Siempre hay noches especiales en nuestras tertulias e los martes. A veces por diversas circunstancias llegan de todas partes y nuestros corazones palpitan de emoción al abrazarnos con hermanos tan queridos.
Hace tiempo que los de la cuarta querían reunirse y vaya que anoche aparecieron Luchito Valeriano, César Mercado, Walter La Torre, Coco Seminario, Juan Santibañez (quien estudió desde chiquitito con Pedro Caballero y ambos se encontraron en un fuerte abrazo),Carlitos Marroquín que llego hasta uniformado, Raúl Maldonado con su cabellera de alambre blanco .Feliz y alegre. También Gustavo Lavarello bromeando y tomándose su doble caldo de gallina para recordar sus buenos tiempos. Después estaban los de la primera abanderados por nuestro gran Pepe Jordán que se hizo un viajecito de dos horas desde La Punta para estar con nosotros. Pese a todo lo que tiene ,hace un sobresfuerzo para seguir dando ánimos, Estaba Rodolfo Taboada, Manuel Diaz, el negrito Lindley (mas amargo que ayer),Carlos Rincón, Eloy Ureta, Richi Casanova. De la octava estuvo Mariano Gonzales “ el ministro del amor” , Andy Huguet quien se reencontró con muchos a los que no veía. También y con su eterna alegría nuestro querido Manolo Vallejos quien enviaba saludos a todos desde todos lados. Estaba Luchito Ugarte muy bien de salud y feliz de estar allí. El gran Pedro caballero como un solo hombre y feliz de ver tantas caras aunque a veces no se acordaba quien era pero se sentía en familia.
Estuvo también Luchito Cespedes con sus piscos de buena vibra, el chino Garcia, Kike Bisetti quien me regaló un rico pisco que casi se queda allí. También la comisión del Libro de Oro;Berto Valenzuela y el sr. Cachencho arreglando y cruzando información.Ricardo Gonzalez no pudo asistir porque se le crucó un pelucón en su camino. Es decir hermanos que llegaron en esta noche especial para darnos un abrazo de paz y deseando felicidad a todos.
Como siempre los comensales de otras mesas asombrados de la cantidad de jóvenes maduros con una indescriptible ternura, alegría que desbordaba energía. Al momento de la foto grupal lo hicimos como siempre con risas y chacota y al final nos sorprendieron dándonos un aplauso general. Creo suponer que recibieron nuestro silencioso mensaje de fraternidad y amor filial.
Poco a poco nos fuimos diluyendo en ese espacio acogedor y a amanecer cargado de todo.
Personalmente muchas gracias por su afecto.
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