esta termine. Veíamos lágrimas en los ojos de muchachotes enormes en físico que cual niños sensibles daban rienda suelta a su emociones. Esas son escenas que nunca se borraran de mi mente por el tremendo significado: Alejarse de lo que uno aprendió a querer gracias a los malos y buenos momentos vividos juntos. Nosotros los mirábamos desde las tribunas calladamente, compartiendo esa emoción y pensando que en algún momento estriamos así.


Se fue nuestro primer año de cadete del Colegio  Militar Leoncio Prado. Ya éramos chivos .Nos despedimos con la certeza de vernos en Marzo, aunque ello nos parecía lejano. Más pensábamos en las vacaciones. Nos íbamos a desquitar y disfrutar toda la libertad de la que no tuvimos casi todo un año.


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lunes, 13 de mayo de 2013

Memorias de cuarto año


CUARTO AÑO


Me fui al Cusco a ver a mis padres con una sonrisa ancha. Había salido bien en los exámenes y  mis notas estaban buenas. Estaba seguro que con ello hacia mas orgullosos a mis queridos padres y devolvía en algo el esfuerzo hecho. Estaba fortalecido  porque había transcurrido un año de muchas experiencias. Había ganado un montón de amigos y me encontraba feliz de pertenecer a tan famoso colegio. Me di con la sorpresa que los amigos que hice en las vacaciones de medio año ya estaban en Lima postulando para ingresar al colegio. Había prendido la mecha. De ellos recuerdo con mucho cariño a Fernando Yépez, y Pepe Gil quienes fallecieron en sendos accidentes después de terminar el colegio. Muy amigo de ellos era Teo Alain con quien estamos hermanados por la amistad de nuestros padres. Teo es nieto de Martín Chambi y fue el que me enseño algunos secretos fotográficos. Hoy es un artista de categoría internacional. Lo que es la vida en la XX promoción esta el negro Fernando Fernández quien es un amigo entrañable y con el que compartí lindos momentos en Chiclayo en donde fuimos vecinos. Con Teo desde 1950 en el Cusco y otros lugares. .

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En Cusco con Teo,Fernando, Carlos, Miguel y el gordo (XX y XXI)

Como siempre buscando nuevas sensaciones me puse a trabajar con unos amigos de mi padre (mi gratitud al Ing  Jorge Miranda por esa oportunidad de permitirme ganarme unas propinas) fungiendo de ayudante de topógrafo y trabajando en la reconstrucción de la carretera Urcos-Sicuani. Que buena experiencia. Dos veces casi me sacan del río Urubamba, Una me perdí en la noche pero gracias a Dios salí airoso de ello. La otra pasando por una “oroya” (cable que cruzaba el río y por donde se deslizaba una canasta de fierro) se rompió la soga y me quedé en medio del río. Felizmente un noble campesino se aferró al cable matriz y con las piernas pudo jalarme. El Cusco en época de vacaciones era una fiesta. Buen clima, buenos amigos, buenos carnavales, los Beatles, las fiestas diarias. Ya no ya., Es que cada rincón de nuestra patria es singular. En el Cusco se vivía muy rápido y se veía mucha diferencia de nivel económico. Muchos tenían sus grandes haciendas y eran dueños de todo (hasta de la vida) .Ello producía, lógicamente, que otro grupo se agitara frente a esas diferencias. Por esas cosas de las inquietudes tenía amigos en ambos lados y compartía con ellos sus formas de vida. Ello hizo que pisara mas el suelo y me diera cuenta que la vida es lucha constante .Sin embargo mientras pasaba el tiempo y gozaba de la presencia de mis padres y hermanos extrañaba a mis  hermanos de aulas (en ese entonces nos compenetrábamos mas en nuestras secciones). Pensaba que tenía que volver. Mi padre viajaba mucho a la selva en avión ya que trabajaba en la Dirección de Caminos del Ministerio de Fomento y Obras Públicas. Si bien nunca nos faltó nada la paga en el colegio era bastante y en un momento determinado casi no vengo al cuarto año. Felizmente las dificultades menguaron aunque siempre entendí que mi estadía en Lima era un sacrificio enorme para mis padres. Nunca olvidé ello.


