miércoles, 5 de abril de 2017

LOS VIAJES DE TIO TUCO POR NUESTRO PERU




LOS VIAJES DE  TIO TUCO POR NUESTRO PERU 


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A Jose Antonio Torres Ocampo a quien cariñosamente lo llamo Tío Tuco, lo conocí muy pequeño cuando con mi madre fuimos a visitar a su madrina de matrimonio a quien quería mucho .Ella era una dama bondadosa y muy amable,  Blanca Rosa Ocampo Rivas, nacida en Abancay, que se casó con Juan Manuel Torres Vargas de Nauta, Loreto.

Ellos tuvieron 5 hijos tres hombres y dos damas. A todos ellos los conocí muy bien a lo largo del camino.

Tío Tuco, nació también en Abancay, el 26 de Febrero de 1938, su hogar  fue el recordado “Hotel Apurímac”, ubicado en la esquina del Jr. Arequipa y la calle Dos de Mayo, a espaldas de la Plaza de Armas de la ciudad, donde vivió hasta los 15 años. El hotel era el refugio de quienes venían de fuera porque el trato de la madrina Blanca era acogedor. Ella se convertía en la madre de los jóvenes trabajadores y huéspedes, procedentes de las distintas localidades. También, en el hotel Apurímac se llevó a cabo la ceremonia de recepción del matrimonio de mis padres.

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Hasta el segundo año de primaria estudió en el colegio Santa Rosa, institución educativa a cargo de las recién llegadas madres dominicas alemanas y  primeras formadoras en educación, disciplina y valores de superlativa calidad.

Después, tercero y cuarto años de primaria, los hizo en el colegio de los hermanos de La Salle en el Cusco, para continuar los estudios en el colegio Grau de Abancay (quinto, sexto, primero y segundo de secundaria).

Para continuar con la educación escolar correspondiente a los tres últimos años de secundaria, sus padres optaron por el Colegio Militar Leoncio Prado, ingresando en 1953 y concluyendo en 1955, correspondientes a la X Promoción.


En el colegio Militar estuvo  en la octava sección, teniendo su sede en el segundo piso del ala izquierda (el pabellón de la derecha, pertenecía al quinto año), la espalda de ambos  pabellones daba al estadio del colegio.


Tio Tuco nos cuenta:


…Al tener la preparación inicial en valores, enseñados por las religiosas alemanas, no fue mayor problema saber lo que es puntualidad, orden, disciplina y estudio, tampoco fue problema el internado, obligatorio en el colegio.

Y como en toda nueva experiencia, en el primer año de vida militarizada había que familiarizarse con los “nuevos vecinos”, comenzando con el saludo de rigor a los superiores, tanto como las  demás fórmulas a aprender y mentalizar, como buenos “perros”(mote impuesto a los recién ingresados).

Al pasar al cuarto año (pabellón “Duilio Poggi”),  estuvimos en la Séptima Sección, y al concluir el quinto año de secundaria, pasamos al pabellón ubicado al lado derecha de los cadetes recién ingresados (tercer año).

A lo largo de los tres años y libres de los excesos de la calle,  vivimos las horas de estudio, las clases de IPM (sábados),  y todo lo que contribuía a nuestra formación. Lógicamente, y por nuestra juventud, no faltaron  los errores, indisciplinas y demás desórdenes, que eran sancionados con los indeseables castigos (sábado, y hasta domingo, según la gravedad). Más sentidos, cuanto más “engreídos” eran los castigados; por lo tanto, y para no sentirse frustrado, era necesario portarse bien, ser disciplinado. También, y a modo de entrar “en orden” y de acuerdo a las faltas, aprendimos a ejecutar ejercicios físicos conocidos en el ambiente militar como “ranas”, ”planchas”, etc.,  y a soportar el famoso “ángulo recto” . . .  cuerpo en forma de “ele”, y y y y y y y y y a llorar al río . . .  

Los turnos de “imaginaria”( guardias nocturnas),  y “cuarteleros” ( semana sin salida), caían “mal” a dormilones y engreídos, peroooo . . . ¡¡¡cuidadito con que los cojan dormidos !!! ahí venía el castigo, consistente en la pérdida de la tan ansiada salida de sábado y hasta domingo. . .

Las enseñanzas recibidas de profesores civiles y personal militar, sirvieron para forjar aún más el necesario e indispensable carácter y personalidad, conducentes a desempeñarse en la  vida con valores, orden y laboriosidad.

Al concluir los tres años de vida militarizada, en diciembre de 1955, realizamos la de rigor, “marcha de campaña “, tres días completos por los arenales de Piedras Gordas y Ancón . . . toda una aventura a modo de despedida del ambiente militarizado, y comienzo de la nueva vida, en el ambiente civil.

En estudio me gustaban mucho los cursos de  Matemáticas y Geografía del Perú…”



D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\Maniobras militares de fin de año-1955,CMLP.jpg



Tío Tuco, tiene una memoria increíble y un orden mental que le ha permitido viajar con sus cuadernos a lo largo del Perú y transcribir todo lo que veía en datos y fotos. Imagínense que me dice: 


“me acabo  de acordar que el fusil Mauser Original Peruano que se me asignó fue el nº: " 8627 - B3 "  ¿Qué tal ?



Continua en su relato:



…Una vez finalizada la vida militar y al salir a la vida civil comencé a laborar en distintas actividades, para luego ingresar a la Universidad Católica (1959), facultad de Ciencias Económicas y Comerciales, donde estudié 4 años, hasta 1962.

En esta etapa de la vida y en el mismo salón, me encontré con Ricardo Sáenz  Rodríguez,, hermano de Iván Sáenz Rodríguez,, de nuestra promoción e integrante de la Décima Sección, con quien, por esas cosas de la vida, obtuvimos el Grado Académico en la misma fecha (Diciembre de 1965). 

En el ínterin, entre estudios y trabajos pequeños, cual  calentamiento inicial, aproveché los períodos cortos para comenzar a conocer lugares más o menos cercanos a Lima (Selva Central).


Una vez finalizado el período universitario y sintiendo estar cada vez más libre y contando con algún capital, comencé a planificar viajes a nivel nacional.

Estando en Abancay, los últimos años de primaria y al comenzar la secundaria, me gustaba andar en  bicicleta, con la que me  aventuraba a conocer lugares cercanos. 

Después y ya movido por el bichito de la aventura y lo desconocido, hablando de viajes largos, debíamos pensar en algo más adecuado a tal fin.

Con miras a este objetivo opté por adquirir  la motocicleta, vehículo que, por obvias razones, daba un infinito alcance al cumplimiento de cualquier meta, plan y/o programa a desarrollar, lo que devino en la compra de la primera moto B.M.W., de 500 cc. (año1962, de segunda mano), teniendo información teórica sobre la marca, capacidades y prestaciones.

Entusiasmado y motivado hasta no más, y luego de varios viajes por cercanos lugares a Lima, nos animamos a realizar en Agosto de 1963 el ¡¡¡ Primer Viaje Gigante!!! "Lima - Huancayo -´Lima" (3 días y 700 kms.), al que posteriormente seguirían otros, cada vez más largos y de mayor duración, como fue el segundo, año 1964: "Cusco - Abancay - Ayacucho - Huancayo - Tarma - Cerro de Pasco - Lima" (1,800 kms. y 38 días).


Como las cosas salían a pedir de boca, logré conocer detalladamente la geografía del Perú y sus maravillas tal y conforme lo había planificado, ingredientes con los cuales, el estímulo y entusiasmo aumentaban en progresión geométrica.


Llegado el momento (año 1965), planificamos una gran gira por el norte y nor oriente peruano (en moto, 4,600 Kms. y cerca de 75 días, "Cajamarca - Amazonas - Lambayeque - La Libertad -Áncash y Lima"), aprovechando la oportunidad de Cooperación Popular, a desarrollar en Chumúch, Celendín, Cajamarca, distrito y anexos donde caminamos a pie algo de 300 kms. (esa vez, no había carretera). 

Los trabajos iban y venían, perooooooooooo. . .  al no tener "nada que hacer en Lima" (casa-trabajo, y viceversa), a la hora de las vacaciones, pues ¡¡¡ afuera y a 300 por hora !!!

Siempre planificando y teniendo presente (cual comida en el fogón), los planes y programas a desarrollar en forma orgánica, nuevamente, en 1966 y dentro de un enmarañado programa "Por Todas Partes"(Pasco. Huánuco, Loreto, San Martín, Lambayeque y Lima), atravesamos la selva loretana, hasta alcanzar el triángulo internacional "Perú - Brasil -Colombia" (en el km. 713 del poderoso Amazonas).  

Este viaje fue una locura de locuras . . . ¡¡¡ completa !!! pues, además de conocer la enmarañada, descomunal y súper variada geografía nacional, estaba de por medio el hecho de buscar conocer,  y al detalle, la realidad de la, esa vez en plena construcción y más que discutida, Carretera Marginal de la Selva, cosa que en Lima generaba gran discusión, a causa del aplastante desconocimiento de la realidad del interior del país.

Frente a esa realidad social y dinámica,  los politiqueros de turno, según sus intereses,  afirmaban y/o negaban la existencia de tan monumental obra vial. 

Así, apristas y sus ocasionales aliados, tajantemente sostenían que “la obra, no existe”; a su vez, en la otra vereda y por su lado, acciopopulistas y sus aliados, sostenían que "la obra era una realidad".

Como los medios no se daban el trabajo de ir a ver la realidad, tanto como que la información era necesariamente sesgada, dando lugar a dudas y confusión general; determinamos acabar con el mito.

En este específico objetivo y caminando sobre el terreno de los hechos, pasé unas aventuras sin par, avanzando por antediluvianos lodazales de la trocha recién abierta (“Aucayacu – Madre Mía”, en territorios de Huánuco y San Martín), a fin de llegar, ya sea al punto final de cada tramo, o a modo de comprobar el avance de otros, obteniendo la versión exacta del avance de la obra gracias a experimentar en tiempo real.

Después de miles de momentos de gozo, placer, sufrimientos y demás sensaciones, experimentadas a lo largo de 91 días y 8,300 kms. recorridos a pie, en camión, lancha y avión, llegamos a Lima, para, de nuevo, hacernos del respectivo dinerillo, recupero de energías y revelado de las centenas y miles de fotos, tomadas a lo largo del recorrido.

Trabajando en otra zona del país (Huaraz, Áncash, 1967/68), aprovechamos para conocer más al detalle las provincias cercanas, su geografía y sus peculiaridades, siempre con la gran aliada: la moto.


A inicios de 1969 y gracias a una gran oportunidad, optamos por cambiar de moto, comprando la segunda moto,  de la misma marca y cilindrada, pero muchísimo más conservada, casi nueva (B.M.W. , R-50, de 500 cc.)


Ya totalmente convencido y conocedor de las prestaciones y capacidad de la moto, nos lanzamos a escudriñar zonas mucho más lejanas, extensas y desafiantes, donde la trocha carrozable era el común denominador. 


Así, en 1970, planificamos un viaje por el sur peruano (5,200 Kms.), y otro por el norte y nor oriente (6,400 Kms.), plenos de aventuras, sorpresas, sinsabores, etc., etc., que infinitamente nos valió, y las asumí, como invalorables experiencias, siempre conociendo todo aquello que, poco o nada, estaba al alcance de mucha gente.


Al trabajar en el Ministerio de Agricultura, años 1971 y 1972, la tarea nos sirvió para conocer detalladamente el Huallaga Central (Tingo María - Tarapoto), encerrado una espectacular y envidiable geografía, gracias a su ubicación en la Selva Alta de los departamentos de Huánuco y San Martín.   Estando asentada la sede de la sub zona agraria en el distrito de Aucayacu (José Crespo y Castillo - Leoncio Prado - Huánuco), y empleada como centro de salidas a los diferentes puntos de la selva Alta y Baja, tanto como a la sierra huanuqueña;  los fines de semana eran aprovechados al máximo para dar rienda suelta al plan de aventuras y correrías, que nos llevarían a conocer las rarezas de la zona, esa vez (1971 - 72), toda misteriosa, lejana, desconocida e ignorada, y por lo mismo, llena de sorpresas y encuentros con raros habitantes de la fauna, ocupando la enmarañada selva (infinidad de mamíferos, aves, mariposas, diversas serpientes de varios tamaños y exóticos colores, etc.).

En una de las tantas escapadas, al ir a Pucallpa, tuvimos el privilegio y fortuna de conocer el SÚPER EMPUJADOR (en esa época), "LA REINA DEL AMAZONAS" , hermoso monstruo mecánico de 15 metros de ancho y 30 de largo, impulsado por DOS motores, cada uno de 850 H.P. , que fue el que en 1965 transportó 4,000 toneladas de maquinarias por todo el río Amazonas ( 4,395 kms.), el Marañón (312 kms.) y el Huallaga (205 kms.), hasta Yurimaguas, Total "Belém do Pará - Yurimaguas" 4,912 kms.

Esta maquinaria, nunca antes conocida en el Perú, peor aún en San Martín, donde no había sino cortas trochas a cercanos lugares, estaba destinada  para la construcción de los 113 kms.  de la Carretera Marginal de la Selva: tramo "Tarapoto - Moyobamba" (San Martín).


D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\Maquinaria de la carretera marginal de la selva, en el tramo Calzada- Rioja (San Martín).jpg

En otra oportunidad, fiestas patrias del ´71, se nos ocurrió, moto y todo, viajar por el río Huallaga, entre Tocache y Juanjui, unos 180 kms., pasando por la espectacular zona de los 36 mal pasos del Huallaga y cuyo punto centro está marcado por  el Nº 26: CAYUMBA . . .  toda una aventura " de alta tensión para arriba ". 

De ahí, por la Carretea Marginal, a Tarapoto y Shapaja, distrito ubicado en el núcleo de la cordillera Oriental, tramo del "Cerro Escalera", donde se ubican los famosos mal pasos de "El Estero", "Chumía" y , , , , ¡¡¡ "El Vaquero", lo máximo a nivel nacional !!!., logrando ver el paso de las balsas (únicas capaces), ¡¡¡sumergiéndose y saliendo a la superficie  4, 5, y hasta seis veces . . .!!! todo un monstruoso e inolvidable espectáculo.


En esos años, y al no estar aún habilitada la Carretera Marginal en el  tramo “Tocache – Juanjui”; el regreso, “Tarapoto – Tingo María”, lo hicimos, moto y todo, ¡¡¡ en avión!!! . . .  otra locura más por territorios de San Martín y Huánuco.

Las aventuras se daban cual serie cinematográfica, matizadas, al fin, por la visita de la Contraloría General de la República, atendiendo denuncias sobre irregularidades y malos manejos, ejecutados, como siempre, por aquellos que se creen dueños de hacer lo que quieran.


