¡ADELANTE DECIMOSEXTA!
- ¿Qué tal Luchito Moyano, cómo vez lo de mañana sábado? Me refiero a la marcha de campaña, será nuestra primera vez en que saldremos como verdaderos militares.
- Piscoya, tú no te preocupes, estaré a tu lado nada te va a pasar, ¿sabes? ninguna bala te rozará ni siquiera por casualidad, ya que yo te cuidaré Zambito.
- ¡A callar! que este imaginaria o sea yo… tu Loco Verano, va a tomar tres nombres de los que sigan conversando después del toque de silencio. Tú Piscoya, dame tu nombre completo.
- ¿Por qué Loquito, si ya no hablo? Mira tengo King Kong Chiclayano y…
- Me quieres sobornar carajo, no…este… bueno, pero dame el de puro manjar blanco.
- Oe Loco mejor cuéntate una del lorito erótico…
- Ya silencio, que este imaginaria no se casa con nadie…a dormir barbón como sigas chismoseando con Teddy te hago un parte…Ah y tu Carlitos deja los dados o te pongo una privación de salida.
- Calla Loquito si no tenemos todavía salida de paseo hasta dentro de dos meses…Jajajajaja…
- Ah chistosito don Napo…sácate las plumas “Salvaje” que todavía te quedan carajo…Te voy hacer ranear como el sargento maldito de la película que acabamos de ver…
No terminaba de hablar nuestro gran basquetbolista, del primer turno de imaginaria, cuando ya comenzaba la lluvia de almohadas que le caían sobre su cabeza pelada. Ya éramos soldados, ya habíamos dejado la vida civil, ahora estábamos con uniforme de soldados bajo un régimen castrense pero no faltaban la chispas criollas de cada quien, claro eran según los barrios de distintos distritos de los que proveníamos. Yo llegaba de los barrios altos y no me atrevía a decir nada, había prometido a mí mismo no dejarme expulsar por nada del mundo, no podía defraudar a mis padres que con mucho esfuerzo habían conseguido el dinero para poder ingresar al colegio militar que tanto anhelaba, así como yo habían más hermanos de promoción que cuidaban su conducta siendo muy carismáticos.
Terminaba ya el día viernes, día de mejoramiento de rancho con helados de postre, día de cine y noche de descanso para estar listos a la mañana siguiente y poder sortear todas las maniobras militares que dirigirían los oficiales de cada compañía, de quinto año, de cuarto y de tercero.
- ¡TERCER AÑO DESCANSO, ATENCIÓN…RUMBO HACIA LA PUERTA PRINCIPAL…MAAAARCHEN!
Como era chato, bueno lo sigo siendo todavía, podía ver desde mi lugar, casi al último – siempre de la fila izquierda – a los tres primeros de mi sección, Pancho Pizarro, Roberto De Salas y Octavio Merino, que ese primer día de marcha de campaña, muy orgullosos, muy militares nos dirigían a la puerta principal para iniciar nuestras vidas castrenses, cada uno de la nueva promoción leonciopradina, sentía ese día, en ese momento, un palpitar de corazones llenos de emoción, estaba cumplido uno de nuestros más hermosos sueños…
- Miren la nuca del compañero de adelante, marchemos con gallardía. Oe Willy Peralta esto no es un baile carajo, marcha bien, pareces una maroca.
- Haaayyy…
¡Adelante Decimosexta!
¡Adelante Decimosexta!
Sí adelante, hoy como aquellos años tan hermosos, la decimosexta sigue adelante, han pasado años, muchos años, transcurrieron inexorablemente, cada uno hizo de su vida pensando siempre en encontrar la excelencia que aprendimos en nuestro querido viejo cuartel guardia chalaca. El dolor sentimental fue muy difícil de dejar de sentirlo, cada mañana, cada momento de las aulas, del estadio, del comedor, de las horas de estudio por las noches, de la biblioteca, de la sala de música, de los clubes en donde acrecentamos nuestras vocaciones de arte y literatura, así como también de la enfermería donde hicimos amigos, por estar internados por algún mal momentáneo, tuvimos la oportunidad de conocer a cadetes de las otras promociones con las que convivimos durante nuestros tres años de internamiento.
Gracias a hermanos de promoción preocupados por ese bello sentimiento de hermandad que nos une hasta siempre, logramos mantener esa unión, esa gran camaradería y seguimos poco a poco el poder vernos más seguido, hoy cada viernes estamos en nuestro rinconcito de San Borja en donde compartimos muchas veces con nuestras esposas, gratos momentos de cumpleaños, de diversión deportiva y aniversarios. Adelante hermanos queridos, siempre adelante como decía Jorge Chávez Dartnell… “Arriba, más arriba, hasta las estrellas”…Así continuará nuestra preciosa amistad, no tenemos miedo a nada porque así lo aprendimos, todo nos une, todo ese bello sentimiento lo guardamos en nuestros corazones y sí, sí vivimos nuevamente aquellos momentos de servicios de imaginaria y de cuartelero, cada vez que estamos juntos, como antes, como siempre. Nuestra vida en esos tres maravillosos años, nos dejaron dentro de cada corazón, la semilla llamada amistad que germina y crece para mantenerse eternamente.
Las caritas felices de unos niños que vemos siempre en cada fotografía del recuerdo, se mantienen vivas y para siempre, porque nada, ni siquiera la muerte misma podrá borrar esa alegría de que todos somos eternamente de la gran… Decimosexta Promoción del Colegio Militar Leoncio Prado.
¡SEGUIREMOS BRILLANDO, SIEMPRE, COMO AZUL HOGUERA!
Rodolfo Mendoza
XVI CMLP
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