Nuevamente en Lima y pensando que había pasado un descanso de ensueño y del que nunca podría olvidarme, nos  dirigimos al colegio para los exámenes médicos. Nos encontramos en la enfermería. Nos veíamos raros con el pelo un poco largo. Algunos habían crecido, otros, engordado, otros eran más vivarachos, otros preocupados porque tenían pendientes exámenes. Pero todos muy entusiasmados por estar nuevamente en el colegio. Tal como nos había sucedido ahora ya nos salía el grado superior y postulante que veíamos los hacíamos cuadrar y hacer prevalecer nuestra “Superioridad”. No faltaban las broncas con los de la XVIII. Siempre el de quinto defiende al de tercero. Los de cuarto se encuentran en una situación difícil...Por ello siempre estábamos discutiendo con ellos y varias veces salían las famosas broncas.


Hablando de peleas, hay  famosos en nuestra promo en la “mechadera” quien no se acuerda del panameño Martínez Fábregas,. Este era un zambo gringo, colorado, muy hablador pero decía las cosas de frente. Era muy justo y a la hora de los golpes no se amilanaba. Tenía una facilidad para patear increíble. Sus “tacles” se hicieron famosos. Nunca más supe de él. El cholo Echevarría que parecía Jerónimo pero era más fuerte que un toro. El se paraba y no retrocedía nunca recibía a pie firme los golpes y los devolvía con una fuerza descomunal. Rara vez perdió una pelea. Actualmente vive en su tierra: Huánuco donde se desempeña como farmacéutico en su farmacias. El flaco Reaño,  compañero del colegio San José  de Chiclayo, que no se chupaba ante nadie. Hoy le decimos “tío Lolo” y sigue pelotero como en esos tiempos. Gran cantante y guitarrista. A el pareciera que las peleas lo buscaban. En donde lo veía estaba dándole al golpe. Dejó muy bien puesto a los muchachos  de Chiclayo. (él ya no regresó en cuarto porque se quedó en el Elías Aguirre  y allí terminó siendo de la escolta. Sin embargo acá siempre defiende nuestros colores)...Uno de los que más impresionó fue Gustavo Lavarello, Le decíamos Vikingo. Era grande colorado, muy fuerte y caminaba como un huracán: arrasaba a su paso. Nunca olvidaré que cuando estábamos en tercer año  un cadete de cuarto año castigaba a uno de nuestros compañeros que era bajito. Gustavo lo vio y lo levantó en peso con una mano. Después de eso trataba de estar un poco lejos de él. Era impresionante porque todo era pelea. Es que lo buscaban para tumbarlo. Más aun cuando era postulante y aun no había ingresado ya estaba peleándose con los de cuarto. Su señor padre le dijo ”car…aun no ingresas y ya te estas peleando”. ”Gustavo” solo estuvo hasta cuarto año y fue deportista cien por ciento. Al correr de los años esa fortaleza enriqueció su espíritu y se convirtió en un baluarte de la integración. Gracias a él la XIX se consolidó y fue el pilar en las famosas fiestas. A estas alturas de la vida nos deleita haciendo de Papa Noel. Siempre fue recio de corazón pero con el alma sensible de un niño. Mi gratitud a el por tanto cariño recibido.


En la promoción XVIII había varios peleadores. Uno de ellos era el Charapa Tang Tello con una agilidad asombrosa. Personalmente era una persona muy amigable y 

querendon. Era monitor de nosotros y se hacía respetar mucho. Otro de esa promo era Gabilondo ,Chapozón y grandazo. Son memorables sus encuentros con el Vikingo.


En la XIX hubo buenos encuentros. Uno de ellos sucedió cuando éramos monitores de cuarto y Julio Dongo sacó la cara enfrentándose a Capurro en una pela que duro como una hora en la que los dos se batieron solo con puños y con una limpieza ejemplar. Al final Capurro entendió que el respeto prevalece. Sobre las mechaderas se puede hablar muchísimo. Los de las primeras secciones son los que más han estado presentes en esas “actuaciones”. Internamente en nuestra sección teníamos a Aliaga, nuestro maestro ajedrecista quien nunca decía nada pero cuando lo batían se ponía como una fiera y se agarraba a golpes con cualquiera. Asimismo el chato Pérez Lujan. Que coraje para enfrentar a los que le doblaban en tamaño. Era muy batalladores se gano nuestro respeto. Solapa nomás Chago Márquez sacaba la cara cuando alguno de los más grandes quería propasarse con algún menudito


