Roberto es muy especial para mí y para todos los que lo conocemos a través del tiempo. La primera vez que lo vi fue en un espectáculo deportivo en 1962 en el Colegio Militar , nuestra alma mater. Sencillo, bromista y con un carisma muy especial. Casi todos sus compañeros de la XV promoción han gozado de sus “locuras” en la época escolar y a través de toda la vida. Eso es lo que los leonciopradinos tenemos. El tiempo no pasa para nosotros y sin distingo alguno, cuando nos reunimos somos los mismos que nos conocimos antaño. Escuche de ellos que él con toda la mochila de combate saltaba y lo hacía con una facilidad asombrosa prestándose para las apuestas respectivas. Casi siempre y en cualquier ocasión, estaba pasándole la pierna derecha por encima de sus compañeros, sean “chatos, Grandes o cabezones”.Aun lo hace
Afortunadamente, cuando se inician los Juegos Deportivos el participa sin faltar a ninguno y conforme pasa el tiempo el sigue con su dinamismo y disciplina atlética. Ello fue un buen mensaje para los jóvenes deportistas que lo ha emulado. Hasta ahora dirige en la Videna una especie de taller de entrenamiento para los atletas maduros.
Su vida ha sido siempre muy dinámica, ha sido empresario textil, político y religioso. Ello le ha dado una experiencia en muchos campos que hoy le sirve para seguir dando enseñanza a los jóvenes y mayores.Su familia es de saltadores.
Su hermano Ricardo fue de mi promoción XIX y su hermano Fernando quien también fue record nacional en salto alto y ahora es entrenador de Roberto.
En el 2004 le tomé una foto con la que gané algunos premios. Fue una instantánea de las que salen de vez en cuando. Una pintura.
Casi siempre en las competencias leonciopradinas le tomamos fotos y lo filmamos aparte de aplaudirlo.
Este sábado fue muy singular. Lo noté feliz reunido con personas jóvenes. Me dice: es mi nieta con mi bisnieta y han venido del extranjero a verme saltar. Estaba feliz y emocionado. Nunca lo sentí con esa alegría y orgullo interno. Y así fue saltó con más ganas y cuando terminó su participación todos los aplaudimos y su familia también. Nunca lo habían visto saltar y como el dice: es un regalo de dios. Ha sido un momento incomparable para nuestro querido Roberto. Al conversar con el sobre este hecho se emocionó y con su sencillez de siempre me dice: Fue un sueño logrado. Como recuerdan el compitió con Valery Brumel campeón olímpico de salto alto y por su admiración le puso su nombre a su hijo mayor y lo motivó para que siga sus pasos. También fue saltador y gano varios campeonatos
Y como siempre la vida también me regala momentos inolvidables pude tomarle otra fotito como antaño aunque no con la misma calidad pero lo sigo
Roberto sigue siendo maestro para todas las generaciones .
Aquí cuando fue campeón mundial master en el 2011
Gracias gran maestro de vida.
Pepelucho
