*Estimado Pepito,*
Es muy difícil decirte no, sobretodo a ti Pepito, el símbolo de la
escribo esta pequeña nota sobre nuestro reencuentro del 27 de abril, tenía
varias horas que le debía a mi cuerpo de sueño, pero sino lo hago la
maldita conciencia no me dejará dormir.
Quisiera empezar haciendo un pedido a tu persona, prohibirle a Viruta que
llame a los promocionales, para evitar taquicardias e infartos, salvo
previo lobby, con alguien de confianza, puede ser la Segunda, así la llaman
a la heredera de la rompe filas, porque imagínate justo me llama cuando me
iba a embarcar por avión a Lima, y por error, solamente me quedo venirme
por tierra; 12 horas de viaje, comprenderás como quede con la raya, no
hermano, no la del pelo, si los que me quedan ya no alcanzan para hacerla,
sino la raya del occipucio, como te recuerdo Virutita.
Después de varios empalmes de transporte, pasando por maranguita donde casi
me dejan creyendo el taxista que era el emblemático “Leoncio Prado”; llegué
mi hermano, ya en la puerta me encontré con dos patas, y nos salió el
alemán, ese maldito alzhéimer, porque nos miramos y entramos mirándonos
pero no articulamos palabra, ya que pensamos que habían varios reencuentros
y habían venido de la primera promoción. Claro, ante el carrito Fiat
conocido nos dimos cuenta que éramos de la XIX, y vimos a lo lejos que se
iban unos viejitos, caminando lentamente, con bastones, muletas, tornillos,
marca pasos, gorritas, tinte, rubios al tinte; peluquitas francesas y otros
elementos supletorios que felizmente pasaron el control electrónico de la
puerta; pero que en el aeropuerto, habrían tenido muchos problemas.
Otra cosa mi hermano porque nos torturaste con esa viacrucis, por todo el
colegio si sabes que estamos más cerca, al más allá que al más acá; si tu
sabes que es nuestro Colegio y lo conocemos al revés y al derecho, o no te
recuerdas de las Décimas de Santa Cruz; por más que te vistas de seda
sigues siendo Mona; tu ni te diste cuenta, nos dio una sedsasa, en ese
solazo, que Viruta no aguantó y se tomó agua del caño, le cayó como agua
bendita a Drácula, no sé quién lo salvó ya que sacó una cerveza helada de
su carro, y le cayeron varios patas como Rangers; diciéndole que está
prohibido tomar en el Colegio; pucha como ha cambiado nuestro Colegio mi
hermano.
En la caminata todos parecíamos de la cofradía BB; de la Brigitte Bardot,
no mi hermano de la cofradía Buscando Baño. Todos asolapados, ¿qué bien
estás hermano?, claro huevas es el hijo de Alache, ponte los lentes.
Y pensar que hace casi cincuenta años, nos corríamos de los chivos como
gacelas silvestres y ahora le pedimos permiso al pie izquierdo y después al
pie derecho, y todas las distancias se nos hacen lejanas, brumosas como la
memoria, pero que ricos corazones; allí estábamos, dejándolo todo, por esos
minutos más lindos de la vida encontrarnos con nuestro pasado, ya no
interesan los apellidos, los nombres; interesan esos rostros, cuyas
imágenes salen del corazón para decirnos que fuimos unos niños que tuvimos
la oportunidad de vivir la etapa más linda de la vida juntos; la del
Colegio Militar.
*UN ABRAZO PARA LA XIX*
No hay comentarios.:
Publicar un comentario