En cuarto año sucedió un hecho que marcó mi vida para siempre. Como a algunos los habían cambiado de sección compartí este cuarto año con nuevas caras. Una de ellas la de un gordito medio simpaticón que todo lo tomaba a broma. El gran Lalo Colchado, que en una de esas salidas me puso “piña” porque decía que en la sección no había y se me prendió. La broma inicial se hizo oficial y por más que trate de no darle importancia los demás amigos me bautizaban con ese apodo que me acompaña hasta ahora. Digo que me marcó la vida porque de ser casi un perfecto desconocido para el resto de la promoción pase a ser nombrado por ella; mas aun al salir del colegio ese apodo se quedó como estampilla al punto que muchos familiares de mis compañeros creían que me apellidaba piña. En toda organización debe haber un emergente .Creo que eso fui para la promo. Pero lo singular es que esa chapa puesta de broma iba a ser motivo para recibir tanto cariño, tanta amistad, tanto reconocimiento. Ya quisieran los demás piñas tener la suerte que tuve al contar con su aprecio y apoyo. Ahora esa chapa es internacional a través de las demás promociones gracias a ustedes h.d.s.m.


Ya en cuarto año y por el mando que teníamos, se vislumbraban los cambios en la personalidad de cada uno de nosotros. Esa cosas que no se ven en los demás planteles de estudio. Ahí tenías poder y en cada uno y de acuerdo a sus principios  sabia como usarlos. Había algunos chiquitos que se convertían en abusivos con los del otro año. Hacían lo que nos habían hecho. Otros, más grandes eran protectores. Otros simplemente no les importaba porque estaban más interesados en estudiar y sacar mejores notas. Personalmente me preocupaba por estar bien en los estudios y mantener mi disciplina para no quedarme castigado. Ya más cuajado y conocedor de Lima, los fines de semana nos perdíamos con algún amigo o sino solo en los cines del Centro, o en el Jr De la Unión para ver las bellezas que pasaban por ahí y  casi siempre terminábamos en alguna fiesta en casa de alguno de la sección.



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Uno de los monitores que siempre recuerdo es el charapa Salazar, amigo de todos, con buen carácter pero durante su periodo de monitor se me prendió de tal forma que todos los días terminaba trapo con tantas planchas que me mandaba hacer. Como estaba en el club de música, muchas veces me quedaba a ver los ensayos de la orquesta y venia tarde a la cuadra. Cada vez que ello pasaba me hacia recorrer el patio de cuarto con la marcha del pato. Al terminar las sesiones quedaba tan extenuado que no podía subir al camarote. Allí siempre me ayudaba el gordo Ruiz, corpulento, karateca y gran amigo. El dormía en una cama sola porque, obviamente la cama en el piso de arriba no hubiese aguantado. Gran amigo Guillermo, como dije estudio Medicina y se especializó en Oftalmología. Recuerdo una anécdota durante un internamiento de 1988 en la que llegó con su pijama y sus cosas para dormir. Como ocurren en las noches de internamiento todo es recuerdos de lo vivido, con música y algunos tragos. Guillermo Cantó como nunca y al final se durmió. Al día siguiente había que verlo en el patio del Dulio Poggi reclamando sus zapatos. Creo que se molestó porque después se nos perdió buen tiempo sin embargo ya no se acuerda de esa anécdota y siempre está atento a nuestras acciones.


En esa sección estaba Chago Márquez Ferreti con quien compartí las nuevas experiencias de intercambio de figuritas. Que tiempos virginales; todo era fantasía. Sin embargo, había otros que nos volvían a la realidad como el flaco Mendiola Salgado. Divertido, bonachón pero con un recorrido de vida increíble. A esa edad; 15 años venia los domingos cargados de anécdotas de sus encerronas con gente de la farándula. Al inicio no le creíamos pero al tiempo nos hizo ver que era un adelantado a nuestra época y quizá  por esas cosas de aminos difíciles es que se encuentra sin libertad También estaba el japonés Emilio Nakasone Nakasone quien dormía en el camarote de arriba del flaco Pedreros (tenía unos lentes más gruesos que cuando no los tenía puestos  no veía) y a veces de temor o porque sería no aguantaba  y se orinaba en la cama obviamente cayéndole a Pedreros quien como estaba sin lentes pensaba que estaba lloviendo.