Finalizado el programa laboral y de aventuras múltiples, nos retiramos de la zona para emprender otro programa similar, planificando, esta vez, visitar y conocer Satipo, la central hidroeléctrica del Mantaro, el río Apurímac por aquella lejana y desconocida latitud correspondiente a la provincia de Huanta – Ayacucho, donde se ubica el distrito de San Francisco del río Apurímac, para, luego, continuar la aventura por las provincias ubicadas al sur de la ciudad de Ayacucho, siguiendo el plan trazado hacia el departamento de Huancavelica, sus provincias y distritos aledaños, y previo pase por los abras de Chonta (4,907 m.), y el famoso Abra de Huayraccasa (5,059 m.), alcanzar la laguna de Choclococha, para seguidamente comenzar el descenso a Castrovirreyna, el famoso Ticrapo, Huáncano ( desvío al centro arqueológico de Huaytará), Humay, Tambo Colorado y finalmente Pisco, en la carretera Panamericana Sur.

Ya estando en Pisco, seguir rumbo a Nasca y Chala, el inicio de la súper carretera de infarto a Coracora (Parinacochas) , en el tramo “ Convento – Alto Perú”.

Y a partir de Coracora, viajar por la recientemente abierta trocha carrozable  que enlaza con la ciudad de Puquio (Lucanas - Ayacucho), para, seguidamente, bajar a Nasca y retornar a Lima, después de un recorrido de cortos 3,200 kms. conociendo las más diversas cosas y realidades de esta parte del país.

Al cabo de un "descanso", tanto como incentivado por el hecho de no visitar Abancay desde varios años, se me ocurre planificar un larguísimo circuito (7,700 Kms en moto, y 600 en camión), por varios departamentos del sur peruano (Ica, Ayacucho, Apurímac, Cusco, Madre de Dios, Puno, Cusco, Apurímac, Ayacucho, Junín y Lima), siempre preparando las cosas al detalle a modo de no darnos con desagradables "sorpresas", sorpresas que en circunstancias de esta magnitud, generan segura frustración.  


A modo de no sufrir las lógicas consecuencias de la temporada pluvial, esperamos que con largueza finalice dicho período, lanzándonos a esta nueva aventura un 28-5-73, haciendo la primera etapa hasta Nasca (450 Kms.), para, al siguiente día, seguir rumbo a Puquio (156 Kms.), avanzando en un día por demás soleado y con un precioso cielo celeste, nubes lejanas y en fin, un día perfecto.


Lo que sí recuerdo perfectamente es lo dicho por unos pobladores de Puquio al verme llegar a la ciudad: "qué suerte que haya llegado hoy, pues ayer cayó una lluvia infernal, un diluvio total, como despedida de temporada", lo que comprobamos al continuar el tercer día, perfectamente soleado y cielo despejado, rumbo a Cotarusi, encontrando la puna de Yauriviri totalmente encharcada, enfangada y poco menos que impracticable, teniendo que salir de la carretera para circular por los laterales que resultaron ser el mejor camino a tomar, frente a la trocha oficial.

D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\4. quebrada honda.jpg


Por la antigua e infernal trocha, polvorienta, llena de baches y sobre los 4,300 m.s.n.m., marchamos por largas 10 horas, hasta alcanzar Cotarusi (Km. 174 del viaje), donde descansamos, pues nuestra siguiente etapa era Antabamba, distante 111 Kms.

Claramente recordamos que debido a preocupantes, equivocadas y restrictivas medidas gubernamentales, el conseguir gasolina era un tanto problemático, pero gracias a Dios y a un camión que pasaba con destino a Nasca y Lima, logramos que el chofer nos provea del necesario combustible,  logrando obtener cuatro galones  que llenaron el tanque, cantidad que fue más que suficiente  para viajar con confianza a Antabamba.

Al tercer día (30/5), gozando de la naturaleza y observando  todo el panorama circundante, nos dimos con la grata realidad de Caraybamba y su kilométrica andenería, repartida a lo largo de la quebrada del riachuelo de Caraybamba, originado en las alturas de Yanakilca.

Todo extraño, todo nuevo, todo maravilloso, rumbo al abra de Yanakilca (Km. 40, a 4,409 m.s.n.m.), desde donde se puede apreciar el nevado "Piste" (5,140 m.s.n.m.), ubicado  tal cual la azotea de un edificio visto desde la vereda. Y por otro ángulo,  el lejano e inmenso horizonte con las alturas cordilleranas de la provincia de Antabamba sirviendo de límite con la de Grau.

A partir del abra y por un sinuoso tramo en pronunciada bajada, primeramente se pasa frente al caserío Vito (km. 65), luego por el caserío de Silco (km. 77), hasta finalmente alcanzar las orillas del río de Mollebamba (Km. 89), lugar en el que pasamos una aventura un tanto peligrosa al vadear el río, pues para no caer y remojarnos moto y todo en el río, nos vimos obligados a poner  los pies en el agua, logrando estabilizarnos a cambio de mojar los  zapatos. En este mismo lugar, y de regreso, pasamos otra aventura y momento, aún más emocionante. 

Continuando con rumbo a nuestra meta y etapa del día, comenzamos la fuerte subida que concluye en la cumbre separadora de Mollebamba y Antabamba, logrando observar y apreciar los tremendos abismos al pie y bordeando la carretera, hasta comenzar el descenso final de unos 9 kms. a Antabamba, ciudad a la que arribamos después de 9 horas de viaje. 

Visitamos Antabamba (que la recordamos aún en estado semisalvaje, ya que la carretera recién había llegado poco meses antes), con su paisaje  adornado de abundantes eucaliptos, su emblemático cerro Utupara al frente, tanto como por otro frente el distrito de Huaquirca, y unos 7 kms. más adelante, visitar el poblado de Matara

En el afán de conocer Antabamba empleamos tres días, luego de los cuales nos preparamos para proceder a la cuarta etapa con rumbo a Chalhuanca.


Como siempre, y más aún con pleno conocimiento de  lo que nos esperaba en Mollebamba, salimos a la 7 a.m.


Por el trauma experimentado en el viaje de ida y a modo de evitar vadear el río, nos aventuramos a usar el puente del ¡¡¡ camino de herradura !!! 


Para esta misión y a modo de evitar todo posible obstáculo, quitamos todo el equipaje de la moto y a la vez,  estudiamos los "pro y contra" de tal operación.  

Una vez decidida la maniobra nos lanzamos a pasar por sobre el angosto puente, peroooooo . . .  al alcanzar el estribo izquierdo (fin de la aventura y maniobra suicida), resultó que, a causa de los puntales salientes de los troncos, se generó una no programada ”grada”. Esto hace que en el punto final y ya a salvo ¡¡¡ pierda estabilidad . . . . !!!, con la moto tendida sobre tierra firme. ¡¡¡ Tremenda felicidad y susto, propio y de los obreros que rehabilitaban el puente!!! , quienes, luego, nos ayudaron a parar la moto tanto como cargar las mochilas y equipajes. 

¡¡¡ Feliz despedida de los obreros y . . .!!! a continuar viaje con rumbo a Silco, Vito, Yanakilca, Tejahuasi, Caraybamba, Aparaya y Chalhuanca , punto final de los ahora 128 kms.( 111 + 17).


También en Chalhuanca, y a modo de conocer los baños termales de Pincahuacho y alrededores, nos quedamos unos días.

De nuevo, ya sobre la troncal (hoy ruta 26-A), y por todo el cañón de los ríos Chalhuanca y Pachachaca, en días constantemente soleados y dentro de un clima agradable, alcanzamos la desembocadura del río Lambrama, que por las torrenciales lluvias resultó destruyendo  por largos tramos la carretera a Lambrama, y, lógicamente, la ruta a Chuquibambilla).

D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\Puente Pachachaca, a 15 km. de Abancay- Apurimac.jpg

Desde el pie de la carretera troncal se podía ver los estragos, tanto como los tractores abriendo la nueva carretera (8-6-73), causando preocupación si podríamos llegar a viajar rumbo a Chuquibambilla. . . toda una incógnita, peroooooo . . . faltaba ir por todo el Depto. del Cusco, Puno y Madre de Dios, tiempo que serviría para terminar de construir la nueva trocha, destruida desde Febrero.

Abancay,  nos pasamos de frente rumbo a Curahuasi, donde nos quedamos a dormir, para, al siguiente día, seguir rumbo a Anta y Ollantaytambo, donde dejamos la moto para ir en tren a Machu Picchu, pasear por el conjunto arqueológico  y,  lógicamente, subir al codiciado Huayna Picchu. Cumplida la misión, retornamos al poblado de Aguas Calientes a fin de embarcarnos en el tren rumbo a Ollantaytambo y retomar la moto para continuar la aventura por territorios de la selva de La Convención..

A partir de Ollantaytambo (2,846 m.), y por una suerte de cicatriz calada en las montañas del sector, la carretera se eleva en constantes, seguidos e interminables  zigzag,  hasta  alcanzar el abra de Málaga (km. 44, a 4,250 m.), punto de inicio de la enorme espectacular y peligrosa bajada a Huyro, Q´ellouno y Quillabamba, nueva etapa que sirvió, esta vez, para conocer aquella diferente realidad  a la acostumbrada cuando se habla de "Cusco".

D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\10.cunyac.jpg


Quillabamba, capital de La Convención, a 1,047 m.s.n.m., a 144 kms. de Ollantaytambo y a 223 del Cusco, es territorio de Selva Alta, encerrada  en el encañonado formado por el río Vilcanota que le ofrece un aspecto singular, a sumar  la abundante vegetación que recubre los cerros de un variado verdor.

Por su ubicación, los productos agrícolas y sus habitantes, muestran características diferentes y peculiares, muy distintas a lo conocido en la cercana sierra cusqueña.

Luego de conocer detalladamente la zona, gozar de sus frutos y sus paisajes, en la tarde,  y a modo de adelantar viaje, nos fuimos a dormir al caserío de Alfamayo, distante 60 kms. de Quillabamba y ubicación de la garita de control del Banco de la Nación, pues lo que se nos venía al día siguiente, era para demorar tomando fotos y apreciando el tremendo paisaje ubicado en esta porción de 84 kms. a Ollantaytambo. 



D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\Puente de Huarancalla, sobre el río Apurimac, el camino de herradura Paruro- Accha(Cusco).jpg

Después de apreciar detenidamente el nevado K`cosñi Rit`i, frente al abra de Málaga, tanto como disfrutar de la enorme y enrevesada bajada que enlaza el Abra de Málaga  con Ollantaytambo ( km. cero, a 2,846 m.), discurriendo por entre el desfiladero de la quebrada de Patacamaya, nos disponíamos a descansar de la corta pero sacudida etapa, debido al paso de calor al frío gélido, y de ahí al valle.

Siempre con la mente puesta en el avance de la obra de reconstrucción de la carretera a Chuquibambilla, ya que tenía como una de las etapas el conocer la capital grauina, a la hora del noticiero matinal (9-6-73), escuchamos la noticia sobre la llegada, a lo valiente, de la vialidad a ¡¡¡Tambobamba!!!      (Cotabambas - Apurímac), lo que me llenó de alegría sin límite, más aún, sabiendo que nos faltaba un largo recorrido por el sur cusqueño, el norte puneño y el viaje en camión: Marcapata - Pto. Maldonado (en camión, pues la trocha selvática era simplemente ¡¡¡ impracticable para la moto!!!). . . .  toda una larga tregua que sirvió para mejorar aún más dicho acceso, tanto como seguir viajando "sin pausa y sin prisa".

D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\5 puente.jpg


Con unos envidiables días soleados y de límpido cielo, continuamos la aventura rumbo a las llamadas "provincias altas" (Acomayo, Yanaoca, Espinar y Chumbivilcas), encontrando maravillas coloniales, muy poco conocidas a raíz del centralismo cusqueño, inmerso en Machu Picchu, Sacsayhuamán y demás lugares altamente explotados, hasta el extremo de “no necesitar” de las maravillas existentes en esta parte del departamento,  generando el total y absoluto desconocimiento, hasta el extremo de pasar como poco menos que inexistentes.

En esta porción cusqueña nos impresionó sobremanera Acomayo (3,207 m.), y su plaza,  flanqueada por arcos de entrada en las 4 esquinas. Y a sólo 15 kms, más abajo, nada menos que el distrito de ¡¡¡Pillpinto, a la margen izquierda del río Apurímac!!!


D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\Puente Pillpinto sobre el río Apurímac, a 15km de Acomayo- Cusco.jpg

Continuando viaje por territorios de Acomayo y luego por los de la provincia de Canas, camino a Yanaoca, nos dimos con la grata sorpresa de, primeramente, encontrar que las plazas de armas de los caseríos, poblados y distritos de la zona, decorando y adornando, lucían largas hileras de arcos, construidos con adobe. 

Paralelamente,  y repartidas a lo largo de la ruta, se ubican preciosas lagunas como Pomacanchi, Acopía, Tungasuca, etc., ubicadas en las circunscripciones distritales de Pomacanchi, Pampamarca y Tungasuca, este último, lugar de origen de Tupac Amaru II, distrito ya cercano a Yanaoca (3,913 m.), donde el pajonal es abundante, tanto como frío y viento se dejan sentir con intensidad. Y  por las noches, ya podemos imaginar el frío imperante en este poblado que hasta de día se veía solitario en razón de  las severas condiciones.

Después de permanecer tan sólo un día en razón de las condiciones climáticas severas, continuamos la aventura rumbo a Yauri (Espinar), distante 103 kms., en un envidiable día y panorama soleado, cielo totalmente limpio y avanzando por entre la alta puna recubierta del por demás abundante pajonal. Y al fondo, el nevado de Ausangate (6,372 m.), cabeza principal del Nudo de Chimboya, adornando la gigantesca pantalla panorámica, seguida de varios nevados.

Luego de galopar horas sobre  la larga y alta puna alcanzamos el paraje de "El Descanso", lugar de parada obligada para los viajeros procedentes de lejanas latitudes (Arequipa y otros). Siempre avanzando por la elevada puna llegamos al punto de desvío a Yauri (3,915 m.), la capital provincial de Espinar.

El frío imperante en la puna era mitigado por el fuerte sol que nos acompañaba a lo largo del viaje. Peroooooo, al caer el día, inmediatamente comenzaba a sentirse el frío que llegaba hasta los huesos.

Al llegar a horas del mediodía, en Yauri, se había llevado a cabo un mitin en rechazo a los abusos cometidos por Velasco y los esbirros del tristemente célebre SINAMOS, quienes, aprovechando la coyuntura, se dedicaban a robarles sus ganados con el cuento de la "reforma agraria". 

En estas circunstancias y caída la tarde, asustados pobladores, que nos confundieron con los esbirros de Velasco, nos preguntaron si éramos “del gobierno”, rechazando de plano, tajantemente y por completo tal confusión, actitud frente a la cual la calma retornó al ambiente.

Totalmente sorprendido por lo que a cada paso hallábamos en los linderos de la provincia de Espinar y su capital Yauri, más los cercanos distritos, visitamos el puente Santo Domingo, el distrito de Coporaque (Ojo; no confundir con el Coporaque de Caylloma. Arequipa), y el precioso templo colonial de San Juan Bautista,  joya absolutamente desconocida, ignorada y virtualmente inexistente, por culpa de la ignorancia total sobre esta realidad física, tanto como de la infeliz y mercantilista política de dedicarse a explotar únicamente Cusco y Machu Picchu., por demás fácil y rentable al máximo.

