Silvia había viajado en dos ocasiones a Cuba. Una con motivo de los 80 de su mamá Ana y la otra para el matri de su hermana Charo.
Se había quedado prendada de sus playas , específicamente las de Cayo Coco ,lugar hermoso y lleno de encanto a donde recalan muchos vuelos diarios directamente de Europa y Canadá.
Así que por nuestro 41 aniversario enrumbamos para allá.
Fuimos en LAN a la Habana en un vuelo de cinco horas en un avión tipo combi.Es increíble cómo nos explota la única línea que monopoliza nuestros cielos. Avión lleno y cuyo espacio en cada asiento es tan chico que viajas ajustado .Minimiza esto la buena atención.
El viaje fue sin problemas y al salir Silvia tomó esta bella vista de nuestro callejón de Huaylas que desde lo alto se ve hermosísimo.
Llegamos sin ningún problema y al hacerlo sientes la diferencia de temperatura y de situación.
Es que en otros lugares el personal de servicio en general sabe que todo es competencia y se esmera en hacerlo rápido y bien. Acá el equipaje lo recogimos después de casi una hora porque salían maleta por maleta. Después entendí que los residentes tienen una paciencia en hacer las cosas. Nada los apura porque ellos son dueños de todo.
En el hotel, las cosas son distintas porque allí debe primar el servicio .Hoy el turismo en Cuba es una industria formidable que seguirá creciendo mucho más. Hay cadenas de hoteles que hacen competitivo el servicio .Son negocios que el gobierno los concesiona.
El servicio de taxis lo realizan carros del estado que alquilan a los choferes y también hay los que tienen sus propios vehículos los que al final deben pagar sus impuestos que son fiscalizados por agentes y por sus consumos de gasolina. Los “privados” mayormente son los que tienen los autos antiguos que se hallan en magnífico estado de conservación y que son declarados patrimonio nacional. No pueden ser exportados ni vendidos al extranjero .Hay de todas las marcas y son lindos. Rememoré los juguetes que tenía en los años cincuenta. Hay Cadillacs, Buick, Ford, Chetvrolet, oldsmoviles, studebaker entre los más conocidos . Realmente son unas bellezas. También tienen sus cocotaxis.
Llegamos a las tres de la tarde y al hotel a las 5. Debíamos partir a Cayo Coco pero no sabíamos la hora exacta porque los vuelos que van allá son en aviones estatales y si están disponibles van sino cambian la hora. Esa incertidumbre te trastoca los planes. Después de pasarnos un buen tiempo y gracias a una srta muy agradable y linda llamada Zaylin Hidalgo es que pudimos saber que partiríamos al aeropuerto interno a las 2.30 de la madrugada. Ni modo, nos acostamos para levantarnos a esa hora.
A la hora señalada bajamos al lobby y ya nos tenían nuestro desayuno para llevar. Nos recogieron en un ómnibus turístico en la que íbamos unas veinte personas y enrumbamos en la noche aun hacia el aeródromo. Al cabo de unos 20 minutos en medio de una carretera sin iluminación el chofer nos dice : llegamos, por favor deben bajar. Bajamos en medio de la oscuridad y nos dejó en medio de la carretera. Sorprendidos nos quedó solo reírnos porque no podíamos creer los que estaba pasando. Al frente nuestro había una puerta de rejas cerrada y al costado una cafetería pero todo cerrado. Al fondo del local se veía una luz y al poco rato vino un policía (pucha pensé ahora si nos jod..) pero nos dijo que en un momento abriría el aeropuerto¡¡¡¡¡¡.
Y así fue se prendieron las luces e ingresamos a un local chico y fuimos atendidos por personal del aeropuerto. Previo chequeo esperamos hasta las 6 para poder volar .
A la hora señalada subimos a aviones de turbohéilce hasta la playa. Viaje tranquilo y sin contratiempos( Me hizo recordar los viajes de los 60 en que cuando estabas en el avión solo escuchabas el ruido del motor y siempre confiando en que no se interrumpa.)
El panorama es distinto. Todo es vegetación y desde el aeródromo hasta el hotel se ven pistas muy bien asfaltadas y señalizadas. Se nota que hay una buena infraestructura turística. En el camino se divisan hoteles grandes , lujosos y muchos más en vías de construcción.
Llegamos al Meliá Cayo Coco un lujoso hotel con todas las comodidades de acuerdo a su categoría de cinco estrellas
Realmente nos sentimos muy cómodos y comenzamos a disfrutar del mar y los servicios que otorga el hotel todo el día. Con un excelente servicio “ todo incluido”la pasasmos muy bien, aparte que hay concursos, música y shows. Realmente muy divertido.
En la mañana fuimos al restaurant y como es buffett nos servimos pero somos atendidos por el personal para las bebidas. Se acerca un sr muy sonriente para ofrecernos café, leche o agua.