Eran formidables las discusiones verbales entre Guillermo Ruiz Y Guillermo Padrón. Uno corpulento y el otro como un fideo. Nunca llegaron a las manos pero era un intercambio de estilos formidable y todo por saber quién era más elegante. Lo que es la vida .Guillermo es un oftalmólogo de renombre y esta maceta y El flaco es un artista trotamundos y sigue igual de flaco  (hace unos años atrás partió para siempre). Asimismo estaba “manzanita” Costa quien era un gordito coloradito, alto y con cara de niño al que siempre lo fastidiaban y el era pura risa, sin embargo a medio año cambió y se volvió serio, renegón pero siempre buen amigo y no aguantaba pulgas a nadie. Las hormonas hicieron su labor. Llegó a ser presiente de la promo y también ha partido. Uno de los amigos entrañables era el gordo Lucho Ugarte Chamorro. Que rapidez en los cursos de trigonometría y Geometría


En las olimpiadas nuevamente campeonamos en natación, futbol y nudo de guerra. En esas disciplinas éramos invencibles. Había que ver como los de quinto nos trataban de ganar en esas disciplinas. Tenían buen equipo pero los nuestros con Lama a la cabeza eran unos tritones. En las postas de natación, con Bustamante, Cayo, Leo y Lama se levantaba toda la promo para dar vivas ello hacia que en ocasiones se calentaran los ánimos y había uno que otro enfrentamiento. En nudo de guerra, futbol y balón militar el vikingo Lavarello era un muro. Tenía velocidad y fuerza y un genio de la pitri mitri siempre estaba con el ánimo caliente. Por ello a veces no terminaba los  partidos. Ya que el rival siempre le buscaba la sinrazón en nudo de guerra con Ruiz atrás de ancla fuimos invencibles siempre. El no nos hacía perder un cmt. Siempre era de un solo tirón que los llevábamos al suelo.


En atletismo ya descollaba Cesar Martínez en los 5000 mts los cuales terminaba con una facilidad asombrosa. En las postas de 4 x 100 teníamos un cuarteto formidable con Granda, Gallesi, Palacios, pero nunca terminamos vencedores. En futbol sí que era espectacular teníamos a jugadores de mucha calidad que después descollaron en equipos profesionales como Fernández, Granda, Párraga quien en 1975 fue seleccionado y campeón de la copa América con los colores patrios. Los partidos de nuestra selección hacían que todos los tres años se pusieran de pie porque derrochaban calidad, velocidad y virtuosismo.


A partir de noviembre ya el día amanecía con mas luz y hacia un poco de calor. Nunca podré olvidar esas horas por cuanto conforme pasaban los día nos acercábamos a los exámenes finales de cuarto y esperábamos con ansias  terminar cuarto e ingresar a quinto donde seriamos los técnicos tendríamos todo el “poder”.