Cada vez más admirado, gratamente sorprendido y lógicamente  incentivado por todo lo descubierto a cada paso, tomábamos más ímpetu para seguir descubriendo lo que habría en la siguiente etapa.

Así, y después de conocer esta porción de Espinar, salimos rumbo a Santo Tomás,  a 3,660 m. s. n. m., capital provincial de Chumbivilcas, distante 144 Kms.,  siempre por una carretera de puna, rodeado de un impresionante pajonal, recubriendo a los 360º del paisaje, acompañados por el permanente y generoso sol calentando el frío ambiente, tanto como alumbrando e iluminando el amarillo acentuado del kilométrico pajonal.

A 10 Kms. de Yauri, camino a Santo Tomás, se encuentra el precioso y maravilloso puente Santo Domingo, cuya estructura colonial se refleja sobre las aquietadas aguas del río Apurímac gracias a los paredones rocosas que lo amurallan. Todo un gran espectáculo a apreciar y fotografiar. . . 


D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\Puente Santo Domingo sobre el río Apurímac, a 10km de Yauri y a 3900 msnm. camino a Santo Tomás- Cusco.jpg



Asimismo, y a otros 10 Kms. más adelante se encuentra el distrito de Coporaque, inestimable joya colonial que recién en 2013, después de más de 4 décadas, se procedió a restaurar.

Siguiendo la secuencia de la etapa y en constante ascenso, el camino se desarrolla por la puna y rodeado de un paisaje adornado por el pajonal, cada vez más  tupido y en una interminable subida hacia el elevado abra de Huayllapacheta (km. 60, a 4,660 m.s.n.m.), donde el frío sí que es insoportable, más aún, si el cielo se halla nublado. 

En esta parte del camino y por la gran área que recubre, así como por la altura alcanzada, el pajonal semeja un gigantesco escobillón. 

Es a partir del Abra donde comienza la larga bajada a Velille (km. 84, a 3,730 m.), que luego de un corto tramo en suave ascenso, nuevamente en sostenida subida se alcanza la última cumbre de la etapa: el abra de Asnoccasa (Km. 118, a 4,200 m.), que gracias a su estratégica ubicación resulta ser el gran mirador de un amplio sector, incluidos lejanos territorios de la provincia de Cotabambas (Apurímac).

Asnoccasa marca el comienzo de la bajada de 26 kms. al extraordinario, sorprendente y desconocido Santo Tomás (3,660 m.), donde indudablemente y desde lejos, sobresale y resalta la edificación de su gran templo colonial, distante 144 Kms. de Yauri (Espinar), y 370 Kms. de la capital departamental: Cusco.

Al llegar a la plaza de Armas de la ciudad, la dimensión de lo visto desde lejos se incrementa, encontrando en primer plano el espectacular atrio, trabajado con enormes piedras de sillar rosado, talladas y colocadas rodeando el templo y flanqueando la entrada a la catedral, no menos rica en imágenes, platería y tallados a granel, cosa que simplemente ¡¡¡jamás imaginé fuera posible!!! 

Desgraciadamente, toda esta monumental riqueza artística colonial,  permanecía en situación de anónima, ignorada y desconocida. Y no nos cansaremos de decirlo, a raíz de haber concentrado y dejado que el interés por el movimiento turístico del departamento se centralice en Cusco y Machu Picchu. 

D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\11. ampay.jpg

Después de 3 días de disfrutar y gozar de la belleza, rareza y experiencias varias sobre la por demás sorprendente realidad tomasina (Chumbivilcas - Cusco), procedimos al regreso, obligatoriamente por la misma ruta con rumbo a Yauri (Espinar), pasando por el abra de Huayllapacheta (4,660 m.), el abundante y kilométrico pajonal adornando la ruta, el viento y sol de la puna, y el  descenso en desarrollos hasta los 4,200 m., continuando luego  por la larga pampa en suave plano inclinado hasta alcanzar el puente Quero (km. 16), y de nuevo, el Pte. Sto. Domingo sobre el río Apurímac, Km.150 del río, a 3,900 m.s.n.m. y a 10 kms. de Yauri, la capital de Espinar. 

Ya habiendo visitado detalladamente Yauri, al siguiente día venía la etapa "Yauri - Ayaviri" (135 Kms.), en la que se pasa de territorios cusqueños a territorios puneños, por una trocha carrozable algo abandonada pero geográficamente muy interesante.

Por la gélida puna del altiplano cusqueño caminamos rumbo a Héctor Tejada (Km. 51), para luego introducirnos al pequeño laberinto andino mediante un enrevesado tramo de 29 kms. al abra de Mataraccocha, (Km. 80, a 4,261 m.), línea divisoria de los departamentos de Cusco y Puno.

Esta pequeña cordillera es por demás importante e interesante, pues sirve de muralla separadora de las cuencas del "Apurímac - Amazonas", y del Titicaca, con el paisaje natural cual maqueta ilustrativa.

Después de un ascenso un tanto difícil a raíz del estado de abandono en que se encontraba este tramo, comenzamos el suave descenso ya por territorios distritales de Llallí (Melgar, Puno), pero . . . .  aquí nos esperaba una doble sorpresa, pues la carretera vadeaba dos desfogues de pequeñas lagunas perdidas en el laberinto andino. Y en el primer vado, . . . por poco nos remojamos ¡¡¡a más de 4,000 m.s.n.m. !!!

Un tanto traumatizados, pero ya preparados, encontramos el segundo vado que resultó menos peligroso, llegando así a Llallí (Km. 97), y luego al distrito de Umachiri ( km. 115), que como atractivo para el visitante, en una columna pétrea se ubica el reloj solar,  en pleno uso.

Ya distendido y gracias a la carretera en mejor estado, al permanente sol y suave viento del altiplano puneño, arribamos a Ayaviri ( km. 135, a 3,907 m.s.n.m.), donde nos encontramos con nuestro amigo de toda la vida: Pepe Zapata y familia, descansando unos tres días a modo de conocer detalladamente la ciudad y sus diversos atractivos.

Como siempre, la invencible moto nos dio una gran sorpresa, pues al revisar el platino a modo de comprobar la luz correspondiente, resultó que estaba ¡¡¡ totalmente cerrado!!! . Pero, entonces, ¿ cómo funcionó y sin problemas el motor ?  . . . toda una incógnita. Ya repuestos de la sorpresa procedimos a calibrar y . . . ¡¡¡ adelante !!!

Reanudando la aventura, la siguiente etapa era conocer Sandia, capital provincial enlazada por un extraordinario camino, pleno de paisajes cordilleranos, nieves, lagunas y Abras.

Al abandonar el tramo plano del camino y luego de pasar la ancha quebrada de Albarizani, comienza la subida al abra de Toco Toco (4,730 m.), el estratégico  mirador de la mina de oro de La Rinconada, al pie de la montaña de nieve y la población conviviendo entre la riqueza dineraria y la miseria humana. Todo un drama.

Avanzando por las frías pampas de Baltimore pegadas a la cordillera, se alcanza el codo de Quiscupunco y seguidamente la laguna de Saytoccocha, para luego de un giro de 90º a la  derecha, enfilar al Abra de Sallako (4,520 m.s.n.m.), un gran corte en la cordillera y que gracias a otra abertura lateral por el lado derecho permite divisar el nevado del mismo nombre. 

A partir del abra comienza el descenso por una kilométrica ladera arcillosa que cuando llueve, resulta por demás resbalosa y peligrosa, geología y territorio arcilloso extendido hasta las proximidades del distrito de Cuyo Cuyo. 

Luego de pasar este poblado  viene el impactante sector de "La Repisa", un rocoso corte angosto, sinuoso y al pie de un considerable precipicio, seguido de un tramo en varios zig zag por donde la carretera desciende fuertemente hasta alcanzar el pie del río de Sandia.

En la ladera ubicada frente a “La Repisa” se ubican los caseríos de Ayo y Lakeike, cual vivos nacimientos navideños,  luego Iguará y Simba.

Ya ubicados al pie del río y 6 Kms. más adelante se arriba a la ciudad capital, Sandia, a 2,178 m.s.n.m. y a 223 kms. de Juliaca. Un viaje a pedir de boca, lleno de experiencias, emociones mil y descubriendo la verdadera geografía del Perú.

D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\Los Pukutos, tradicionales viviendas en la provincia de Huancané- Puno.jpg

No olvidamos que pretendimos seguir más al fondo, hasta alcanzar los primeros indicios de la selva alta puneña, pero, al sufrir las restricciones de gasolina, imperantes en esa época, gracias a los " revolucionarios" de Velasco, y de miedo a quedarnos plantados en el fondo del valle, nos limitamos a visitar Sandia.


A la par de ser por demás bello y abrumador el paisaje de Sandia, igualmente se proyecta terrorífico, pues además de estar ubicado dentro de un profundo y estrecho encañonado, está rodeada de varios otros grandes tajos presentando una rara geología predominando en abundantes cantidades y por todos lados la piedra laja, la que se empleó para  construir  la inmensa mayoría de las viviendas dándole un toque especial al paisaje urbano.

Frente a esta realidad geográfica y en caso que el río cargara en exceso, ya imaginamos lo que sucedería con el pueblo . . . ¡¡¡ todo sería barrido por las avalanchas de agua y piedra!!!

Preciosas e inolvidables experiencias, frío, calor, hambre, sed, etc., todos superados, gracias a que, primeramente y por delante, se daba cumplimiento a lo planificado con antelación,  las aventuras y al deseo de conocer la realidad nacional. Las fotos de rigor y por docenas, eran el ingrediente y agradable saborizante de todas y cada una de las etapas. 

Nuevamente,  y finalizada la jornada de conocimiento de la zona, nos dispusimos a preparar el regreso y, nuevamente, empleando la misma ruta, algo indeseado e indeseable para todo buen viajero, que siempre quiere y busca conocer todo nuevo.

Esta vez, en ascenso continuo, sin pausa, sin prisa y sin tregua alguna, avanzamos hasta alcanzar el Abra de Sallako, la laguna de Saytoccocha, Quiscupunco, las pampas de Baltimore, la zona minera de La Rinconada, Albarizani, y finalmente San Antonio de Putina, donde nos quedamos a descansar a fin de gozar de las aguas termales, quedando en esta ciudad un par de días para conocer la población y sus recursos turísticos.

Ya ubicados en la cuenca del Titicaca, el viaje por el altiplano puneño resulta más cómodo en razón de la plana geografía por donde cruzan las carreteras.

D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\Río Desaguadero, frontera entre Perú(izquierda )- Bolivia(derecha).jpg

Inmersos en la nueva dinámica y geografía puneña, enfilamos rumbo a Macusani (Carabaya),  pasando por Azángaro, Asillo, San Antón y la Hda. Salviani, hasta alcanzar la cuesta que finaliza en el Abra de Occe Puño (4,873 m.), comienzo del descenso final de 18 Kms. a Macusani (4, 315 m.s.n.m).

Ubicados en la plaza de armas de Macusani y a primera vista, lo más espectacular y llamativo, ubicado frente al pueblo y a gran distancia, es el nevado Allin Ccapac  (5,850 m.), dejando ver en el intermedio enormes cerros formando profundos e insuperables callejones. 

En la época que llegamos y debido a la considerable distancia que separa Macusani de la carretera Longitudinal de la Sierra, entre otros factores más, el pueblo se veía pobre y abandonado. Pero, de seguro que con la construcción de uno de los ramales de la Inter Oceánica Sur, las cosas ya deben estar mucho mejor.


D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\Pampas de Macusani( Puno) con el fondo del Nevado Allin Qapac (5850ms).jpg

Finalizada la visita a Macusani (Carabaya), la última etapa por territorios puneños, comenzamos a viajar rumbo a Sicuani, pasando por a Ayaviri, Santa Rosa y el Abra de La Raya (4,318 m.s.n.m., (límite provincial y departamental: Melgar, Puno - Canchis, Cusco), ubicado en un ángulo del Nudo de Vilcanota, origen del gran río Vilcanota (862 Kms.), ramal derecho que confluyendo con el río Tambo (ramal izquierdo,159 Kms.), generan el gigante Ucayali (1,771 Kms. ).

Por su ubicación, dicho Abra ofrece una extraordinaria y magnífica vista a los 360º, con las lejanas punas canchinas, el nevado de La Raya, el naciente Vilcanota descendiendo al distrito de Maranganí. Y por otro ángulo, el nudo cordillerano de Chimboya con su máximo exponente: el Ausangate (6,372 m.).

Luego de un tiempo de observación del grandioso y bello panorama circundante, comenzamos la bajada a Maranganí (3,709 m.) otrora sede de la industria textil canchina y cusqueña, ahora un tanto relegada.

Ya ubicados en un ambiente y  clima cada vez más templado, el pronunciado y persistente descenso finaliza en Sicuani, capital de Canchis, a 3,554 m. ,que como buena capital provincial nos valió para descansar y conocer detalladamente esta parte de la provincia cusqueña, distante 136 Kms. de la capital del departamental, Cusco. Asimismo, y a modo de llevar recuerdos fotográficos, nos dedicamos a tomar fotos al por mayor.

A pocos kilómetros de Sicuani se ubican los baños termales de Ullurmiri, ubicados a la vera de la carretera que va a las minas de Santa Bárbara, al  abra de Puncuni (5,130 m.), y al abra de "Campamento Polar" (o Chimboya, 5,170 m., ¡¡¡ súper alalauuuuuu!!!), ruta proyectada para ir directo a Marcapata, Quince Mil y Pto. Maldonado, sin necesidad de llegar hasta Urcos para, obligadamente, dar la gran vuelta por Cuyuni, Ccatcca, Ocongate y, recién, Marcapata.        

Pasados tres días de disfrute, descanso y conociendo Sicuani, continuamos viaje por la cuenca del río Vilcanota rumbo a Urcos (a sólo 94 kms.), ruta en la que se ubican los históricos distritos de San Pedro, San Pablo, Tinta(sede del importante complejo arqueológico de Raqcchi y sus construcciones incaicas), y a renglón seguido, el distrito de Combapata, donde se encuentra el gran puente colonial de Huancarumi sobre el río Salcca, afluente del Vilcanota por la margen derecha, proveniente del Nudo de Chimboya y su máximo exponente: el Ausangate (6,372 m.).

Como la etapa era corta, demoramos el tiempo que queríamos, y así, al llegar al cercano distrito de Checacupe, enterados que a sólo 8 Kms. se ubica Pitumarca, tomamos el respectivo desvío. 

Pitumarca resultó toda una sorpresa, pues además de bello y singular, el poblado se ubica como coronado por  nevados que aparentan estar "cerca", nevados llenos de leyendas y cuentos mil, contados por los lugareños.

