Había estado en Chachapoyas en varias oportunidades desde los años 58 en que desde el campamento El Milagro (Bagua Chica ) donde vivimos con mis padres, nos dimos algunas vueltas por allí y Jaén con mi padre. Después he regresado, pero no pude ir a Kuelap. En ese entonces las carreteras eran afirmadas y los viajes se demoraban mucho más lo que dificultaba en parte el ir por allá.
Ante la sugerencia de Silvia para viajar allá no dude ni un segundo. Era uno de los sitios que aún no había podido ir y estaba dentro de mis sueños no cumplidos así que nos fuimosss.
Hay varias rutas para ir a Chachapoyas. Por tierra desde Chiclayo en un viaje donde se notan los cambios de las tres regiones de nuestro Perú: Costa, Sierra y selva. Hoy con una excelente carretera el viaje se hace fácil. Por vía aérea vía Jaén que tiene un buen aeropuerto, pero hay que viajar tres horas hasta Chachapoyas o ir de frente Lima-Chacha en vuelos con naves más pequeñas. El aeropuerto de Chachapoyas es corto y este medio inclinado en una meseta. Recuerdo que en un viaje de trabajo que hice hace muchos años atrás el avión venia de abajo hacia arriba y se veía la pista inclinada por lo alto. Al preguntarle eso al piloto me indicó que los aviones se posan. A raíz de un accidente de un avión comercial se suspendieron los vuelos puesto que la entrada era riesgosa. Aviones chicos entran sin ningún problema. Nosotros fuimos via Jaén.
Los vuelos a esa siempre movida ciudad son muy temprano. En una hora estuvimos aterrizando sin mayor problema, aunque por tener la pista más corta que los otros aeródomos al momento del aterrizaje la frenada es brusca pero sin problemas. Se habilito durante la guerra del Cenepa.
De allí a la ciudad de Chachapoyas en bus turístico, el viaje se demora unas tres horas y media teniendo a la vista unos paisajes muy lindos por su colorido y diversidad de flora. Para mí fue muy emocionante pasar por Chamaya, ahora ya hecho distrito y por el puente 24 de julio sobre el rio marañón, el que pase muchas veces con mi padre cuando íbamos o veníamos de Chiclayo hacia el campamento El Milagro donde residimos un tiempo. Esa carretera fue hecha por el ejército peruano y allí funcionaba el campamento corral Quemado que fue uno de los primeros trabajos de mi padre. Sigue a Bagua Chica y hoy llega hasta Imaza. Después de Chamaya hay una bifurcación hacia Bagua Grande (parte de la carretera marginal de la selva creada por el arqto Fernando Belaunde Terry para unir al Perú con Brasil y Ecuador que ya es una realidad ) y va hasta Tarapoto y Yurimaguas El trayecto es fluido y con un tráfico normal de vehículos pesados. Llegamos al distrito de Pedro Ruiz, que es el desvío hacia Chachapoyas y enrumbamos por una muy buena carretera asfaltada. Antes se pasaba por un sitio llamado LIMON PUNTA que bordeaba la montaña y el paso era muy peligroso y tiene una serie de anécdotas tenebrosas. Hoy hay un nuevo trazo y se llega sin ningún problema.
La ciudad de Chachapoyas ha crecido como todas y se le nota limpia y bastante tranquila. Caminando por sus calles y plazas se siente mucha paz y uno se siente que está en un sitio totalmente diferente de nuestro Perú.. Toda la ciudad esta con calles asfaltadas y sus casas lucen siempre con sus balconcitos típicos haciendo las edificaciones uniformes en color y ornato.
Nos hospedamos en el hotel Armonía 958441719 donde fuimos muy bien atendidos y el gerente Sr Jorge944620178 quien nos dio muchas facilidades para la estadía y los diferentes paseos que llevamos a cabo.
Al día siguiente nos recogió una moderna minivan turística para ir a Kuelap. La ruta es asfaltada totalmente y los paisajes que se ven son una maravilla. Se pasa por unas quebradas muy grandes y se notan montañas de piedra muy altas. Realmente no me cansare de decir que nuestra patria es maravillosa.
