viernes, 23 de julio de 2021

jueves, 8 de julio de 2021

AL MAESTRO CESAR TERRONES MESTANZA

 Conocí a Cesar Terrones Mestanza en 1960 cuando iniciamos la secundaria en el glorioso Colegio Nacional San José de Chiclayo.

 

Lo recuerdo perfectamente. Siempre bien correctamente uniformado, pulcro y tranquilo. Nunca era bullanguero ni picón como muchos del salón. Me llamo la atención en que se ponía muy coloradito cuando lo nombraban o tenia que responder a las preguntas de los profesores . Eso le pasa a las personas que tienen sus emociones a flor de piel y que la mayoría de las veces son muy sensibles y muy transparentes. Se rodeaba de amigos como el tranquilos y estudiosos. Por cosas  de la vida solo estudie hasta segundo ya que ingrese al Colegio Militar Leoncio Prado cumpliendo uno de mis sueños.

 

Fue a raíz de una conversación de Otto Tuesta Mori quien me pidió por favor que le hiciera una gestión en la Asociación Leonciopradina (el es de la XV y yo de la XIX) porque debía viajar a Chiclayo al Reencuentro Sanjosefino. A través del tiempo se fueron diluyendo los contactos con mis compañeros de ese entonces y tuve como un fogonazo de alegría saber que se reunian todos los años asi que envie cuatro  cartas a Manuel Millones, Luis Garcia Pecsen Daniel Hurtado de Mendoza y a Luis Seclen comunicándoles mis coreos y mi dirección. Me contestaron con frases muy cariñosas y afectuosas haciéndome notar que no me habían olvidado.

 

Asi que al siguiente año y los siguientes asistí religiosamente a los desfiles y reencuentros donde sentí que siempre había estado allí. Cesar fue uno de los que me recibió con mucho cariño y con palabras muy profundas. Supe que se había dedicado a la docencia como muchos de allá pero estando en Lima  formó un colegio al que dedica su apostolado hasta ahora.

 

Estas líneas son solo un preámbulo al reconocimiento que le hizo Pedro Suarez Vertiz a su maestro y que a continuación comparto.

 

Un abrazo

 

Pepelucho



            (foto de 1961)




MI MAESTRO

Por : Pedro Suarez Vertiz

Estábamos en el colegio viendo el mundial España 82. Perú Polonia empezó. Jugábamos de lujo. De pronto un mal pase y nos metieron un gol, luego otro. Con el tercer gol medio salón se fue al patio. Con el cuarto solo quedamos 10 y con el quinto solo quedé yo totalmente en shock.  Era un niño y soñaba con ver a Perú alzando la copa del mundo pues se decía que hacíamos el futbol más bello de sudamérica. Acabó el partido. 

Lima nublada y yo atontado de pena  observaba a la gente comiendo en el kiosko, parejas de la mano y no entendía como la vida seguía. Nos eliminaron del mundial de la peor manera y faltaban 4 años para volver.  De niño 4 años es toda una vida. 

De pronto sentí la mano en el hombro de mi tutor, el profesor Cesar Terrones. Me dijo “Ánimo Pedrito”.  Le dije “Profe estamos fuera del mundial, no puede ser” y respondió  “ No iremos en un buen tiempo” Yo contesté “Obvio, 4 años”, “Nóoo” respondió “No iremos por lo menos en 30 años”.  No podía creer que uno de los profesores más ecuánimes que existían estaba diciendo semejante locura. Aunque sabía que era un experto. 

Levante mi rostro para mirarlo, abrí mi cerquillo y le dije “Profesor, está molesto?”.  Y volvió a decirme “No Pedro. Esto tiene para rato. Han sacado a todos los profesores de futbol de los principales colegios nacionales. No habrán jugadores como estos en  varias generaciones. Digo esto para que entiendas lo que se viene”   Sus palabras sumadas a la goleada de Polonia parecían un sueño . 

Caminé a mi casa mirando las rayitas de la vereda destrozado de pena. No almorcé, dormí toda la tarde, desperté pensando que todo era mentira pero nó. Pasaron los años y nuevamente quedamos fuera del mundial del 86. Me acordé del profesor Terrones obviamente. Luego en el 90 quedamos fuera y volví a  acordarme de él, pero todavía podía ser coincidencia. Cuando la historia se repitió en el 94, 98, 2002, 2006, 2010, 2014 -Dios mío, toda mi adolescencia y vida adulta- tuve que aceptar que sí había fallas de fondo. 

Una vez Julio Cesar Uribe me contó que practicaba el pase de 3 dedos y el uso de las dos piernas tanto que los llegó a dominar como un malabarista.  Teófilo Cubillas también me contó que practicaba el tiro  “folha seca” de 10 de la mañana a 1 de la tarde todos los días. No todo es talento. Ellos lograron el control total, la interiorización. De eso hablaba mi profesor. 

Es asombroso como todo lo que dijo se cumplió. Soy un  trasnochado  que sueña con ver a Perú en un mundial. No me avergüenza mi terquedad patriótica. Duele perder, harta. Pero no pienso llenarme de odio ni hacerme hincha del Barcelona. Mejor es soñar y sufrir que nunca soñar y encima odiar. 

Gracias por enseñarme a soñar con los pies en la tierra, y así poder hacer realidad mis ilusiones, y por ser tan amigo mío profesor Terrones. 

¡¡¡Feliz Día del maestro para todos los profesores y profesoras del Perú!!!