De regreso a la carretera troncal seguimos ruta a Cusipata, para luego de 10 kms. arribar al recordado distrito de Quiquijana, sede que nos asignaron cuando se desarrolló el primer programa de Cooperación Popular Universitaria (año 1964), implementado por el primer gobierno del Arq. Fernando Belaúnde Terry , a modo de apoyar a las comunidades del interior del país en su desarrollo, trayendo a la mente múltiples recuerdos, enseñanzas, aprendizaje y aventuras mil, vividas a lo largo de los 2 meses del programa vacacional.

Constantemente viajando  por la margen derecha del Vilcanota y luego de pasar por otros varios caseríos, se llega al caserío de Muñapata, punto de desvío (Ruta 26B), a Ocongate, Marcapata, Quince Mil y Puerto Maldonado e Iñapari, y luego de cuatro kilómetros, ingresar a Urcos, la capital provincial de Quispicanchis, Cusco, donde descansamos para al siguiente día comenzar otra etapa con nuevas características, la etapa: Urcos - Marcapata, de 168 Kms.                                            

Luego del descanso de rigor en Urcos, iniciamos una nueva y singular etapa, componente del gigantesco viaje realizado por 38 provincias, recorriendo 8,300 kms. y 127 días de duración, comenzando por Muñapata, punto de partida de la hoy “Ruta 26B”, ruta que concluye en la triple frontera internacional: “ Iñapari (Tahuamanu - Madre de Dios - Perú) - Villa Asís (Acre-Brasil), y Bolpebra (Pando-Bolivia)”.

En Muñapata se inicia la interminable subida al Abra de Cuyuni (Km. 34, a 4,180 m.), progresivamente mostrando el panorama como si se ascendiera en un helicóptero, hasta alcanzar la cumbre que permite divisar muy a lo lejos el paisaje del nudo cordillerano de Chimboya, con su cabeza principal ( o “apu”), el Ausangate (6,372 m.).

Por el enrevesado y sinuoso desarrollo carretero se continúa rumbo a Ccatcca y al glorioso Ocongate (3,410 m.), distrito más próximo al emblemático Ausangate, nevado acompañado, entre otros, por el Pirhuayani y otras cabezas nevada, componentes del Nudo de Chimboya.

El bello panorama del distrito invita a tomar fotos a granel, sesión que continúa al paso por Yanama,  Lauramarca, T`inki, Mahuayani (el desvío a Q`oyllor Rit`i y Ampatune (laguna), para, finalmente llegar al abra de Hualla Hualla, km.121, a 4,820 m.s.n.m.,  máxima altura a alcanzar, camino a la selva de Madre de Dios.

Lo que teníamos a la vista era por demás extraordinario y maravilloso, obligando a otra sesión de fotos, previa a iniciar el tirabuzón de 4,177 m. verticales y 117 kms. a recorrer, hasta alcanzar  Quince Mil ( km. 238, a 643 m., la capital distrital de Camanti (Quispicanchis – Cusco) .

Y como todo estaba fríamente calculado, comenzamos el descenso por "Siete Vueltas", Coline, Upispata, hasta llegar a Marcapata (km. 166).

Como conocíamos (1964), que la carretera a la selva carecía de algunos puentes sobre peligrosas quebradas (ejm. T`tio), imaginando que (1973), la cuestión seguía igual, decidimos guardar la moto en Marcapata para seguir en camión a Pto. Maldonado (312 Kms.).

Al siguiente día y temprano, pasaba un camión, justamente hasta nuestro destino. Nos embarcamos y seguimos la aventura, siguiendo por la interminable bajada al paso por Amacho, Yuncahuaro, Santa Isabel, Chili Chili, etc,  desarrollada por la repisa del profundo, torrentoso, y encañonado río Araza, regado de enormes bloques rocosos que con el impacto de las caudalosas y torrentosa aguas, generan  un ruido  muy fuerte tanto como preocupante (¿ y si el vehículo cayera al fondo . . .?)

La persistente bajada, progresivamente genera un cambio radical en la vegetación, cada vez más tupida; tanto como en la  temperatura, cada vez más sofocante, llegando dentro de ese ambiente a Quince Mil (Camanti, Quispicanchis).

Ya inmersos en la nueva realidad física, la ruta avanza por misteriosos y extraños territorios, hasta alcanzar el km. 264, ubicación del enorme puente Fortaleza, sobre el silencioso y caudaloso río Nusiniscato.

El casi misterioso y silencioso camino sigue por San Antonio y Pte. San José, hasta alcanzar otro inmenso puente el Pte. Inambari, de 173 mts. (hoy, a 247 Kms. de Urcos y 177Kms. de Pto. Maldonado), final del depto. de Cusco y pase momentáneo (2 Kms.), por territorios de Puno, hasta el Pte. Loromayo (Km. 183).  

Al pasar el Pte. Loromayo se ingresa a Madre de Dios, donde  comienza otro tipo de aventura al paso por las espectaculares quebradas de Dos de Mayo, Amanapo y Venkeme, esa vez impracticables si no se hacen en camión, para, una vez superadas, comenzar el corto ascenso al estratégico abra del Km. 176, 6 kms.  antes de Mazuko ( Km. 170).

Lo extraordinario de esta cumbre es que, increíble, permite ver  ¡¡¡ la curvatura terrestre . . .  !!!.

Un descenso rápido nos coloca en el inicio de lo que es la Selva Baja, inicio de la gigantesca planicie amazónica, sin el más mínimo atisbo de cerro o lomada alguna.

Por un camino aún si mayores problemas, alcanzamos Santa Rosa (Km. 141), pero más adelante y conforme se avanza a Pto . Maldonado, se pasan por territorios arcillosos, convirtiendo la carretera en un lodazal en aumento y gran dolor de cabeza para los transportistas (puro camión).

La cosa se puso preocupante al alcanzar el famoso km. 112 y siguientes, hasta el 105, tramo en el que por carencia de material de ripio, y a cambio abundan los árboles, prácticamente la carretera lucía  ENTABLADA.  

Bueno que malo, lentamente el camión avanzaba por las kilométricas rectas perfectas, sobre un camino cada vez más estable conforme se acerca a Pto. Maldonado. 

Al segundo día llegábamos a la capital de Madre de Dios, después de un viaje bien sacudido, lleno de emociones y experiencias mil a lo largo de los 312 Kms. (Marcapata - Pto. Maldonado).

Sumidos en la selva de Tambopata y en una realidad diametralmente opuesta a todo lo conocido, comenzamos a visitar la ciudad, la zona aurífera (esa vez, aún incipiente), tanto como los ríos Tambopata y el Madre de Dios, al pie de la ciudad.

Después de tres días de "descanso", procedimos a regresar por la tarde, siempre en camión y viajando toda la noche, hasta alcanzar Marcapata, donde retomamos nuestra querida moto para avanzar viaje hasta Ocongate, donde quedamos a dormir.

Al siguiente día, y como ya no dependíamos de nadie, hicimos la caprichosa etapa "Ocongate - Ccatcca - Huancarani - Paucartambo", en viaje directo.

Mucho recordamos que estando en el tramo de la larga puna, disfrutando del lejano y monumental paisaje níveo de Chimboya y viajando en solitario "como más se me antojaba", comienzo a circular "por la izquierda" . . .  cuando en el momento menos pensado, se me aparece una camioneta a velocidad, y . . .  casi se me paraliza el corazón. Pero, como la maniobra fue tan rápida, todo no pasó de un susto más.

Así alcanzamos el cruce de Huancarani, punto donde se toma el desvío derecho a Micka y al conjunto arqueológico de Ninamarca (km. 52), comienzo de la bajada de 27 kms. a Paucartambo, la capital provincial, distante 108 del Cusco y camino a la selva de K`cosñipata.

En Paucartambo, y de rigor, nos quedamos para  descansar y conocer todo lo que hubiera en esta parte del departamento del Cusco.  

El descenso de Ninamarca a Paucartambo se hace mediante  interminables zetas permitiendo ver progresivamente la quebrada del río Mapacho, hasta finalmente alcanzar la ciudad, ubicada a la margen derecha del río, aguas procedentes de las alturas del antes mencionado y visitado distrito de Ocongate.

El acceso a la población es por el  puente "Carlos III” , una extraordinaria joya colonial, de inestimable valor cultural e histórico.

Como toda ciudad, Paucartambo tiene sus rarezas, bellezas, originalidades y demás características que la hacen singular.

Una de ellas fue ver que varias de sus calles resultan ser CALLES SIN SALIDA, por terminar frente a predios privados. 

Otra, fue saber y conocer que en esta ciudad se encontraba el famoso MANICOMIO AZUL , propiedad del aficionado botánico Yabar ( el " loco" Yabar ), un genetista que hacía maravillosos experimentos con plantas e injertos, de los más extraños y "traídos de los cabellos".

Debido a esta fama, el botánico Yabar recibía constantes y repetidas visitas de científicos y especialistas en plantas, procedentes aún desde lejanos continentes y países del planeta. Al respecto, tuvimos la ocasión de ver dicho " manicomio " , pero ya en su etapa de decadencia, por fallecimiento de su propietario y estudioso.

Después de disfrutar de las delicias de Paucartambo nos alistamos para seguir viaje rumbo a K´cosñipata y Atalaya, en el límite Cusco - Madre de Dios, por la zona del naciente río Alto Madre de Dios.

Toda una nueva aventura por la selva paucartambina, comenzando con la subida al abra de Akanacu ( km. 105, a 3,480 m.s.n.m.), y su vegetación,  progresivamente cambiante, conforme se desciende a las profundidades de la selva siguiendo esa carretera de infarto que cual repisa, desciende como desafiando y venciendo los profundos abismos, hasta alcanzar Pilcopata( km. 185, a 900 m.s.n.m.)  

Al llegar al antedicho abra, nos encontramos con un letrero que nos indicaba que la ruta había sido descubierta por Sven Erickson, un sueco, visionario y aventurero que llegó por esos lares, a fin de explorar y explotar la riqueza de la zona.

Estando en la misma cumbre de Akanacu, un nuevo paisaje y una nueva sensación nos invade, puesto que, a pocos kilómetros, se ubica el famoso TRES CRUCES, el gran mirador de la salida del sol a las tres de la mañana, gigante espolón que sirve como mirador - balcón, indudablemente formado por la mano de Dios.

La parte problemática de este lugar reside en que  debido a la impresionante neblina que se levanta,  procedente de la selva (K´cosñipata = alto humeante), hace que se necesite una importante dosis de suerte para hallar el panorama despejado y así llegar a apreciar el extraordinario fenómeno de la naturaleza.

Increíble pero cierto. . . a poco de comenzar el interminable tirabuzón (a 2 kms.), me viene un pálpito en el sentido que “algo hay en la carretera . . ." ,  Así, y luego de una curva izquierda y a unos 50 mts., encontraba una vaca echada a todo lo largo de la angosta carretera, y a la derecha, el enorme y tupido precipicio. Cosas de mi Ángel de la Guarda . . . 

Ya con más precauciones y teniendo a la vista lo que teníamos (abismos kilométricos), pasamos por el túnel "El Aguila", luego por parajes cada vez más cálidos y sofocantes, tales como Buenos Aires, Suecia, Sta. Isabel, Consuelo y Patria, para finalmente alcanzar Pilcopata, la capital de K´cosñipata - Paucartambo - Cusco, sumido en la intrincada selva y dentro de un ambiente de fuerte calor.

Es en Pilcopata donde  los ríos Pilcopata, Tono y Piñi Piñi se unen en un espectacular encañonado de grandes rocas, tupida vegetación y cerrada quebrada, dando nacimiento al río Alto Madre de Dios.

Esta parte final de la selva alta paucartambina tiene un paisaje muy singular, sobre todo viajando por los 12 kms. finales al paraje de Atalaya, margen derecha del río Madre de Dios, donde existe una rareza geológica consistente en rocas deleznables y de  color azulado/ verdosa, con la plataforma carretera color arcilla, tal cual es la selva.



D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\Puente de Huarancalla, sobre el río Apurimac, el camino de herradura Paruro- Accha(Cusco).jpg


Llegar a Atalaya y a la margen izquierda del terrorífico río Carbón constituyó toda una nueva e inédita experiencia, pues teníamos conocimiento de que dicho río (limítrofe Cusco - Madre de Dios), era un gran obstáculo el tránsito entre K´cosñipata (Paucartambo - Cusco), y Salvación (Manu - Madre de Dios)  ¡¡¡ y así fue!!!

¿Y cómo es el panorama del famoso río Carbón y su lecho? ¡¡¡¡. . . impresionante y peligroso hasta no más . . . !!!!

Para comenzar, el río Carbón semeja un inmenso, ancho y sinuoso tobogán que desemboca en el río Madre de Dios a la altura de la boca de salida del pongo de Ccoñec., que en caso de bajar cargado (agua, piedras y árboles a granel), hasta hacerlo retroceder y llegar a vaciar lo arrastrado ¡¡¡ a orillas de la margen izquierda del río Madre de Dios ¡!!.

El río Carbón es por demás traicionero y sumamente peligroso debido a los repentinos chaparrones y lluvias inesperadas, que devienen en violentas crecidas  en el momento menos esperado, y . . . ¡¡¡ peligro de muerte !!!

En tal virtud, el pase del caserío de Atalaya (Cusco, orilla izquierda), al de  Gamitana (Madre de Dios, orilla derecha), es de mucho cuidado.

Debido a las antes citadas características el trazo carretero va en diagonal y , felizmente, sobre piso de piedras y arena a granel. peroooooo . . .  siempre pasando como quien “pisa huevos” (sólo camiones y demás. Vehículos menores . . . ah, ah . . .) . 

Al efectuar un viaje, el segundo, en moto hasta la margen izquierda del río Carbón, sector de Atalaya y límite Cusco – Madre de Dios, nos quedamos observando la belleza salvaje de la zona ubicada en el vértice de los ríos Carbón y Madre de Dios. 

Después, y cuatro años más tarde,  en un  viaje por camión, hasta Shintuya, tuvimos la fortuna de pasar el traicionero río, ida y vuelta, perooooooo. . .  en el viaje de regreso, el camión ¡¡¡¡¡ se planta a 5 mts. de la orilla izquierda, Atalaya, sin poder salir del atolladero, desde las 4 hasta las 5 y 30 p.m.!!!! . . .  ¿ y si cargaba el río . . . ?.

Gozando y disfrutando de las aventuras por todos lados de la selva paucartambina y luego de experimentar sensaciones de todo tipo, comenzamos la marcha de regreso, nuevamente por el mismo camino de ida (el único), inmersos en  un clima y ambiente agradables, pero siempre parando y tomando fotos a discreción. 

En plena subida al abra de Akanacu y  llegando al paraje de Buenos Aires (km. 134), nos dimos con una tremenda sorpresa: una culebra verde permanecía como dormida, mimetizada con la vegetación del sitio, cosa que me asustó y retomando prontamente el timón y a velocidad adecuada, sin pausa pero con alguna prisa, abandonamos el sector, llegando sin mayor novedad a Paucartambo, lugar de descanso para al siguiente día dirigirnos al Cusco, donde, nuevamente, comenzamos otro tipo de aventura a desarrollar, por lugares totalmente desconocidos y poco imaginados desde siempre, como era el caso de la ruta “ Cusco – Tambobamba”, utilizando la carretera recién construida y de la que por noticias radiales y dos meses atrás, nos enteramos en Ollantaytambo. .