Siempre a estas alturas se corrían bolas de cómo iban a ser los exámenes. Lógicamente, los más preocupados eran los que tenían varios jalados y había que hacer guardia cuando se hacían las pruebas para ver si por ahí se podía filtrar alguna información que ingenuos éramos algunos. Ya las pruebas tenían su precio y estaban horas antes en las manos de los más pícaros. El flaco Guillermo cuenta en sus anécdotas como es que hacían para tener las pruebas. Incluso en una ocasión lo llevaron los “chivos “y le exigieron que les consiga las pruebas .el se negó a todo pero como lo arrinconaron y como no tenía un pelo de tonto les dijo que les conseguía pero eso si no lo fastidiaban más... Y así fue el flaco ya podía reírse y andar suelto (porque siempre paraba asustado como un fantasma). A lo largo del camino Guillermo fue muy peculiar  en sus cosas, fue presidente de los railistas del Perú y coronó con éxito muchas caminatas memorables. Protagonizó un par de películas y varias obras teatrales. Desde el colegio ya era un artista: para discutir, para vestirse, para cabrearse .Vivió en Europa donde alternó en el mundo del arte. Tenía unas cosas; por ejemplo apenas llego de Europa me llamó para que lo contacte con la promo. Justo era el reencuentro así que lo llevé .Esa semana había tocado hacer el boletín y en el habíamos (ojo habíamos) puesto que había llegado de Europa el popular “muerto”. El flaco al leer se puso pálido y me dijo: Pepe tu me tienes que decir quien ha puesto esto. Jamás tuve una chapa ni ningún apodo. Lo mire pensando que estaba bromeando y le dije. Oye hermano no te alteres y no te hagas paltas vas a ver a tus patas después de tiempo y vas a ir malhumorado. El flaco no entendía. requintó todo el trayecto. Al llegar al colegio apenas lo vieron los de la promo le dijeron: ”hola muerto Padrón” se quedó callado y le guiñe el ojo como para que se calme. No paro hasta la noche tratando de buscar bronca. Walter Merino quien era entonces presidente de la promo tuvo que ponerse bravo porque el flaco quería parar la reunión para quejarse y que le dijeran quien le había puesto esa chapa. Al final se fue más amargo que ayer. Tuvo un final muy difícil. Resulta que estaba muy enfermo y no aviso a nadie. Partió en la soledad absoluta. Eloy Ureta cuenta, en esto de las pruebas (Exámenes), que una vez lo llamaron para apoyar a ello (el estaba en la primera) y es un palomilla increíble. Es único y  a lo largo del tiempo nos ha hecho reír con sus ocurrencias).Una noche estaba el grupo buscador de las pruebas escondido y olfateando para saber donde  estaba todo el material. Obviamente que las pruebas no las dejaban así nomás, casi siempre estaban resguardadas. El se quedó de imaginaria con varios de la primera mientras los más chicos entraban por las ventanas  a buscar. En la noche cualquier cosa que se mueva es para saltar así que con la tensión del momento Eloy comenzó a ver cosas en su imaginación y en eso parece ver a una figura media pelada y grita ¡carajo Artola¡ y todos salieron como murciélagos tratando de escabullirse por donde sea. El y otros de su cuadra salieron por las puertas que dan a la piscina con tan mala suerte que no se fijaron en las escaleras y cayeron por ella. y él cómo iba primero cayo y encima los demás  más aun con el viento las puertas de las aula que no las habían cerrado sonaban y el susto fue peor. Casi al borde del delirio y estando debajo de los otros grito: me rindo hagan lo que quieran pero yaaaaaaaaa; silencio no pasaba nada. Se pararon en silencio y en la penumbra se miraron y Cesar le dice Loco de mier.. mira como esta mi uniforme te has orinado de miedo hue… Se carcajearon cuando escuchan un pito y como alma que les lleva el diablo salieron por diferentes sitios hasta llegar a las cuadras sin las pruebas. Al día siguiente en el examen sudaban frío pero la cosa ya estaba hecha. En otra ocasión les tocó subir por el techo de la capilla y como siempre el estaba sumamente nervioso porque al regresar lo estaban buscando y cuando estaban en el techo escucha su nombre. Se puso más nervioso y se agarró de un busto que estaba encima con tan mala suerte que se fue al suelo con la cabeza del busto. El pánico pudo más porque salió corriendo y solo cuando llegó a su cuadra se dio cuenta que tenía el tobillo hinchado y no podía caminar al día siguiente lo internaron en la enfermería y no dio examen.

En los exámenes nos juntaban a las tres promociones. Una fila por promoción a fin de evitar la copiadera, sin embargo cada uno se las ingeniaba para salir airoso. Los que sabían ingles estaban dentro de los privilegiados. Siempre eran muy bien atendidos por los de quinto  y por sus patas. Había un colorado medio piña que hasta cobraba por los exámenes. Había estudiado en colegio ingles y se paseaba con las pruebas. Un día se equivocó y se confundió en las pruebas y entregó las de los años cambiados. Había que verlo. Paso mucho tiempo con el capotín hasta el cuello y los lentes oscuros para que no lo reconozcan porque querían hacerlo papilla.


A lo largo del camino de la vida siempre nos acordamos de esos momentos. Han sido inolvidables, tanto  por las anécdotas de lo ocurrido como por los magníficos profesores que teníamos. Ellos sí que nos enseñaban lo bueno, lo malo y lo feo. Hasta que por fin terminó el año. Ya estábamos en quinto y ya éramos “vacas”. En esa ocasión también la XVIII se despedía del colegio y organizó una verbena haciendo un show donde destacaron Araujo y Sáenz el famoso dúo “Luz y sombra”


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Nosotros estábamos haciendo planes para gozar de nuestras últimas vacaciones.