Silvia le pregunta a Hector ,que asi se llama ,tienen leche? , si, contesta con voz franca y clara. Con lactosa o sin lactosa pregunta ella, COMO¡¡¡¡¡¡¡ dice levantando la voz y poniendo cara de mucha sorpresa. Ella le explica que si hay leche deslactosada o no?. Contesta : normal sra. Y se va. Pasan dos minutos y vuelve y dice: Mil perdones sra. mi sorpresa fue porque le entendí CON LA COSA O SIN LA COSA Y al toque le digo COMO¡¡¡¡ y jajaja nos reimos hasta las lágrimas los tres. Después que pudo respirar me dice: me la devolvió¡¡¡. Desde esa mañana , todas las veces que nos cruzamos nos saludamos con el COMO¡¡¡¡¡¡
Cada vez que recuerdo esa anécdota me rio a carcajadas. Así fue la estadía ,pura alegría. Como siempre Silvia bailó en los shows y lo único que falto fue que cantara. El karaoke abría muy tarde y a esa hora estábamos cansados del trajín del día.
Me metia al mar y a la piscina un promedio de casi 6 horas ufff es delicioso estar así. En las noches íbamos a cenar a distintos restaurantes dentro del hotel y así degustábamos distintos tipos de comida.
Una mañana fuimos temprano a Cayo Guillermo otra playa que se encuentra a una media hora en bus de donde estábamos. La playa mejor aunque el hotel y la comida no eran tan buenas como el de Cayo Coco.
Otro dia fuimos a Playa del Carmen a casi una hora del hotel y donde se puede ver en el camino hoteles construyéndose. Esta playa recién hará unos 10 años que ha sido abierta porque estaba escondida .Es de una belleza increíble ya que no hay construcciones y solo vegetación. Es paradisiaca y por eso es muy concurrida.
Inexorablemente el tiempo sigue corriendo y después de cuatro días debíamos volver a la Habana para regresar a Lima. Llegamos en la noche después de haber tenido también un regreso incierto porque debíamos salir a las 6 de la mañana y salimos a las 6 de la tarde.
El día del regreso hicimos un city tour por La Habana. Ciudad grande con poquísimo tráfico en vista que no hay muchos vehículos. Sus calles anchas en la ciudad nueva pero en la antigua es como si el tiempo no hubiese pasado .Muchos edificios están siendo reconstruidos a fin de que sigan conservando su antiguo esplendor. Ello porque la mayoría de turistas son aquellos que quizá nunca han visto una ciudad antigua. Las calles están llenas de extranjeros y los cubanos se las ingenian para vender antigüedades y artesanías. Visitamos el castillo con su muralla que sirvió de defensa a la ciudad en los siglos de los piratas.
Fuimos a la plaza de la revolución que es inmensa. Allí dio la misa el papa y congregó a más de un millón de personas. Fidel conglomero en varios mítines de aniversario a más de millón y medio. En los edificios hay las efigies del Che Guevara y de Camilo Cienfuegos
Asimismo, fuimos al Hotel Nacional que fue construido en 1930. Según los guías ese hotel se construyó en la época de la prohibición del alcohol en USA y los capos de la mafia y poderosos llegaban allí para sus diversiones. Había Shows fabulosos y era pura diversión cara.
Aunque sea por poco tiempo pero sentí la sensación de transportarme a 1958 ya que en ese hotel y mientras se desarrollaba la fiesta de año nuevo irrumpieron los militares vivando a la revolución de Fidel.
Cuando converse con algunos taxistas y les pregunté que les había dejado la revolución me contestaron: la salud y la educación. Hay muchos médicos, ingenieros y de distintas profesiones que tienen doctorados pero que no ejercen porque no todos trabajan .Eso es lo que a algunos los impacienta y desmotiva porque saben que podrían estar mejor. A otros no les interesa porque agradecen a Fidel y se identifican con su gobierno. Un taxista me dijo: acá hay mucha gente que no trabaja y no se mueren porque como sea viven .Hay comedores populares para los ancianos. Los que desean mejorar son los que van a trabajar a los hoteles o son taxistas. Así ganan un poco más del salario mínimo. Eso si, si algún empleado del gobierno realiza otra labor para ganar más va preso porque eso es robarle al gobierno.
Después de ver una colección de carros antiguos esperando a los turistas para recorrer la ciudad en convertible nos regresamos al hotel. Se desencadenó una lluvia fuerte que nos permitió conversar largo con el chofer. Lamentablemente al bajar deje mi cámara con miles de fotos tomadas. Las que se ven en esta nota son las que tomo Silvia y las del celular. Todo queda en la memoria de un viaje inolvidable.
Me olvidaba, el primer día en Cayo Coco, Silvia al pasar cerca de una palmera con agujero se acordó que había visto años atrás a un pájaro carpintero y dijo de repente por aquí está el amigo.Y oh¡¡¡¡ alli estaba (seguro sus bisnietos) y pude ver en vivo y en directo un loquillo. Que alegría que a estas alturas del camino pude verlo. Siempre me divertí con esa historieta y allí lo vi taladrando el árbol con una energía impresionante. Bacannnn
Espero algún día, regresar a la Habana para conversar más con la gente y caminar entre sus calles angostas porque fueron pocas horas para conocerlas. Ah??? Y a recoger mis fotos perdidass jajaja
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