jueves, 29 de abril de 2021

EMOCIONES ESPECIALES

 

Cuando uno ve la luz del nuevo día se siente gratificado y contento. En mi caso me siento muy bien y pienso : veremos como va . Y conforme pasan las horas van llegando noticas buenas y también tristes. Respiro hondo y digo: vamos a caminar en paz y con ganas venga lo que venga . Siempre estoy comunicado por todas las vias porque asi es ahora y ello me refuerza el espíritu porque me rio con los hermanos de vida que me llaman y escriben. Ya no contesto nada de política ni del virus y eso me mantiene estable. Recibo llamadas de los psicólogos del Padomi para saber de mi salud mental y los hago reir y al final me dicen; informare que esta en optimas condiciones emocionales ( alguito pe, pero es bueno) y hoy fue un día muy especial.

Les cuento hable con nuestro maestro y amigo don Julio Blacks Sanchez. El esta viviendo en una residencia geriátrica en Chaclacayo. No tiene celular asi que cuando uno llama la srta que te atiende lo llama y el se acerca ( señal que se moviliza solo) y pregunta con voz cansada : quien habla , me presento y se queda callado, le repito que soy de la XIX y me dice con voz pausada ah¡¡ ya y le comento que todos sus alumnos preguntan por el y que lo recuerdan mucho. Con voz lacónica da las gracias. Le comento que Lucho Cuadra y Marco Paredes de la XVII, Pancho Saenz  y  Jano Carrillo de la XVIII le envían saludos y allí se le prende un poco mas la voz .Marco el del saxofón¡¡¡ Que tal orquesta que había no? Claro le digo y voy nombrándole a los que me acordaba. Se queda callado y dice: gracias , gracias por acordarte de mi. Estoy acá consignado en este encierro  y ojala algún dia pueda salir de todo esto. Lo dice con voz más fuerte sacando a relucir su energia vital. Lo siento un tanto fastidiado por la situación. Es que el siempre fue muy dinámico y activo y estar solo aunque acompañadod por el personal del local, es normal que se sienta asi. La emoción siempre me gana y me quedo callado un instante mientras seco una lagrimita que se escapo y le digo; don Julio estamos con ud y pronto nos veremos y me contesta : claro porque sino me escapo y me rio. Le he pedido a la srtas enfermeras que me consigan el tlef. De alguna de sus hijas que lo visitan para coordinar algún encuentro virtual aunque sea por teléfono. Se despide dando las gracias a todos los que se acuerdan de el.  Ufff que emoción tan reconfortante y que mensaje .Llegar a una cierta edad es a veces difícil .Ojala podamos estar siempre unidos en un solo corazón.

El Dr. Pedro Manrique quien fuera psicologo en nuestro colegio por años me envio este videito de don Julio Blacks cantando el himno en una fraterna reunion en el Club Apurimac el viernes 19 de julio del 2019 previo al cumple del maestro que es el 28 de julio

( también partieron Cheche Maldonado, Jorge Sánchez Dulanto y Cesar Altamirano )

A media mañana Lucho Cuadra el prolífico escritor de la XVII me hizo entrega de algunos de sus  libros y La fuga de Elias Hasbun y en especial “Historias de Cuadra”  donde narra anécdotas que pasaron en las “ cuadras” cuando estuvo en el colegio . Habíamos conversado sobre este libro y en algún momento le dije que debíamos hacerle un homenaje a don Julio y lo hizo en unas notas al final del libro. Fue un honor para mi que me dedicara unas palabras por haberlo motivado. Imaginense esas son acciones que tienen un valor emocional incalculable. Asimismo me entrego su libro ERAMOS TAN FELICES Y NO LO SABIAMOS , donde narra la evolución de la vida de dos niños que todo lo comparten hasta que cada uno sigue su camino y de adultos se vuelven a encontrar .

Como no agradecer a la vida por esos momentos de energia emocional.

Gracias Don Julio.Gracias hermano Lucho

Pepelucho

29-04-2021


martes, 27 de abril de 2021

sábado, 3 de abril de 2021

VERGUENZA

 Por Cesar Hildebrandt P.T.



Vergüenza. Pero no la ajena, esa que no nos toca ni lesiona. En este caso es vergüenza paisana, nacional, nostrísima.


Vergüenza de llegar a los 200 años de república con candidatos como Rafael Santos, sicario apenas oral de Rafael López-Aliaga. ¿De dónde sale un tipo así? ¿Cómo se fabrica ese aspecto de ruindad? Como diría un huachafo: Santos sale de las entrañas mismas del Perú. Son los buscones que hemos creado malbarateando la política y vendiéndosela a los pobres diablos por un plato de lentejas. Somos un país equivocado.

Vergüenza por López-Aliaga, que de célibe empeñoso pasó a ser virgen cerebral, que de millonario en concesiones pasó a ser indigente de ideas. ¿Qué periodista de Willax le escribió, con letra enredada, lo que casi no podía leer este infeliz? ¿A quién creyó que podía engañar recitando fichas ajenas? La derecha peruana de talante religioso y ultracatólico alguna vez tuvo a José de la Riva Agüero y Osma como representante. Ahora debe contentarse con López-Aliaga. Es como pasar de un Mercedes a un triciclo cargado de chatarra.