 


1964 - QUINTO AÑO

Se termina el 2014 y terminamos como hace 50 Años con nostalgia, curiosidad y a estas alturas del camino con ganas de renacer.  Estas crónicas las hice hace 10 años por si acaso. Espero que la alimenten con sus emociones. Uf hay mucho por contar

Pepelucho


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Llego el día de internarnos nuevamente, pero sería respirando otro aire. Desde que amaneció el primer día como cadetes de quinto año supimos que todo sería diferente. Ya no había que andar con cuidado ni con sobresaltos o estar alertas para empalarnos por cualquier cosa. No, ahora sentíamos que éramos la autoridad y estábamos por encima de todos. Hay cosas que ahora con el tiempo se ven más claras pero en esos momentos sentíamos un poder verdadero. Más aun a los que habíamos seguido el curso de monitores nos dieron la responsabilidad de ser jefes de mesa. En un instante recordamos de nuestros jefes de mesa anteriores. No puedo dejar de mencionar que siempre los tuve (dos o tres) que fueron muy caballerosos y amigos. No tuve la sensación del abuso ni de la prepotencia en ellos. Eso significó que debía ser así y poco a poco gane mis puntos a pura diplomacia y consejo. Cada uno es dueño de sus espíritus, temores y grandezas. Nunca olvidare que era jefe de mesa de Teófilo Salinas, hijo del presidente de la FPF. Eso nos permitía dialogar y conversar de temas ajenos a los del propio día a día. Cuando los veía me reflejaba en ellos. chiquitos, imberbes y tímidos al comienzo. Hasta que cada uno iba tomando forma de acuerdo a su propia personalidad.


Continúe en la octava sección que ahora en el Diulio Poggi estaba ubicada en el centro del primer piso. Habían nuevos integrantes en la sección en relación a cuarto año. Desde el primer día nos miramos como diciéndonos: estamos juntos en quinto y para siempre. Es así y fue así. Que camaradería, que alegría, que joda. Es que había de todo. Los chiquitos Bendezú y Lucho Casinelli que poco a poco iban creciendo. Los peloteros con Raúl Párraga a la cabeza y que jugaban mañana tarde y noche. Estaba Marcos Nieto y Guillermo Ruiz quienes al poco tiempo tuvieron que dejarnos Ello me produjo una tristeza enorme y fue una de las primeras sensaciones de vacío que experimente. Ya no estaba Manolo Vallejos quien fue cambiado pero al que veía todos los días en la banda o en la orquesta. 


Tampoco estaba el Sr Cachencho que estaba de monitor de tercer año y me causo mucha gracia el primer día en que hable con él estaba totalmente afónico por tanto grito que tenía que dar a sus perritos.

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También estaban los famosos Manuel Aliaga Ledesma y Danilo Huerta quienes a lo largo del año entablaron unos duelos de conocimientos memorables y que siempre me quedó en la memoria. Es que en ambos eran muy estudiosos y la competencia era fuerte y en cada clase cuando los profesores les preguntaban a ambos y daban una cátedra de conocimientos que nos permitían aprender más. Ambos fueron profesionales de primera. Manuel estudio medicina en San Marcos y se especializó en Ginecología. Danilo estudió ingeniería en la UNI. Hoy está en USA desde muchos años atrás especializado en informática. Manuel estuvo siempre de cerca. Nos representaba en los juegos Leonciopradinos jugando ajedrez por nosotros. Siempre campeonaba hasta que tuvo que partir. Nunca podremos olvidarlo. Hasta hoy mantengo contacto con su hijo quien a pedido de su padre puso en su tumba debajo de su nombre: “ALTO EL PENSAMIENTO”.


Estaba Cesar Martínez nuestro fondista quien todos los días se levantaba temprano para entrenar Fue nuestra medalla en los 5000 metros planos El tuvo su propia historia. Fue coronel director del colegio y estuvo en el plan del 13 de Noviembre. Paso una vida llena de lucha y finalmente sucumbió a una penosa enfermedad. Nunca lo olvidaré porque con el se afianzo nuestra hermandad de la (XIX).Estaban los “monos” García y Gonzáles. Palomillas, sencillos y con gran aguante para las bromas. Estaba Cesar Montero quien llego a ser Gral de la FAP estudiando becado en Italia. Estaba también Pun Morote quien había llegado de Chiclayo y recaló en nuestra sección. En el 2005 fue protagonista de una tragedia familiar. Estaba Alfonso Costa “manzanita” todo chaposito y grande, siempre estaba riéndose. Paco de la Villa todo serio e inteligente; era el estadista de la Octava. 