Al no estar consignada en mapa alguno, todo dato era oral, y por lo tanto, la aventura resultaba ¡¡¡ completa al 100 %!!!  Todo desconocido, todo por descubrir, todo por experimentar y demás ingredientes que aporta lo desconocido.

Habiendo transcurrido largos 64 días de  escuchar por Radio Unión, 9 de Junio de 1973, el anuncio del ingreso de vehículos por primera vez a Tambobamba (Cotabambas - Apurímac), dicho lapso fue aprovechado para continuar con el plan de aventuras planificadas, visitando la zona sur de Cusco, norte de Puno y la también desconocida zona de Madre de Dios ( Pto. Maldonado), en la certeza que en dicho intermedio el Ministerio de Transportes iría mejorando la plataforma caminera.

Un 12 de Agosto nos lanzamos a esta nueva etapa, mucho más emocionante que las anteriores por cuanto, desde siempre, se trataba de un territorio totalmente desconocido, extraño, lejano, etc. En otras palabras: Nada de nada.

Siempre temprano y doblemente incentivado por diversos ingredientes y razones, salimos rumbo a Inquilpata, conocido desde siempre por estar sobre la ruta Cusco - Abancay.

Al llegar al codo de desvío (km. 32 del viaje y Km. cero del tramo nuevo), nos posicionamos de una nueva mentalidad, puesto que ahí comenzaba la nueva y verdadera aventura de aventuras.

El paso por Inquilpata es plano, y luego de finalizada la corta pampa vienen los desarrollos que permiten divisar el panorámico paisaje de la pampa de Anta, sus cercanos distritos, caseríos y por todo el lejano horizonte, la cordillera nevada de Pitusiray (Calca), y Chicón (Urubamba), subida que culmina al llegar al  cercano abra de Churuccasa (a 15 Kms, de Inquilpata y a 3,960 m.), divisor de las cuencas de los ríos Vilcanota y Apurímac.

Al llegar a la cumbre y luego de bajar un tanto por entre los enrevesados repliegues del sector, camino al distrito de Chinchaypujio (km. 34, a 3,105 m.), se insinúa a lo lejos un paisaje raro y extraordinario. 

Las cumbres de los cerros y con el telón del inmenso  horizonte insinúan un gigantesco y sinuoso zanjón (río Apurímac), abriéndose paso entre los elevados cerros. Primera y fuerte sensación de conocer esta vez cómo era el gran río por este tramo, río antes conocido por las latitudes de Acomayo y Yauri.

Todo era raro, atractivo, fabuloso, extraordinario y extraño, lo que nos impulsaba a pretender ir rápido  . . .  tremendo error que nos obligaba a serenar la marcha e ir con calma, ya que nuestros viajes siempre fueron para conocer al detalle las zonas visitadas, mas no para llegar por llegar a un determinado lugar.

Sin pausa y sin prisa continuamos la gran e interminable bajada a Chinchaypujio (km. 34),  y seguidamente al km. 39, donde comienza la larga meseta, plana y sinuosa de 20 kms. al paso por Campanillayoc y diversos caseríos, hasta alcanzar uno de los tantos miradores del Cañón del Apurímac, en este caso: el mirador de Cóndor Huachana (km. 60, a 3,050 m.), todo un espectáculo con el río al pie, a 2,150 m. s. n. m.

Aquí sí que el verdadero espectáculo geográfico aumenta en progresión geométrica, con la panorámica vista del profundo cañón delimitando Cusco y Apurímac, a sumar la recién estrenada carretera que arañando las verticales laderas de Mándor (Anta - Cusco), desciende  al fondo del cañón (Pte. Huallpachaca), para seguidamente ascender mediante espectaculares desarrollos, hasta alcanzar el  distrito de Cotabambas (Cotabambas - Apurímac), enorme panorama por el que se desarrolla la carretera, 41 kms. visibles de un solo vistazo.

Más que impresionados por lo visto desde el km. 63, iniciamos la bajada al río Apurímac, alcanzando primeramente el paraje de Retamayoc (Km. 66), punto de inicio de las famosas 24 curvas en 180º desarrolladas en sólo 11.2 km. de carretera sobre la ladera de Mándor, plano inclinado drenado por quebradas que obligaron a desarrollar un caprichoso, espectacular y enrevesado trazo en zetas y de pronunciada gradiente a fin de lograr alcanzar la orilla derecha del río (km. 106).

Los 1,200 metros finales, planos y dentro de un sofocante clima, acceden al estribo derecho del puente Huallpachaca (Km.77.2, a 2,105 m.), final de Chinchaypujio - Anta - Cusco.

Del fondo del cañón nuevamente comienza la sostenida subida en espectaculares zetas a lo largo de 30 kms. hasta alcanzar el distrito de Cotabambas (Apurímac). 

Al tratarse de una ladera (izquierda), con mucho más inclinación que la de la margen derecha, los primero siete Kms.  parecieran trazados en la pared de cualquier construcción, dando al recorrido una cuota extra de emoción y ansiedad debido al violento crecer del abismo, con caída casi vertical al río.

D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\7 parte trasera.jpg

El constante ascenso por la preciosa y rara geología del lugar comienza a mostrar el anteriormente recorrido paredón de Mándor, con sus 11 Kms. y 24 curvas en 180º, hasta el pie del río Apurímac.

Nuevamente sintiendo frío y sobre un camino desarrollado por entre una espectacular geografía, llegábamos al  distrito de Cotabambas a eso de las 3 de la tarde, donde nos informan que para nuestra meta: Tambobamba, la capital provincial, faltaban ¡¡¡ 78  Kms. !!!

Como estos lares aún permanecían en el ancestral atraso, la llegada fue simplemente traumática, encontrando una infinidad de casas con techo de paja y carencias en todo orden.

Obligado por todas las circunstancias y condiciones del momento, no había otra alternativa que quedarnos a descansar en Cotabambas, después de un recorrido de 108 kms., pausa aprovechada para indagar sobre detalles del tramo a Tambobamba. 

Bueno que malo, descansamos y retomamos fuerzas para al siguiente día continuar con la aventura de buscar y llegar a la misteriosa, desconocida y ni siquiera imaginada Tambobamba. 

En el corto ínterin buscamos datos sobre lo que nos esperaba en adelante, recibiendo un informe espeluznante que nos hizo temblar: "el caserío de Huaraccopata (a 40 Kms.), está plagado de ¡¡¡ ABIGEOS !!!"

Ante tremenda noticia, tal era la ansiedad que nos carcomía, que comenzamos los 78 Kms.  a las 7 de la mañana, tal cual si se tratara de una etapa de 150 o 200 Kms., comenzando el tramo de los primeros 15 kms.  por un constante y suave plano inclinado, sinuoso y al pie de enormes precipicios, hasta alcanzar el inolvidable caserío de San Juan (km. 123), mirador de las profundas laderas que encañonan el río Apurímac.

La sostenida subida continúa hasta alcanzar el caserío de Huamaniray ( km. 128), donde frío y viento se incrementan sensiblemente.

Así, y acompañados por el constante frío y viento cortantes, se llega al abra de Pampaccasa, clima que sirvió para aumentar la ansiedad creada alrededor del antes mencionado Huaraccopata.

Como toda nueva carretera, era verdaderamente ancha y con tremendos cortes, poco comunes a los conocidos desde siempre, lo que se prestaba para avanzar más rápido, en el afán de alcanzar y pasar lo más pronto posible el mentado caserío.

Cada curva de las centenares del tramo nos hacía ver "fantasmas por todos lados " . . .y en la mente teníamos como grabado: " a qué hora se presentaba el enemigo. . . "

Finalmente, al frente del Km. 146 y a lo lejos, sobre una gran lomada, aparecían las casas del famoso Huaraccopata, sintiendo un gran alivio y a la vez un reto, pues en este traumático punto la carretera sólo era trocha para tractor, y estaba siendo mejorada.

Todo un reto en plena puna: ¿nos quedamos, o pasamos?  . . .  Pues, a pasar ¡¡¡ a lo macho !!! ,  y así lo hicimos sobre un tramo de por lo menos 700 mts. , al final del cual se ubica un original y raro monolito natural, con forma de una persona con quepí, denominado caprichosamente por los lugareños como "Sargentochayoc ".

Salvado el traumático tramo, continuamos viaje por la alta y larga puna del sector donde se ubican las pampas de "Ticka Pallana" ( lugar de peleas, para apoderarse de una de las casaderas), hasta finalmente alcanzar el codo del km.168, fin de la larga puna de 40 Kms. y comienzo del sostenido descenso en sinuoso plano inclinado de 16 Kms. a Tambobamba.

Como carretera nueva y esta vez sobre terreno arcilloso, el tramo final era de cuidado. Por varias partes resbaloso y algo encharcado que obligaba a avanzar con prudencia y sin apuro, ya que la ciudad estaba muy próxima, tanto como que la hora era la adecuada.

Finalmente, y después de una etapa plagada de sorpresas en todo orden de cosas, llegábamos a Tambobamba (en la margen izquierda del río Palcaro), y frente al  caserío de Palcaro, ubicado en la margen derecha.

).

Y aquí sí que nos dieron una súper sorpresa, al enterarnos que era el SÉPTIMO vehículo que ingresaba y, sobre todo: !!! LA PRIMERA MOTO !!!

Por múltiples razones, situaciones y motivos diversos, la llegada a Tambobamba fue histórica, y para nosotros se constituyó en todo un emblemático hito.

Resulta que, después de recorrer locos 6,500 kms. por todo el sur peruano, comenzaba el retorno a nuestro punto de salida, siendo justamente la etapa “Cusco – Tambobamba” la que iniciaba dicho retorno, que incluía: 1) Misterio y total novedad, con todo por descubrir ; 2)186 Kms.  totalmente desconocidos; 3) Trabajoso, árido  y monumental ingreso al Depto. de Apurímac, por lejanas zonas, desde siempre peatonales; 4)Cruce del monumental cañón del río Apurímac, y 5) Qué habría, y finalmente, cómo resultó siendo Tambobamba. 

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Visto desde las proximidades del ingreso a la capital de Cotabambas, Tambobamba, era tal cual un poblado de tres siglos atrás, con el 99 % de las casas con techo de paja, humeantes y muy lejos de cualquier indicio de modernidad, avance, etc.,. Todo un trauma producido por lo que teníamos a la vista (12 - 8 – 73), e imaginando lo peor en cuanto a comodidad durante la estadía. 

Felizmente, la casa de la familia Vivanco, una antigua casona ubicad en el barrio de Palcaro, margen derecha del riachuelo, nos levantó mucho el ánimo, sobreponiéndonos  rápidamente al trauma inicial.

Debido a que la carretera había ingresado recién 64 días antes que nosotros (9 - 6 - 73), todo era atraso y más atraso.

Como compensación frente a esta realidad, me sirvió el saber que "era la primera vez que llegaba una moto a Tambobamba", tanto como el séptimo vehículo en hacerlo.

Admirado por lo que teníamos al frente, mudos paseábamos calles y plazas modestas, rodeadas de construcciones de barro y paja por todas partes, con ancestrales costumbres como producto del aislamiento forzoso desde siempre .

Estaba próxima la fiesta de la Virgen de la Asunción (15 de Agosto), y todo era un jolgorio, con la plaza de Palcaro haciendo de Plaza de Toros, etc., etc.

Así, después de tres días de descanso y conocimiento de la súper desconocida provincia de Cotabambas y su capital Tambobamba, a modo de no violentar el ritmo, procedimos a hacer el regreso "Tambobamba - Cotabambas " (78 kms. ); tal cual el viaje de ida, más aún ya teniendo perfecto conocimiento del terreno a transitar y las peripecias experimentadas (Huaraccopata y demás problemas).

Sin otra alternativa, fuera de la de retornar viendo, observando, apreciando y admirando el paisaje, desparramado a lo largo del trayecto de la corta etapa, ingresamos al distrito de Cotabambas, donde sólo nos quedamos para dormir, para, al siguiente día y temprano, hacer la etapa Cotabambas - Limatambo (156 Kms.), dentro de un clima un tanto frío y fina lluvia que conforme avanzamos a Chinchaypujio e Inquilpata, ostensiblemente se deterioraba, situación que continuó aún hasta llegar a Limatambo, extendido tres días más. 

Ya en un ambiente familiar, de Limatambo salimos al siguiente día rumbo a Abancay, acompañados de una persistente garúa que no nos dejaba disfrutar del viaje de 118 Kms., pues frío, viento y garúa fueron permanentes compañeros, llegando a Abancay como un pollo, mojado y muerto de frío (abra de Soccllaccasa , 3,983 m.s.n.m.).

Como ya estábamos como en casa, nos quedamos a descansar, disfrutar y vivir nuestras épocas de escolar, paseando por todos lados durante una reconfortante semana de vivencias y recuerdos en general.

Sorpresa general, amistades, familiares y personas que nos veían llegar en moto, todo un inolvidable acontecimiento.

Terminado el plazo y ya siendo lo que venía absolutamente conocido y traficado, procedimos a hacer, casi seguidamente, la ruta por Andahuaylas, Ayacucho, Huancayo y finalmente Lima.

Todo un histórico viaje de más de 8,300 kms. y 127 días de trote, por un amplio área del Perú, centro, sur y selva peruana, logrando tomar unas 6,000 fotografías en los cuatro meses de correrías, y, sobre todo, de tomar conocimiento de la verdadera realidad geográfica nacional, muy lejos de la tradicional y, como siempre, incipiente bibliografía nacional, que no pasa de generalidades a raíz del desconocimiento de la misma. 



Finalizada la aventura, gigantesca en todo orden de cosas y llegado a Lima, nos dedicamos a reabastecer de todo tipo de cosas: fuerzas, dinero, energías, revelado de las 4,500 fotos y puestas en orden, en enormes álbumes (60 x 40 cms.) etc., etc., todas tareas necesarias para pretender iniciar cualquier otra empresa, otra aventura. 

Así, en 1977 realizamos un viaje " corto" ( un mes ), teniendo como meta y objetivo el triángulo internacional "Perú - Brasil - Bolivia" , con punto centro en Iñapari, Tahuamanu, Perú, frente a frente con Villa Asís ( Acre - brasil),  y por el lado derecho, Bolpebra ( Pando - Bolivia).

A modo de ganar tiempo, hicimos el viaje aéreo " Lima - Cusco " , 48 minutos, frente a las 60 o más horas, por la  antigua trocha carrozable, embarcando al siguiente día en nuestro camión, rumbo a Pto. Maldonado, llegando en tres días para luego dirigirnos a los famosos lavaderos de oro, en épocas en las que recién comenzaba la tremenda explotación y negocios "raros" de todo tipo (sexo, borrachera, drogas, tráfico de oro, personas y hasta matanzas, llegado el caso).