Vergüenza por Hernando de Soto, que conmovió con su trémula vejez y sus delirios de protagonista retroactivo. Es una buena persona, un ensayista reconocido, un intérprete novedoso de cierto aspecto de la realidad peruana, pero el tiempo ha hecho su malévolo trabajo y el resultado es este monólogo refundador que no se sabe qué quiere decir, a dónde se dirige, qué metas persigue. Un gobierno de De Soto sería como el que en Alemania presidió, anciano y enfermo, Paul von Hindenburg y que terminó, como ya sabemos, con Hitler en el poder. La llamada república de Weimar duró quince años en Alemania. La nuestra, tan frágil como aquella, lleva 199 años de existencia.

Vergüenza por César Acuña, que demostró por qué tiene que plagiar tesis y libros. El milagro económico del Perú no es el PBI mentiroso ni la reducción, oficial y deleznable, de la pobreza. El verdadero milagro es que un semianalfabeto pueda fundar universidades que lo hacen millonario y poderoso.

Vergüenza por Ciro Gálvez y Pedro Castillo, representantes del folklorismo de izquierda que la derecha necesita. Una izquierda así de aldeana, así de ensimismada, así de telúrica, es la que puede arrancar algunos aplausos condescendientes en el periodismo tradicional. Ni Gálvez ni Castillo aspiran a la presidencia. Lo que quieren es una mención en cursiva al pie de alguna página. Estoy convencido de que ni siquiera eso lograrán.

Vergüenza por Alberto Beingolea, que dijo como metralleta todo lo que la derecha bruta y achorada dice despacito para que la entiendan bien. O sea: el-Estado-es-malo, lo privado-es-buenísimo, la-Constitución-fujimorista-no-se-toca. Chancón de a 20, Beingolea tiene la inteligencia de los siervos obedientes y recita de paporreta lo que Luis Bedoya Reyes improvisaba como el Pinglo del argumentario conservador que era. Cree Beingolea que estamos en el siglo pasado y que la derecha debe seguir con su mensaje inmovilista y terco. Ignora este señor que la casa matriz del partido que él representa, es decir, Alemania, ha empujado a la Unión Demócrata Cristiana hacia el centro y que ese viraje es el que ha permitido a la señora Merkel gobernar desde el año 2005. Beingolea cree que Pedro Beltrán está vivo y que si repite teatralmente la lección en público será entrevistado por la revista “7 Días”. Si supiera escribir, seguro que Beingolea le mandaría textos a Arturo Salazar Larraín, a quien también debe creer vivo y coleando.

Vergüenza por Keiko Fujimori, la cabal demostración de que mi país tiene vocación de podre. Escucharla hablar de sus propuestas para combatir la corrupción es como escuchar a Mesalina hablar de la castidad, como escuchar a La Rayo hablar de la honradez, como escuchar a Magaly Medina dar una cátedra sobre el derecho a la privacidad. Que esta expresión del herpes fujimorista intente por tercera vez apoderarse del Perú para hacer con él lo mismo que hizo su padre delincuente, dice mucho y mal de nosotros. Dice lo peor de todos nosotros. Dice, en suma, que la ignorancia tiene un lado políticamente repugnante.

Vergüenza por Ollanta Humala, que habló como si nadie recordara lo de Odebrecht y nadie supiera que su gobierno –el suyo o el de Nadine Heredia, no importa– fue uno más de los tantos regímenes avalados por la Confiep y los empresarios voraces que allí se parapetan. El señor Humala recibió el elogio de “El Comercio”, que así premió su “sensatez y moderación”. Lo que ensalzaba, en realidad, era la castración política que los nacionalistas padecieron desde que firmaron el compromiso aquel de ceñirse a los marcos constitucionales de 1993. Mario Vargas Llosa contribuyó a emascular a Humala. Quien realmente nos gobernó entre el 2011 y el 2016 fue Pichula Cuéllar.

En fin, vergüenza por Alcántara, que ratificó su inexistencia, y por Forsyth, que confirmó que los únicos palos que domina son los que al parecer le han dado para ser la pantalla de un nuevo seudónimo de la vieja derecha. Y mucha vergüenza por el fugitivo Vega, que leyó con voz de susto su adiós irrelevante. No hay nada peor que te vayas de donde no te han echado y que, encima, nadie te eche de menos. ¡Y pensar que alguna vez, en 1994, cuando vivía en Madrid, fui mensajero de Pérez de Cuéllar en Lima para alistar su candidatura por la UPP!

Y mucha, pero mucha vergüenza por los periodistas que hicieron de moderadores y que se hicieron cómplices públicos del señor Santos en su exhibición de matón del barrio.

Los demás se portaron como candidatos y cada quien juzgará sus propuestas, la viabilidad de sus promesas, la consistencia de sus planes.

Lo único que puedo añadir es que esta elección terminaría de ser una pesadilla si en este momento, al escribir estas líneas, la segunda vuelta fuera un coto exclusivo de la derecha y la centroderecha. Debemos agradecer que haya una opción de izquierda para la hora de las definiciones. No importa lo que diga la caverna de siempre ni cuánto quieran manipular las encuestadoras. No hay que tenerle miedo a quienes nos impusieron, con tanques en la calle, el neoliberalismo sin hospitales ni oxígeno ni ucis. No habrá segunda vuelta de verdad ni debate serio al que asistir si la izquierda no tiene una representación. Piénsenlo bien. He llegado a este convencimiento después de una profunda reflexión y tras leer la columna que Pedro Francke publica en esta edición. Ese texto supone un compromiso público de no repetir en el Perú experiencias desdichadas como la del chavismo ni ensayar entre nosotros la ingeniería social, siempre opresiva, del socialismo de raíz marxista.