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Pese a que la mayoría éramos tranquilos eso si éramos muy dinámicos y palomillas. Cuantas noches nos hemos quedado hasta tarde timbeando y haciendo apuestas o contando chistes. Como nuestra sección estaba a flor de piel siempre entraban los SO a vigilar en sus rondas y eran los primeros a los que nos levantaban con las ligas del SO. Rodríguez o los gritos del Tte Seminario. Este señor fue participe de la famosa anécdota del “candado” que ha sido narrada en varios idiomas. El siempre los días de educación física nos levantaba a las 5.30 y en invierno era bravo hacerlo pero a las 5.45 ya estábamos formados para las clases. Era así a través de los meses hasta que llego Junio o Julio y OHHH maravilla ese día no hubo pitos ni bulla. Pese que estuvimos atentos no llego el despertar violento hasta que sonó la diana y escuchamos gritos desaforados al costado de nuestra sección. Habían encerrado al famoso Tte. Y el cómo lobo enfurecido gritaba pateaba y sabe dios que más hacia allí por la impotencia. Ese día fue histórico para nuestra XIX. Abrieron la puerta y salió furioso muy colorado y con saliva saliéndole por la boca. Nos reunieron en el auditórium y nos dieron una arenga para que salgan los autores del encierro. No salió nadie. Ese día quedo como el día de la unidad de  la promoción porque cuando nos llevaron al auditórium para que salga el que puso el candado nos paramos todos. Después hay versiones distintas pero el hecho ha quedado como una historia verídica de unidad y acción frente a un acto desagradable para nosotros por abuso del poder. A lo largo de nuestra vida pasamos por situaciones similares.

 
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“ES QUE EL CORAZON DE LA XIX TOMO CUERPO EN ESA FECHA: FUIMOS UNO SOLO FRENTE A TODO LO QUE PUDIERA ACONTECER


Después de las vacaciones de medio año en que nuevamente estuve en el glorioso Cusco y luego  de un cierto tiempo hubo renuncias de monitores y me fue asignada la sétima sección de cuarto año. Desde el momento en que ingrese sentí una sensación agradable. Por esas cosas de la vida esta sección estaba dividida no solo en dos cuadras sino en dos actitudes de sus integrantes que se reflejó desde el primer día. Una de ellas que no requería de ninguna instrucción, todos se levantaban con la diana, enceraban cuando había que encerar y seguían los reglamentos disciplinadamente; en cambio la otra, donde decidí dormir, parecían de otro mundo. No había uno que fuera tranquilo, parecía que las hormigas entraban a sus cuerpos y se ponían eléctricos. Pucha me hacían sudar la gota gruesa. Los levantaba a gritos, a golpes  y a veces nada. Normalmente salían a la carrera y muchos se quedaban castigados. Nunca olvidare al cholo Gonzáles quien era burlón reilón pero empeñoso y noble. Siempre estaba de sueño y debía tirarse un sueñito más a veces lo jalaba y tiraba al suelo y se quedaba allí Llego a ser soldado y después oficial de nuestro ejército siendo coronel director del CM Elías Aguirre de Chiclayo. Siempre que nos vemos nos abrazamos con mucho afecto. (Con el tiempo me hacían recordar que hasta compre una pistola de agua para levantarlos  o mi palito con el nombre de mi gila jaja).


