jueves, 6 de agosto de 2020

COMPARTO MI EXPERIENCIA DE VIDA

Por :Cesar Augusto Esparza Morgan


Apreciados familiares y amigos: 

Quiero compartir con todos ustedes una dura experiencia por la que tuve que pasar en el año 1985, cuando prestaba servicios en el Destacamento de Montaña “Santa Rosa” Puno, un día cualquiera mientras almorzaba, perdí inicialmente el conocimiento y luego los signos vitales, tuve que ser prácticamente resucitado por cinco veces consecutivas, una vez estabilizado fui evacuado al HMC siendo internado en el pabellón de Cardiología durante un mes, esos días fueron terribles, mi presión arterial oscilaba raudamente entre 6 y 20, tenía que desplazarme en silla de ruedas, todos pensaban que había llegado mi hora, me hicieron mil y una pruebas, hubo juntas médicas y al final me diagnosticaron: Obstrucción de válvula mitral irreversible e inoperable, me prohibieron viajar a altura precisando que no podía ir ni a Chosica, cuidado extremo en alimentación: nada de grasas, café, chocolate, bebidas gaseosas, licores; cero actividad física y sexual. Me dieron de alta a los 29 días para evitar el peritaje médico que me declararía Apto “B” o lo que es lo mismo inaptitud definitiva, me hubiera quedado en el grado de mayor y prestado servicios solamente en la guarnición de Lima. 

El Cmdte Gral del Destacamento, dispuso que me quedara en Lima como delegado, aunque nunca me dieron una sola misión por cumplir, después me enteré que la misión que me habían dado era recuperarme; estuve en esta condición durante tres meses, vivía en la villa militar de Chorrillos haciendo una vida tranquila, concentrado solo en mi recuperación que al final les detallaré como lo logré. 

Un Oficial superior del grado de Cmdte cuyo nombre no viene al caso, que vivía cerca de mi casa, al percatarse que no realizaba ningún trabajo, hizo averiguaciones básicas sobre mi situación y enterado que pertenecía al Desto de Montaña Santa Rosa y que no estaba haciendo nada en Lima, denunció el hecho ante el Comando de Personal, el cual pidió obviamente explicaciones al Gral Brig Cmdte Gral del Desto de Montaña Santa Rosa, quien no tuvo otra alternativa que ordenarme retornar al Destacamento premunido de un certificado médico, pues no quería cargar en su conciencia con la muerte de un oficial. 

Cumpliendo la orden, me apersoné al HMC para hablar con mi cardiólogo y requerirle el certificado médico que necesitaba para retornar a mi GUC, el médico me preguntó si había perdido la cordura, me recordó cual era la gravedad de mi situación y que de ninguna manera me daría el certificado que le solicitaba. 

Me quedé afuera de su consultorio y cada vez que salía un paciente volvía a entrar a hablar con él, aclaro que pude permitirme actuar así, porque el médico era chiclayano, gran amigo de mi padre, de mi familia y por añadidura mío; al día siguiente regresé al HMC a repetir mi periplo y no lo dejé en paz hasta que terminó sus labores; retorné al tercer día y él no aguantando más me dijo: ¿Qué pretendes? No voy a firmarte ningún certificado, le sugerí me internara para un nuevo chequeo, así como internaban por tres días a los generales para su control anual, su respuesta fue contundente: Has olvidado que estuviste internado durante 29 días y que tienes un historial avalado por dos juntas médicas, creo que estás perdiendo la razón; le repliqué diciéndole que estaría allí todos los días entrando y saliendo de su consultorio hasta tener una respuesta positiva; lo coloqué en un callejón sin salida y no le quedó otra que aceptar mi petición, fui internado y durante tres días sometido a todo tipo de pruebas, reunidos en junta médica convocada por él, aceptaron que no tenía absolutamente nada, la lesión a la válvula mitral había desaparecido por completo y expresaron algo que nunca olvidaré: ¡Nos equivocamos! ¡Es increíble! ¡No existe lesión alguna! ¡El Mayor Esparza está al 100% de su capacidad aeróbica! 

No les quedó otra que firmarme un certificado colegiado precisando que estaba completamente curado y que podía retornar a mi guarnición en Santa Rosa de Puno a 4,200 m.s.n.m. 

Ese año fue crucial para mí, en las olimpiadas del Destacamento, participé en 100 metros planos, posta 4x100, salto largo y salto alto, integré los equipos de tiro, fulbito, voleibol y como corolario, ascendí al grado de Tte Crl; han pasado 36 años desde esa época y aquí me tienen, completamente sano y preparándome para ser campeón mundial de 100 

metros planos en las olimpiadas de atletas master, categoría 90 a 94 años. 

¿Cómo logré esta milagrosa curación? 

En esos tres meses que estuve en mi casa en la Villa Militar de Chorrillos, sin hacer nada como denunció el Cmdte que cité, estuve realizando un trabajo espiritual guiado por un gran amigo a quien Dios puso en mi camino, el señor Tte Crl Art Jaime Suarez de Marini, a quien conocí justamente en el Destacamento. 

El trabajo espiritual consistía en hacer muchas veces al día la oración siguiente: 

Yo te perdono, tú me perdonas 

Tú y yo somos uno delante de Dios 

Yo te amo, tú me amas 

Tú y yo somos uno delante de Dios 

Yo te agradezco, tú me agradeces 

Muchas gracias, muchas gracias 

No existe ningún resentimiento entre los dos 

Oro profundamente por tu felicidad 

Deseo que cada día seas más feliz 

Yo perdono a todas las personas 

Yo acojo a todas ellas con amor 

De la misma forma Dios perdona mis errores 

Y me acoge en su inmenso amor 

¡Gracias Dios mío por tener mi corazón perfecto! 

La oración es conocida como la Oración del Perdón y, tiene por finalidad reconciliarse con todos nuestros hermanos, requisito previo para poder comunicarse con Dios, ténganlo siempre presente, no existe forma de 

hablar con Dios si no se está previamente reconciliado, la parte al final en negrita, es el agradecimiento a Dios por haber concedido lo que se le pide... “Todo cuanto pidan, crean que ya lo han recibido y lo tendrán”. 

¿Cuánto tiempo debemos hacerlo? No lo puedo precisar, en algunos casos puede ser que, al primer intento de comunicación con Dios, este se dé y uno sea curado en el acto; en otros, según la fuerza espiritual y fe de cada uno, puede demorar días, semanas, meses... En mi caso creo que demoró entre dos y tres meses, que es el espacio de tiempo en que recuerdo haberme sentido completamente curado, antes que me lo confirmara la junta médica del HMC. 

¿Cuánto cuesta? ¡Nada! Solo aprender de memoria la oración y hacerla varias o muchas veces al día, y al final de cada vez, agradecer a Dios por lo que se pide. 

Si tu problema es el hígado, así la ciencia te haya diagnosticado cirrosis, tú debes decir: ¡Gracias Dios mío por tener mi hígado perfecto! 

Actualmente oro, diciendo al final de la oración del perdón: ¡Gracias Dios mío por tener mi sistema inmune perfecto! 

Un fraternal abrazo a todos. 

Crl. EP “R” César Augusto Esparza Morgan 

Lima, 05 de agosto del 2020


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