Entre otros lugares, y recién al comenzar la explotación aurífera, en la cuenca del río Madre de Dios se ubican lavaderos como Chorrillos, La Pastora, Laberinto, Alto Laberinto, Río Colorado, Boca Colorado, etc. , cosa que con el paso de los años, la ambición, el deseo de riqueza a todo dar y a cualquier costa, creció en progresión geométrica, hasta llegar a lo que es de todos conocido.

Como en ese tiempo (1977), ni se soñaba con la "carretera ínter oceánica" y al no haber más que una pésima trocha que llegaba a "Planchón " (km. 40, de los 225 que separan Pto. Maldonado de Iñapari), a fin de alcanzar nuestro soñado objetivo, la triple frontera internacional, nos fuimos en avión (un bimotor DC3, de Faucett), de Pto. Maldonado a- Iberia, que nos valió para salvar el enorme paréntesis selvático hacia la triple frontera, la que finalmente alcanzamos usando la trocha carrozable existente: "Iberia -Iñapari", de 66 kms. 

Lo que teníamos  la vista era simplemente algo increíble. Pues mientras los brasileños ejecutaban mega obras en Villa Asís (aeropuerto, urbanizaciones, edificios estatales y demás obras dignas de toda ciudad; en Iñapari , Perú, las obras se reducían al servicio de agua y desagüe, hechos de mala gana  . . . .  ¿ carretera , aeropuerto , etc.?. . .  ¡¡¡ ni en sueños !!! .

Igual dinámica que en Villa Asís, Brasil, se daba en Bolpebra (Pando - Bolivia), con modestas obras públicas, a modo de ponerse a tono con la dinámica brasileña. 

Sobre el río Acre (frontera Perú - Brasil), se veían los palos de un puente artesanal, arrasado por las lluvias pasadas, por lo que el pase se hacía a pie y con el agua al nivel de las canillas. En esa época, toda una burla.

Aislamiento, atraso y abandono  era la tónica imperante, dando la sensación que "la capital", distaba ¡¡¡ un millón de kilómetros de la plaza de Iñapari !!!

Rodeado de este ambiente permanecimos tres días, experimentando, cual nuevo mundo, lo que nos tocaba vivir, fuera de todo cálculo, imaginación y soledad.

Al cuarto día, y aprovechando que había llegado una camioneta de Iberia, nos embarcamos, para realizar los "larguísimos" 66 kms. a Iberia.


Cosas del pensamiento, la fuerza mental y sus elucubraciones . . . . al llegar a Iberia, sentimos como  que nos habíamos movilizado miles de kilómetros, hasta un punto que lo sentimos como "cercano" a otra ciudad, a pesar de estar totalmente aislado (pura vía aérea), de Pto. Maldonado.

En Iberia, igualmente permanecimos dos días más a la espera del avión que nos rescate, aprovechados para experimentar las vivencias de esta parte del país, agropecuaria por naturaleza y obligación, encontrando a varios paisanos apurimeños, quienes se habían trasladado a tan remotos lares a fin de buscar un mejor futuro.

Finalmente, y después de unas aventuras y raras sensaciones de aislamiento, rociadas de algo de temor por el gran aislamiento vivido, se hacía presente un avión carguero "búfalo" (F.A.P), generando más emoción y aventuras, aún desde su presencia en los cielos de Iberia.

Para comenzar, el piloto, como jugando con el avión, a la altura de la mitad de la pista," se aventó" desde lo alto, para ir a dar a medio campo y luego "frenar" en menos de 1/4 de pista, teniendo luego que emplear los motores, a fin de alcanzar la zona de embarque. Primera "maniobra".

Luego de embarcados y tomar los aires de Iberia, el avión, manejado en forma agresiva y dentro de un ambiente de tormenta y fuertes vientos, comienza a hacer maniobras raras, haciendo que se bambolee con los vientos y el gran aguacero.

En medio de una gran turbulencia, el avión se desplazaba cual hoja llevada por el viento con rumbo a  los modestos campos de aviación de Aposento y Shiringayoc, lugares a los que se llegaba sólo para embarcar y desembarcar pasajeros y mercancías en general, para inmediatamente levantar vuelo rumbo al destino final : Pto . Maldonado.

Como si el clima se pusiera en contra nuestra, la gran tormenta arreciaba y desde el aire podíamos ver cómo se producían arco iris a lo lejos y en plena gran tormenta, con el avión a merced del clima imperante.

El tiempo parecía ser eterno con el avión maniobrando entre la gran tormenta en busca de la meta: Pto. Maldonado.

Como viajando en una licuadora, zarandeados y demás movimientos casi imposibles de controlar, finalmente el " búfalo" alcanzaba el aeropuerto tan deseado, aterrizando en forma espectacular y a pocos instantes de haber finalizado un gran diluvio, caído en toda la zona.

En lo referente a vuelos en avión, creo que este fue el más extraordinario, sensacional y de aventuras que haya vivido y experimentado a lo largo de los múltiples viajes.

Como las aventuras no podían parar, el día anterior a la etapa "Pto. Maldonado - Urcos", el 31 de octubre de 1977 a las 11 a.m. se produjo un por demás extraordinario fenómeno natural. 

Estando con un clima perfectamente claro y calmo a ojos vista, por la zona oriental comienza un viento suave, que luego arreciará más y más.

Así y, gracias a un inopinado e inesperado huracán, el cielo se cubre de un manto gris y nuboso, cada vez más denso, cual si fuera tirado por ángeles del cielo. 

En tal virtud y al llegar a la ciudad el viento huracanado, el gran bosque y los árboles de las calles se agitan violentamente, produciendo un ensordecedor ruido en toda la población y alrededores, seguido de un gran chaparrón e increíble diluvio.

El fenómeno generó que las calles queden completa y absolutamente desiertas, con la población literalmente desaparecida. inolvidable fenómeno vivido un 31 de octubre de 1977. 

Así, y luego de esta inolvidable experiencia, al siguiente día comenzamos un continuado viaje rumbo a Urcos, para, después de dos días sobre un camión y 478 kms. bien sacudidos, llegar a dormir, y al siguiente día seguir a Sicuani y a nuestro por demás querido y recordado Sta. Lucía, a 64 kms de Juliaca.

Desconocemos las razones físicas, pero resulta que en Sta. Lucía el día pareciera adelantarse en el horario, pues a hora muy temprana una rara y singular luminosidad se da, realidad comprobada más de una vez al quedar a descansar en este distrito de la provincia de Lampa - Puno.

Como nuestro afán ha sido, es y será conocer detalladamente la geografía física del Perú, aprovechando esta rareza, al siguiente día y a las 5 y 36 de la mañana, ya levantados por obvias razones, aprovechamos el paso de dos enormes" Volvo" que iban rumbo a Arequipa, llevando grandes motores estacionarios.

Hablados chofer y propietario, gentilmente nos aceptaron ser pasajeros

de estas maravillosas máquinas, instalándonos en la zona de carga a modo de tomar infinidad de fotos de los 220 kms. que separan  ambas localidades.

tremendo viaje, sereno, fotos mil, apreciando los 360º del panorama, tanto como conociendo las maravillas ubicadas al pie de la carretera (bosque rocoso de Mauca Arequipa, donde paramos a fotografiar, Imata, las enormes y hermosas pampas del altiplano arequipeño, Matacaballo y Cabrerías, para finalmente descender los 40 kms. a Cayma y luego Arequipa, donde nos quedamos a descansar de la precioso e inolvidable etapa.

Al siguiente día emprendimos el muy cómodo y suave trayecto a Tacna, para seguir a nuestra ETERNAMENMTE PERUANA Arica, subir a NUESTRO MORRO, divisar NUESTRO MAR, etc. etc. la etapa de retorno Tacna - Arequipa - Atico a fin de desviar a Caravelí para visitar a unos amigos y casualmente viajar en su propio camión la etapa "Caravelí - Lima", toda una aventura de 40 horas por la carretera panamericana, poniendo punto final a una aventuras de seis semanas y a todo dar.

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 Habiendo tenido la ocasión de conocer más del 95 % de las capitales provinciales y teniendo en mente otras metas y proyectos, gracias al nuevo trabajo y mejores posibilidades, planificamos otros viajes de locura.

Así, en las vacaciones de 1979 y a la velocidad de la luz, organizamos un viaje para cruzar de Chiquián (Bolognesi, Áncash), a Baños (Lauricocha, Huánuco), a pie y por el terminal norte de la cordillera de Huayhuash. Otra locura más con la finalidad de conocer una nueva e interesante porción de la intrincada geografía nacional.

La primera etapa, "Lima - Chiquián", archí conocida, la hicimos en ómnibus. La segunda etapa "Chiquián - Llámac" marcaba el auténtico comienzo de la súper aventura a vivir visitando maravillosas zonas y territorios desconocidos, comenzando por la interminable bajada pasando por los parajes de Quisipata, Tímpuc, Conay, Chíchoc, Puca Puca, Fraguapampa y Mashcash, bajada que finaliza en la margen derecha del río Aynín procedente de las alturas del abra (4,720 m.), y cordillera de Yanashallas. 

Para continuar viaje a Pacllón, Llamac, etc., hay que usar el  puente Cora sobre el río Aynín, punto desde el cual,  y al estar sumidos en el fondo de la gigantesca cicatriz, comienza el corto tramo por la margen izquierda hasta alcanzar el cercano río Achín, derrotero a seguir y cuya confluencia con el río Aynin dan nacimiento al importante río Pativilca.

El río Achín, de muy cerrado cauce, marca la pauta al empinado camino peatonal a Llámac, pasando por singulares e inolvidables caseríos y parajes como Mollepata, Monterióc, Araraj, Pte. Verrugas, Hda. Huarangallo, Pte. Chaupisaca, Huaynupampa, Pte. Huancayóc y finalmente Llamac (km. 21).

Llámac, caserío del distrito de Pacllón, se ubica sumido al fondo de uno de los múltiples y elevados repliegues de la elevada cordillera, en el trayecto al extraordinario y fabuloso abra de Gaganán Punta (4,700 m.s.n.m.), al extremo norte y virtual punto final de la cordillera de Huayhuash.

 Nos quedamos a descansar en este caserío para, al siguiente día y en acémila, hacer la fuerte subida a Pampa Llámac, camino a las lagunas de Jahuacocha y Solteracocha, lo que nos valió para guardar energías a usar en la subida a Cuartel Huaín y la súper subida al abra “Gaganán Punta”, límite "Áncash - Huánuco".

Conforme se asciende, la orografía del lugar muestra el cambiante y espectacular panorama de los andes peruanos hasta finalmente alcanzar la irónicamente llamada Pampa Llámac, un tramo en plano inclinado más suave,  comparado con, y frente a lo antes transitado, sirviendo cual “descanso” en el ascenso final al ya cercano abra de Punta Llamac (4,100 m.), magnífico mirador de la monumental Cordillera de Huayhuash y sus nevados, entre otros, Rondoy (5,879 m.), Jirishanca (6,094 m.), El Toro (6,121 m.)Yerupajá (6,617 m.), Rásac (6,017 m.), Diablo Mudo (5,223 m.) etc. 

Luego de permanecer un tiempo en la cumbre del abra admirando y apreciando la increíble belleza y maravilla ofrecida por la gran pantalla panorámica nívea de la parte norte de la cordillera de Huayhuash, seguimos  por la suave bajada al encuentro del camino procedente de Pacllón, siempre transitando por parajes de ensueño rumbo a los parajes de Rodeo y Nunumia,  donde plácidamente dormimos a orillas de la preciosa laguna de Jahuacocha, con el fondo y al frente de la inmensa pantalla panorámica de los nevados Rondoy y Jirishanca, que parecían estar a tiro de piedra. 

D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\1-. moto y precipicio.jpg

Al siguiente día continuamos camino a la cercana laguna de Solteracocha, mostrando la ruptura del dique natural que alguna vez ocasionó una gran avalancha, con funestas consecuencias a lo largo de las cuencas de los ríos Achín y Pativilca.

En las aguas de dicha laguna y flotando, observamos enormes planchas de hielo desgalgadas del Rondoy.

También, a todas horas, día y noche, y gracias al absoluto silencio imperante, se escuchan terroríficas caídas de nieve semejando gigantes volquetes vaciando enormes piedras.

Inolvidable la cruz erigida en homenaje a los caídos en el accidente del bimotor DC 3, T.A.M., año 1954, al chocar con el nevado Yerupajá (6,617 m.), que décadas más adelante y  vía deshielo, el nevado "devolvió" los restos de la aeronave, hasta las cercanías de la laguna de Jahuacocha (4,050 m.), algo de no creer.

Después de disfrutar ampliamente del paisaje níveo, sus cerros y lagunas, procedimos a regresar a Llámac y pasear a Pocpa, cercano caserío en el camino real al tan ansiado abra de Gaganán, limite departamental.

Al continuar con el largo viaje pedestre a Queropalca y Baños, y a modo de aligerar cargas y servirnos de guía por el que resultó ser el TRAMO SÚPER ULTRA, nos acompañamos con un arriero de la zona.

Ya completamente informados, hicimos la corta etapa de 16 kms. "Llamac - Cuartel Huaín", al paso por Pocpa y los parajes de Pishga Garguaj, Pallca, Roclla, Matacancha y Cuartel Huaín, a 4,230 m.s.n.m., al pie del terminal norte de la monolítica y vertical pared de la cordillera de Huayhuash, donde plácidamente dormimos gracias a las singulares y raras condiciones abrigadoras de las cabañas de puna.

Al caer rápidamente la noche, pronto nos dispusimos a descansar a modo de continuar viaje al amanecer, teniendo presente que venía la SÚPER ULTRA SUBIDA a lo máximo: el abra de Gaganán Punta (4,700 m.). 

Como en las alturas andinas la luz se hace presente muy temprano, a las 5 a.m. damos inicio a la tan esperada etapa por el sector más extraordinario del pase "Áncash - Huánuco". 

Lo más admirable e increíble es ver cómo el camino ha podido ser construido sobre la roca viva, usando en varios tramos las naturales hendiduras de la mole andina. Pero al llegar al sector de Huiropata, la mole andina se interpone bloqueando el camino, obligando a   ¡¡¡ descender!!! hasta un punto determinado, para nuevamente retomar la subida a la tan ansiada cumbre. 

Huiropata genera un indeseado trauma, pues luego de subir con sacrificios desde los 4,230 m. hasta los 4,400 m., hay que DESCENDER hasta cerca de los 4,340 m. . . .  toda una frustración e inolvidable recuerdo.

Reanudada la subida por entre la monumental, sólida, vertical, kilométrica e increíble mole pétrea  a la vista, la ansiedad por ver lo que hay en la cumbre aumenta en progresión geométrica, cosa que nos impulsaba a sacar fuerzas de flaqueza. 

Después de superar los fabulosos 4 kms. que separan Cuartel Huaín (km. 37, a 4,230 m.), de Gaganán Punta (km. 41, a 4,700 m.), se accede a la cumbre que cual atalaya permite ver el inmenso panorama de territorios ancashinos (vertiente occidental), y huanuqueños (vertiente oriental), tal cual si se estuviera sobre  un helicóptero. Cuartel Huaín por un lado, y Pucacocha y Janca por el otro lado, como sumergidos en las entrañas de la superficie terrestre. 