En esa sección estaban: Abensur Rengifo, Luis Arce Díaz, Alberto,Arellano Vargas Marcelo, Azurin Araujo Mario, Bauer Pareja Erwin, Caballero Palomino Augusto, Caro Montoya Bill, Carty Pulido Dennis, Cruzalegui Guevara Jorge Segundo Toribio, Chumpitaz García, Jesús, Dañino Román Esteban, Durante Zuñiga Tomas, Flores Saavedra César, Fuentes Zevallos Rosas Raúl, Gonzales Bruce Jorge, Guardia Mayorga Víctor, Guerrero Aria Luis, Gutierrez Molina Percy, Ibarra Villavicencio Juan, Leo Ramirez Carlos, Liendo Bergamini Arnold, López Lazabara Marcos, Manchego Bustíos Carlos, Marín Dávila Iván, Miletich Moreno Carlos, Molero Bartra Salomón, Morales Valdivia Simón, Osorio Alamo Edmundo, Pajares Oviedo Edwin, Pereira Moscoso José, Ponce Antunez de Manolo Fernando, Porras Olortiga Cesar, Rios Mezons Leopoldo, Rivas Marquez, Carlos, Rodriguez Rodriguez Máximo, Rubio Barroso Angel, Salazar Pinedo Purificación, Saleh Vergara Esaud, Salinas Chavez Luis, Samanez Degregori Leonio, Valdizán Zegarra Oswaldo, Vernal Merluzzi Ruben, Zimic Weis Roque.


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A lo largo del camino me he encontrado con algunos de ellos. Ya sea en los reencuentros o en el devenir de la vida. siempre hemos sido afectuosos. Jamás olvidare el último día de nuestra estadía en el  colegio en que tuvimos nuestra serenata de despedida en la que nos juntamos en un solo abrazo. Después de estar con mis hermanos e la promo y al regresar a las cuadras, ya que al día siguiente debíamos entregar el reporte, me invadió una sensación extraña. Ya no iba a estar allí, ya no iba a verlos y lejos de tener temor me invadió una nostalgia profunda. Iba cavilando ello cuando al entrar al pabellón de cuarto año me agarran de los brazo. Eran algunos de los de la sétima y un poco como protegiéndome me llevaron a la cuadra y me dijeron: mira tu ropero (en un segundo pensé que había pasado lo peor, lo cual era una tradición que al monitor se le hacia de todo) y lo vi. Volteado hacia la pared. Me dijeron lo volteamos  para que nadie lo toque y no pase nada con tus cosas. En mi vida he pasado por momentos de mucha emoción. Este es uno de ellos e inolvidable. Fue una muestra de afecto al hermano mayor, de respeto y que me dio una gran satisfacción: Es que había llegado a ellos y había dejado algo de mí. Nunca poder olvidar ese acto de hermandad. Se los hice saber después de muchos años mostrando mi gratitud por ello.

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Con la orquesta dirigida por el profesor Blakz participamos en el primer concurso inter escolar de música en la que participaron muchos colegios con sus bandas y orquestas. En una final gloriosa en el Teatro Municipal nuestro colegio se alzó con el primer puesto. De nuestra XIX tocaron Manolo en la batería, Cesar Sánchez en los timbales, Relevan con las maracas, Muñoz, Casinelli, Artadi en las trompetas, Power, Galdós, García en los saxos, Barreda en el bajo, Falcone en la primera guitarra  y Razuri en el piano. Esa fue una experiencia extraordinaria y un sueño cumplido porque si bien no soy un músico si me gusta a rabiar. Ahora comparto esa pasión con la fotografía.


Como era monitor deje de estar en la cuadra con mis hermanos de la octava. Los veía en los salones de clase y nada más. Después que uno sale del colegio esas son hechos que marcan. No estuve en las noches cuando se aproximaba el final de nuestra estancia en tan maravilloso coloso. Por ello trataba de ganar tiempo con ellos conjugándome en los días de clase. La última noche fue una sensación confusa de emociones. Algarabía por un lado y tristeza por el otro porque de una forma u otra ya no volveríamos a convivir diariamente. Al día siguiente había que entregar las cosas, agarrar nuestro colchón y despedirnos para siempre de nuestro hogar por esos tres años y de nuestros hermanos que sin darnos cuenta formamos una hermandad para siempre. Que sensación más disímil. Pensaba en lo que venía, la universidad, la preparación el viaje a ver a mis padres etc. Estaba con tantas cosas en la cabeza que me despedía sin saber que a algunos no los vería nunca más. 

En la octava antes de partir nos prometimos que nunca dejaríamos de vernos y quedamos en que nos reuniríamos en el chifa de la plaza de armas todos los primeros viernes de cada mes. Nos abrazamos con el sollozo del corazón queriendo salir, pero solo atinamos a mirarnos y saber que de una u otra manera jamás nos olvidaríamos.


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De ahí el lema: XIX POR SIEMPRE  UNIDOS EN UN SOLO CORAZON.



2014