Después de una hora y media más o menos llegamos al poblado de Nuevo Tingo donde está la estación de los funiculares. Esta modernidad ha ahorrado unas tres horas de viaje hasta llegar al complejo arqueológico pero por otra parte les ha disminuido los ingresos a los pequeños poblados que están en el camino antiguo.
Llegamos a la estación y abordamos las cabinas que son para 6 personas. Buena experiencia para ver desde lo alto el gran lindo paisaje que demuestra la grandeza de la tierra. Hay que subir unos 300 mts por un caminito bien señalizado y limpio. También hay caballos para los que deseen hacerlo sin cansarse. Nos todo una guía joven y con amplios conocimientos en el tema que nos hizo la vista muy amena . El retorno fue similar y con la satisfacción de haber estado en un sitio de una de nuestras culturas preinca y conocer más sobre LOS CHACHAPOYAS
https://es.wikipedia.org/wiki/Ku%C3%A9lap
https://gigiaventuras.com/kuelap-la-fortaleza-entre-las-nubes-del-amazonas/
Al día siguiente nos levantamos temprano y nos dirigimos en un bus turístico de menor capacidad debido a que el camino afirmado y muy difícil hace que se maltraten mucho. El plan era visitar la caverna de Quiocta y después los sarcófagos de Karajía.
La ruta es por Leymebamba camino a Cajamarca. El viaje de más o menos dos horas me hizo recordar los viajes de cuando era niño allá por el cusco, Andahuaylas, etc. En que las caminos eran angostos y de tierra con muchas curvas , hueco y paisajes en la altura que a veces te hacían voltear la cara. Uno debe observar mucho la vegetación y el panorama porque difícilmente lo vera cerca a Lima y es la forma de pasar el tiempo y no sentirse cansado. Se llega a Lamud y después de un trecho se llega a la caverna. Interesante la visita bien guiada y una experiencia sencilla pero llena de encanto. Hace un poco de frio porque está a más o menos 2800 mts de altitud.
https://gigiaventuras.com/la-caverna-de-quiocta/
Después de un almuerzo sencillo en el poblado seguimos hacia los Sarcófagos. Otra hora y media más de viaje en carreta de tierra y bien movida por las curvas y subidas, pasamos por Luya y varios poblados más llegamos al poblado de Karajia.. Allí alquilan caballos para la ida y regreso. La bajada es más o menos dos kilómetros sobre un camino de tierra y piedras . Como se va de bajada hay que ir con cuidado y tener buena resistencia en las piernas. Para descansar hay unos tres pequeños paradores en la ruta.
Llegar allí es sentir que valió la pena porque el farallón donde están los sarcófagos es impresionante. Es una muralla de roca inmensa que viene a ser un acantilado muy grande. Al frente se pueden ver sembríos y pinos que le dan una hermosura especial al sitio. La belleza natural de los sitios visitados es lo más resaltante.
La subida es una prueba de resistencia. Hay qu hacerla con calma y respirando pausadamente. Si no se quiere uno exigir toma su caballo y por 15 soles lo suben. Es increíble como los pobladores que alquilan los caballos bajan corriendo trayendo a los animales. Uffff que tal físico. La modernidad también llegó a esas profundidades. Se comunican por celular a su base cuando solicitan mas animales.
Luego de esa experiencia regresamos cansados pero reconfortados de haber estado en uno de los sitios de nuestro Perú profundo
https://gigiaventuras.com/los-sarcofagos-de-karajia/
Al día siguiente nos fuimos a Jaén, ciudad pujante y muy comercial. Las calles tienen bastante transito principalmente de mototaxis. Las personas también son amables y sencillas. Aqui se nota la diferencia con las personas de Chachapoyas. Allá son colorados y con rasgos serranos y acá son más bien blancos y altos. Eso si en su modo de hablar son parecidos. Acá llueve con facilidad, el chaparrón llega y se va rápidamente. El clima es caluroso y se debe dormir con aire acondicionado. Temprano salimos al aeropuerto para el regreso haciendo el trayecto en media hora a través de una buena pista .
https://es.wikipedia.org/wiki/Provincia_de_Ja%C3%A9n_(Per%C3%BA)
VALE LA PENA REENCONTRASE CON NUESTRO PERU PROFUNDO
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