D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\Proximidades de la mina de Raura,nieves a 4700 msnm..jpg

Girando a los 360º se ven, entre otros, el nevado Gayco (4,960 m), el abra de Cuncush, las naciente del río Vizcarra, parajes como Ásiac y el gigantesco tajo del naciente río de Llámac (Áncash); y en territorios de Huánuco, la larga bajada a Queropalca y la monolítica kilométrica cuchilla de la cordillera de Huayhuash por la pared oriental.

El cruce del abra se realiza por un estratégico corte natural, callejón rocoso (30 mts. por 1 de ancho),  extraordinario y estratégico pase moldeado por la mano de Dios para dar curso al Camino Real.

Superado el abra comienza la interminable y gran bajada de 30 kms., ahora por terrenos arcillosos camino a Queropalca (Lauricocha, Huánuco), encontrando al paso los parajes de Janca (km. 49), Pachachoca (km. 57), Quinuacancha (km. 64) y Machaycancha (km. 69), para finalizar en el distrito de Queropalca (km.71 desde Chiquián), ansiada meta de la  súper extraordinaria etapa. 

Maltrechos y con pies ampollados, nos quedamos a descansar tres días en Queropalca visitando los cercanos atractivos locales del laberinto andino, para seguidamente y después de un reconfortante descanso entrar en acción a fin de hacer la última etapa a pie, 15 kilómetros  por la cuenca del río Nupe pasando por Mancacota, Santa Rosa y finalmente el lindo distrito de Baños, hasta donde llegaba la carretera.

Baños (Lauricocha, Huánuco), cuenta con aguas termales, que hicieron posible la construcción del Baño del Inca, construido con piedras talladas y para el servicio del emperador  inca,  muy cerca del camino incaico "Cusco - Quito", camino al centro ceremonial de Huánuco Pampa, o Huánuco Viejo, `

Pero como la aventura a pie seguía imparable, a los dos días hacíamos el camino "Baños - Huampón - Jivia", ubicando en la meseta  de Huampón un importante y amplio centro arqueológico edificado con bellas y singulares piedras naturales que le dan un singular toque, muy distinto a otros centros arqueológicos que conocimos.

Luego de conocer el sorprendente Huampón comenzamos la gran bajada al distrito de Jivia usando el ancho camino trabajado en una loma negruzca y de rara geología, extendido hasta el pie de la carretera a Jesús, capital de Lauricocha, nuestra meta en esta ocasión.

En horas de la tarde y gracias a Dios, aparece un camión procedente de Huánuco, que nos sirvió para viajar los 12 Kms. a Jesús.

En este caso,  Jesús y Jivia, así como el frígido distrito de Cauri, están ubicados en la cuenca del río Lauricocha, procedente de la laguna del mismo nombre (3,845 m.), laguna que a su vez es producto de los deshielos procedentes del Nudo de Raura,  territorios de Oyón – Lima. 

El pajonal rodea a la ciudad de Jesús,  a 3,486 m.s.n.m., con un clima frío y en la cuenca del río Lauricocha, río que cuenta con una singular geología a lo largo del kilométrico cauce discurriendo entre enormes y negras moles cortadas a pico y en zig zag, geología extendida hasta encontrarse con su confluente, el antes mencionado río Nupe.

Terminada la visita a Jesús y siempre en plan de aventuras, al no haber carro para adelantar viaje a la naciente del Marañón, distante 14 Kms.,  una vez más tomamos la mochila, y . . .  ¡¡¡ a caminar se dijo !!! , a pesar de ya estar bien maltratados. Tres horas de marcha para alcanzar Jivia, y a sólo 2 kms., nuestra meta: la confluencia de los ríos, Nupe (izq.) y Lauricocha (der.), a 3,330 m.s.n.m., la naciente del río Marañón.

Aún desde su nacimiento al pie del cerro Gongay  y como “herencia” de sus confluentes, el Marañón exhibe una geología por demás extraordinaria, admirable, monumental y rocosa, realidad reflejada a lo largo del extenso recorrido del Alto Marañón (586 Kms., hasta el Pongo de Rentema). 

D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\Pongo de Rentema, km 234 de la ruta Olmos-Río Marañón.jpg



Tratándose de un paraje al pie del triángulo distrital:  "Jivia - Rondos - Huarín " , sólo había una casa y su carpintería, donde nos quedamos ¡¡¡ a dormir !!!.

Plácidamente descansamos sabiendo que al día siguiente y muy temprano, pasaría un camión, sea procedente de Baños o de Jesús, rumbo a Huánuco, cosa que así fue, y a modo de  comenzar a disfrutar del gigantesco paisaje procedimos a ubicarnos en la parte alta de la carga.

Molidos, pero ya sin desarrollar esfuerzo alguno, comenzamos a disfrutar del increíble panorama de la gigantesca cicatriz del Marañón y caseríos repartidos en las enormes y separadas laderas, pasando por los caseríos de Huancabamba, Caramarca, Choras y finalmente Llicllatambo, en el km. 65 de la carretera "Huánuco (km. cero) - Chavinillo (km. 70) -  Pachas ( km. 121) - La Unión ( izq., km. 136) y Llata (der., km. 171)". 

Al reingresar al tramo correspondiente a la “Ruta 3N”, conocida muchos años atrás, repasamos la subida al glorioso caserío y abra de Ayapiteg  (Km. 59, a 4,030 m.s.n.m.), desde donde se divisan " la corona del inca" y las enormes rocas que han dado lugar a la  leyenda del Huamash y la Llacsha Huarina, visibles por todo lo alto.

A partir del abra comienza la gigantesca e interminable bajada a Huánuco  pasando por territorios de Jacas Chico (distrito), Pampas, Chasqui, Monte Azul y Huancapallac, hasta el km. 15, punto de encuentro con la carretera que directamente viene de Jesús, Yacus, Margos, Yarumayo, Cachuna y, Coz..

Ya por la cuenca del río Higueras y sobre un suave plano inclinado, se pasa  por Pucachinche y Cotosh (restos arqueológicos), para finalmente  acceder a la ciudad capital de Huánuco, distante 405 Kms. de Lima y a 1,893 m.s.n.m., donde esta vez sí que descansamos, y muy bien.

Como la aventura y objetivo de cruzar la cordillera de Huayhuash había finalizado, el retorno a Lima lo hicimos por la ruta "Huánuco - Ambo - Yanahuanca - Oyón - Churín  - Lima", a modo de conocer el tramo faltante "Yanahuanca - Oyón", que dicho sea de paso y siguiendo la cuenca del río Chaupihuaranga, el panorama es maravilloso, aún más extraordinario al llegar al sector de Pucapampa, por donde la carretera se desplaza sobre un  tendido zigzag adornado por el telón de fondo de la cordillera de Uchucchacua que tiene la forma de un perfecto serrucho en base a decenas de enormes pirámides de distintos colores  (rojizo, negro, blanco, amarillo, etc.) y caprichosas franjas en diagonal, izquierda y derecha, pasando la carretera por el abra de Uchucchacua (4,766 m.s.n.m.), para continuar hacia Condorsenja, a las dos lagunas al pie de la carretera, la hidroeléctrica de la minera del sector, y finalmente Oyón, la capital provincial.

Como el tiempo se acortaba, bajamos a Churín para tomar un reconfortante baño termo medicinal, y al día siguiente, retornar  a Lima, punto final de la gran aventura de un mes.

  D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\8-. ANTICONA.jpg

Al presentarse el panorama " geográfico/intelectual " de diferente forma, planificamos un viaje "raro", instantáneamente sacado de " la computadora mental " : Lima - Chiquián - La Unión - Tantamayo - Huánuco - Tingo María - Tocache - Tarapoto -Moyobamba - Rioja -Jumbilla- Ingenio - jaén. San Ignacio - Jaén - Olmos - Chiclayo - Chimbote - Huallanca - Huaraz - Lima.

En tal virtud, y luego de preparados todos los pertrechos que cualquier viaje acostumbrado exige, y a modo de fugar de Lima, en la tarde del mismo viernes hacíamos la primera etapa Lima- Barranca.

Al amanecer del sábado, hacíamos la más que conocida etapa "Barranca - Chiquián"(164 Kms.), al paso por Cerro Blanco, Huarangayoc, Chasquitambo, Cajacay, Inca Huaccancca y Conococha (caserío, abra y laguna, a 4,080 m.s.n.m.),  siguiendo por la Pampa de Lampas, Mojón, etc., hasta arribar a la capital provincial de Bolognesi: Chiquián.

En Chiquián, esta vez vía carretera, comenzaba lo nuevo por descubrir camino a La Unión (Dos de Mayo - Huánuco). Todo era raro, nuevo e inédito, siguiendo el curso del río Aynín al paso por Aquia (distrito), Tallenga, Racrachaca, etc. en constante y sostenida subida por el encañonado del río, gozando de un día de pleno sol y viento cada vez más frío y por entre el creciente pajonal, hasta alcanzar la zona minera de Pachapaqui (km. 35).

Es aquí donde el severo encañonado sensiblemente cede para dar paso a una rara y bella geografía, desarrollada por el sector que ya permite observar la base del macizo de Yanashallas y sus cumbres rocosas, formadas por inmensas moles de diversos colores (negro, blanco, amarillo, ladrillo, etc. Con la cadena andina, de 3 a 4 kilómetros de largo, ofreciendo una vista espectacular y extraordinaria.

Conforme se avanza hacia el abra, la magnitud de la colorida y monumental cordillera va en aumento. Asimismo, y después de varias vueltas y desarrollos en constante subida, la carretera alcanza el abra de Yanashallas (km. 54, a 4,720 m.s.n.m.), dejando ver al pie el magnífico espectáculo del tramo de los 19 kms. antes transitado. 

Superado el abra y por entre el abundante pajonal la carretera comienza a descender en zigzag al paso por la Hda. Torres y varios parajes de puna hasta alcanzar el sector minero de Huanzalá, y seguidamente el distrito ganadero de Huallanca (Bolognesi, Áncash), importante por su ganadería lechera y productos lácteos. 

Huallanca es bañado por el río Vizcarra, con fuentes en el abra de Cuncush y otros ramales.

Al haber descendido considerablemente, el paisaje y clima de puna cambia  radicalmente, dando lugar a una intensa actividad agropecuaria que va en aumento al paso por diversos caseríos, hasta, finalmente, arribar a La Unión (Dos de Mayo, Huánuco), lugar de descanso forzoso tanto como para, entre otros, volver a visitar los baños termales de Conoc y el conjunto arqueológico de Huánuco Viejo, o Huánuco Pampa, ubicado en el elevado altiplano de la margen derecha del río Vizcarra.

Cumplidos los objetivos mencionados, salimos con destino a Pachas y Llata (Huamalíes), distante sólo 69 kms.

Pachas, histórico distrito en el que, a punta de armas domésticas, los pachasinos masacraron al invasor chileno, cosa comprobable al subir al histórico campanario que exhibe grandes manchas de sangre.

A sólo 1 km. de Pachas, camino a Llata, se ubica el paraje de Cunyag, sede del Cunyag Hembra y el Cunyag Macho,  admirable conjunto monolítico natural basado en enormes peñascos con formas de personas.

Seguidamente  y por la puna del sector, la carretera avanza el largo trayecto al paso por los caseríos de Bandera Puquio, Libertad y el fundo Termópilas, ubicación del monolito natural de "el Cóndor Chiás", 6 kms. antes de llegar a la capital de Huamalíes, Llata. 

Nuevamente, a reconocer Llata y sus originalidades geológicas como el " Cerrito de Rondos", un balcón natural que da al elevado abismo de la margen izquierda del zanjón del río Acos, tanto como Gibraltar, rareza geológica de extraordinaria belleza, ubicada en pleno centro de la ciudad y a 50 metros de la plaza de Armas.

En Llata, nos vino al recuerdo el viaje(1966), de 15 kms. a pie entre Llata y Culquish, o Nuevas Flores, al pie del río Marañón (km. 115 de la carretera Huánuco - Tantamayo), pasando por una geografía por demás singular, espectacular y de extraordinaria belleza.

Luego de grandes recuerdos y esta vez, al viajar en moto, procedimos a regresar sobre nuestros pasos el tramo " Llata - Pachas - Tingo Chico ", para transitar por la cuenca del encañonado río Marañón y su maravillosa geografía, al paso por Quivilla (km. 108), Culquish, o Nuevas Flores, Jacas Grande, Quiprán, San Antonio y Chavín de Pariarca, hasta alcanzar la famosa y espectacular "Curva de Rada" (km. 158, a 3,390 m.). 

Transitar por las elevadas laderas del encañonado río Marañón es toda una nueva y maravillosa experiencia, gracias a la conformación geográfica del Alto Marañón (586 Kms.), debiendo agregar el hecho que se circula por kilométricos tramos en los que estaba asentada la cultura Yarowilca, tramos en los que se puede ver innumerables vestigios, desparramados a partir de Granada (km. 119),  a lo largo del tramo de 44 kms. hasta alcanzar el núcleo de Tantamayo, gran sede Yarowilca. Por extensión, es conveniente recalcar que dichos vestigios arqueológicos continúan diseminados al paso por Urpish, Arancay, Cochabamba del Rosario, Huacaybamba y Pinra (Marañón – Huánuco).

A partir de Culquish, por razones técnicas, la carretera se eleva considerablemente,  para continuar por todo lo alto del cañón hasta alcanzar la antes mencionada "Curva de Rada"(km. 158, a 3,390 m.), al pie del cerro Quipash, y  el río Marañón, al fondo, pasando a 2,648 m. s. n. m. , generando un precipicio de 742 m.

Ya circulando por la cuenca del río Tantamayo y luego de 5 kms. se arriba a la sede del más grande complejo arqueológico del departamento de Huánuco, el distrito de Tantamayo, distante 163 Kms. de la capital departamental.

Aquí están concentrados varios grupos arqueológicos, siendo los mejores, más grandes y espectaculares, Isog y Susupillo,  además de varios otros menores como Coyllarbamba, Selmín Ushno, etc.

Por largos años la carretera terminaba en Tantamayo, por lo que, en 1996, 17 años después de ir en moto, debimos continuar a pie hasta la lejana Huacaybamba, Puente Copuma y fundo El Marne (A. Raimondi - Áncash).

Una vez conocido y visitado con amplitud este extraordinario complejo arqueológico, procedimos a la etapa de regreso: Tantamayo - Huánuco, 163 Kms., 70 kms. `por el cañón del Marañón, luego subir 34 Kms. al Abra de Ayapiteg (km. 59, a 4,030 m), para finalmente descender a la ciudad de Huánuco. 


Después de un reparador descanso en Huánuco nos preparamos para enrumbar a la cabecera del Huallaga Central, Tingo María, distante sólo 119 kms., por la” Ruta 16 A”, carretera completamente asfaltada y doblemente ensanchada, que contrastada con la antigua trocha (4 mts. de ancho), era simplemente irreconocible en todo orden de cosas.

Así pasamos por Sta. María del Valle y el famoso Pte. Rancho (dizque "control" del narcotráfico, ja, ja, ja, ), punto en el que el río Huallaga y la carretera siguen cursos diferentes, pues mientras el Huallaga desciende formando una "U", camino a Chinchavito y el Pte. Cayumba; la carretera sube en zigzag, rumbo a Acomayo, Pachachupán y al túnel Carpish (de 430 mts. y en curva, sobre los 2,707 m.s.n.m.).

A la altura del túnel, y luego de traspasarlo, la carretera, la geografía y vegetación zonal, dan una tremenda y espectacular sorpresa, pues en la subida a Acomayo y Pachachupan se observa una vegetación que no sale de lo común, relativamente rala y un tanto dispersa. peroooooo . . . luego de atravesar los 430 mts. del túnel en curva y entre un ensordecedor ruido, cual violento amanecer, la boca de salida( Km. 452), nos muestra . ¡¡¡ . . .  una selva por demás tupida !!!, desparramada a lo largo y ancho del infinito horizonte, con la carretera cual culebra descendiendo los 53 kms. al Pte. Cayumba (km. 505).

El enrevesado desarrollo y el fuerte descenso, muestran la tupida selva, a la par que el rápido aumento de la temperatura al paso por Mirador, Chinchao, Pte. Durán, Leompampa, Huachipa, Pte. Chinchavito, etc., con la consiguiente incomodidad para quien no esté acostumbrado al clima imperante.

D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\9-. iglesia.jpg

 

Como la Selva Alta tiene sus particularidades y hermosas sorpresas, al llegar al sector de León Pampa encontramos el angosto pase traumático de unos 170 mts.  de largo, habilitado mediante un precario corte en medio túnel  al pie del río Chinchao,  merecedor de capítulo aparte.

Pues bien, cuando se procedió al ensanche de la antigua trocha ¡¡¡ no había nada que tocar !!! . . .ya que el riesgo de un monumental derrumbe de absolutamente incalculables dimensiones y consecuencias, estaba a ojos vista.

¿ y cómo resolver el tremendo problema presentado?,  pues se procedió a construir una plataforma, con pilares plantados en el cauce del río, cual puente paralelo a la antigua trocha, lográndose ensanchar la ruta sin peligro alguno para el sector y el tránsito. Toda una extraordinaria, bella y gran obra de arte, cual joya engastada en pleno cañón y rodeada de la tupida selva alta.

Superada esta maravilla de la naturaleza y  trabajada por el hombre, el interminable descenso continúa por el Pte. Chinchavito y la desembocadura del Chinchao en el río Huallaga( Km. 498).

Al transitar esta vez ya por la margen izquierda del encañonado y relativamente ancho Huallaga, un nuevo y más espectacular paisaje se presenta a lo largo de los 7 Kms. al Pte. Cayumba, de  grandes recuerdos al efectuar el primer viaje de aventuras en camión: “Lima – Pucallpa”, en el  año 1966.

Hasta Tingo María (23 Kms.), la carretera avanza por entre el estrecho y elevado cañón del río Huallaga, pasando por Las Palmas (Dámaso Beraún).  Pte. Prado, Cueva de las Pavas, Pte. Afilador y Pte. Pérez, bellos parajes que adornan el trayecto a la capital de Leoncio Prado, Tingo María, a 649 m.s.n.m. y a 119 kms. de Huánuco, donde a modo de reconocer y volver a visitar diversos lugares, nos quedamos a descansar.

Tingo María, siempre bello y singular, con sus lugares turísticos como la Cueva de las Lechuzas y su gigante caverna,luego los balnearios a la entrada de la ciudad ( Ptes. Pérez, Afilador, Las Alcantarillas, la Cueva de la Pavas, etc.), más La Bella Durmiente dominando todo el paisaje tingalés, punto final del Alto Huallaga (208 kms.), y comienzo del Huallaga Central (450 kms.).

Después de una visita de reconocimiento, revisión y paseo por la tierra de la Bella Durmiente y sus bellos atractivos ubicados en las cabeceras del Huallaga Central, continuamos la aventura por la Carretera Marginal de la Selva rumbo a Tocache, distante 168 kms.

Luego de cubrir los 15.3 Kms. que separan Tingo María del punto de contacto con la Carretera Marginal, tomamos el ramal norte (izquierda), para acceder al Pte. Sobreviela sobre el río Tulumayo, el primer puente camino a Tocache, Juanjuí y Tarapoto.

Transcurridos siete años de nuestra estadía en Aucayacu (1972), el aspecto de los campos de cultivo se veían productivos y trabajados con diversas especies, tanto como ganadería diversa.

Sin mayores apremios y sabiendo el terreno que pisábamos, avanzamos por el Pte. Anda, Angashyacu, Sangapilla, Aucayacu, Pte. Honores y Pte. Aspuzana, límite entre J. Crespo y Castilla (Leoncio Prado, Huánuco); y Nuevo Progreso (Tocache, San Martín). 

El ingreso al departamento de San Martín se hace por el Pte. Aspuzana, luego vienen Milano, Ramal de Aspuzana y Madre Mía, de grandes recuerdos, cuando se construía la Carretera Marginal (Octubre de 1966), ocasión en la que el lodazal que tuvimos que superar para llegar a Madre Mía, simplemente era antediluviano.


D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\Pampa del Shiringal, a 145km de la antigua carretera Pucallpa- Aguaytía.jpg





Unas veces cerca y otras un tanto alejado del Huallaga, entre la tupida selva, la ancha carretera avanza por Yanajanca, Huamuco, Progreso, Rio Uchiza, Bolsón de Uchiza, Cooperativas Arequipa y Piura, Pte. Huaynave, Ptes. Cachiyacu de Sta. Ana y  de Lupuna, Pte, Mantención, hasta alcanzar el estribo derecho del súper Pte. Tocache ¡¡¡ de 220 mts. y una sola luz !!!. , toda una ilimitada monumentalidad.

Al visitar Tocache, a 168 kms. de Tingo María y a 497 m.s.n.m., lucía "cambiada" (la coca), cambios que iban en aumento, conforme el paso del tiempo y el "movimiento".  Sólo y recién en Tocache, nos enteramos que no había tránsito carretero a Juanjui, pues, lamentablemente, el Gobierno Militar, al dejar en abandono la Marginal, carecía de importantes y enormes puentes,  tanto dejar se destruyan extensos tramos carreteros,  realidad que hacía inviable el viaje por tierra, peroooooo . . . , para eso está ¡¡¡ la inteligenciaaaaaaa !!!.

Frente a la falta de carretera, al día siguiente optamos por embarcarnos, moto y todo, en uno de los famosos y célebres" botes tocachinos" (tremendos, cual camiones de río), a modo de repetir la aventura  realizada en Julio de 1972, navegando 175 Kms. en el tramo “Tocache – Juanjui”, integrante del segundo tercio del Huallaga Central (450 kms). 

Siendo la etapa por demás llena de emociones y algún peligro, arrancamos temprano a  modo de aprovechar el día, pues el río acusaba caudal bajo (estiaje),

La singularidad del segundo tercio del Huallaga se caracteriza por la ubicación de 36 “mal pasos", formados al buscar traspasar el río el nudo  cordillerana conocido como " Cerros de Cayumba ", con la máxima estrella: el mal paso de Cayumba.

Iniciando el viaje fluvial y una vez dejado Tocache,  pasando bajo la súper estructura del glorioso Puente Tocache (220 mts. de largo y una sola luz), comenzamos la emocionante aventura de 175 kms., hasta Juanjui ( Mcal Cáceres), pasando por el primero de los 36 “malpasos”,"Balsa Probana", un sacudón a modo de examen que pasa la balsa para comprobar si está bien amarrada. Luego vendrán muchos otros, con el Huallaga progresivamente más encañonado conforme se avanza al núcleo de los famosos "Cerros de Cayumba".

Momento a momento, progresivamente la emoción aumenta, ya que cada “ malpaso” tiene su dinámica y presentación diferentes.

Así, al llegar al famoso "Shiote", octavo del trayecto, el bote nos dio el primer susto, pues el río, al formar un emocionante tobogán, de lecho cambiante y fondo regado de cascajo y piedras,  generadoras de las famosas "cashueras", al hacer las respectivas maniobras a fin de superar el obstáculo,  el motor ¡¡¡se apagó !!! . . . viajando al garete y con  peligro de irnos  de frente contra el monolítico paredón rocoso de la margen derecha donde se estrellan las aguas para dar un giro a la izquierda.

Desesperadamente el motorista trata de arrancar el motor, hasta que,  a dos o tres metros del paredón logra encender, y con una maniobra  felina, y acelerando a fondo, ¡¡¡ consigue conjurar el  inminente  peligro!!!

Cual baches de carretera, el río presenta los famosos” malpasos”, donde, con mayor o menor violencia, el río se agita, obstáculos plenamente conocidos tanto como  magistralmente superados por los expertos boteros del Huallaga. 

Todos y cada uno presentan singularidades y caprichos, generando emociones mil, camino al caserío de Sión,  puerta de entrada a las entrañas y núcleo del complejo cordillerano de Cayumba.  Lógicamente y de algún modo, se viaja a merced del río y su fuerza, aprovechada y controlada por el motor del bote, cuando sea necesario. 

La travesía da la ocasión de disfrutar y conocer los distintos lugares, observar el bello paisaje selvático, tomar fotos y admirar lo que hay a los 360º del cada vez más encañonado río.

Emoción y más emoción, malpaso tras malpaso, la aventura fluvial continúa, generando risas, voces de admiración, preocupación, incomodidad  y sustos, de distinto tono, matiz y nivel. 

Superados 23 “malpasos” se arriba al estratégico y bello caserío de Sión, desde donde, y a lo lejos, se divisa la gigantesca roca de “Picota”, marcando la antesala y puerta de ingreso al núcleo de los " Cerros de Cayumba", ubicación de lo máximo del segundo tercio del Huallaga Central: el “  Cajon de Sión”  y el  “ Cajón del Pericote “.

Estando el río en época de vaciantes, la agitación se dejaba sentir en muchos tramos, especialmente en el tramo final, 3 a 4 kms,. a la gigantesca roca de "Picota",   al pie de la monumental y granítica  portada de ingreso al "Cajón de Sión".

Una vez ubicados al pie de la puerta de ingreso al "Cajón de Sión", el espectáculo paisajístico cambia radicalmente, pareciendo estar en otro planeta, o que se trata de algo de ficción e increíble sueño.

¿Y cómo es el "Cajón de Sión"? Después de avanzar unos kilómetros por el  ancho y ruidoso río Huallaga (300mts.), al llegar a la inmensa mole de “Picota” y una vez superada esta, violentamente se estrecha y a la vez absolutamente se silencia debido a la gran poza que genera el súper encañonado (40 mts. de ancho), labrado por el Huallaga para traspasar el núcleo de los "Cerros de Cayumba", encañonado zigzagueante, cual culebra, de cuatro kilómetros de largo, encerrado en monolíticas, verticales y elevadas paredes (200 a 300 mts.), con la tupida vegetación selvática recubriendo las monolíticas paredes, igualmente, lianas colgando hasta a pocos metros de las cabezas de los viajeros.

En las cuevas naturales de las paredes rocosas habitan diversas especies de aves como los guacamayos (rojos, azules, amarillos, verdes, etc.), que se dejan ver al cruzar constantemente el angosto y kilométrico cañón.

El absoluto silencio imperante a lo largo de este primer tramo, aporta al panorama un toque de misterio y emoción,  tramo que finaliza en el malpaso de "Huayruro", interpuesto entre  ambos "cajones".

Inmediatamente de superado “Huayruro”, se ingresa al "Cajón del Pericote", de similares características y medidas del anterior, proporcionando nuevamente experimentar incomparables emociones, paisajes y la realidad física del núcleo de Cayumba.

Silencio, quietud y viaje calmado terminan al salir del “Cajón del Pericote" y acceder al malpaso de "Boca de Ancholma", de cierto cuidado cuando el río está cargado, volviéndose "caprichoso".

Igualmente y a muy corta distancia, viene el más notable de los “malpasos” : "Cayumba", el Nº 26, tramo de unos 250 mts. semejando un " lomo de iguana" que las naves de cualquier clase  deben superar pasando ¡¡¡ por encima de la  correntada !!!

Cayumba; inolvidable por cuanto, a poco de ingresar a la zona peligrosa, dimos alcance a una balsa( palos entre tejidos y amarrados), y como quien se disputa la vía angosta de una carretera, sobre ese " lomo de iguana" ¡¡¡ pasamos juntos  . . .!!! con peligro de causar algún problema. Pero, como Dios está y estará a nuestro lado, todo no  paso de una gigantesca emoción, de infarto.   

Superado el tramo más extraordinario y lo máximo en emoción, existente entre Tocache y Juanjuí, avanzamos por el singular tramo, estrecho, oscuro y prolongado donde se ubican los ocho “malpasos” restantes para llegar a Virote Huasi, el nº 34, al pie del puente de Punta Arenas (270 mts.), ubicado a  la salida del encañonado río, río que a la altura de la cercana quebrada de Shumanza  rápidamente se ensancha a la vez que discurre silencioso, pasando así por el malpaso de Trampa (el nº 35) y finalmente, Trampilla( el nº 36).

Un tanto entrada la tarde, comenzamos la navegación sobre una nueva geografía y territorio, marcado por la anchura del Huallaga y la aparición de bosques de palmeras al paso por el distrito de Campanilla y caseríos varios, hasta finalmente alcanzar la boca del río Huayabamba, cruzado por el puente Santa Marta, de la Carretera Marginal de la Selva, a 9 kms. de Juanjui.

Quince minutos más de viaje y llegábamos a Puerto Amberes, el puerto de Juanjui, al pie de la ciudad capital de Mcal. Cáceres, San Martín, donde desembarcamos moto y todo, para descansar de los 175 Kms. de viaje fluvial, fascinante y emocionante..

Anticipando e imaginando la realidad de la ruta a Bellavista, Picota y Tarapoto, la Marginal estaba destruida,  poco menos que abandonada a su destino.

Al viajar por tercera vez por la zona del Huallaga Central y sus pueblos, y después de ver en sólo un día todos los avances logrados, gracias a estar enlazada con la vialidad nacional; comenzamos el viaje por una carretera que más parecía un camino de herradura, lleno de zanjas, baches y obstáculos mil, por lo que el avance era lento y pesado, cosa que, felizmente, poco o nada nos preocupó, gracias a estar acostumbrados a viajar calmadamente, viendo, observando y fotografiando el paisaje circundante.

A pesar del acostumbrado ritmo impuesto, el pésimo estado de la carretera se dejaba sentir a lo largo de infinitos tramos, de los 136 kms. que separan Juanjuí de Tarapoto.

A pesar de las limitaciones viales, muy claro estaba el cambio operado en las poblaciones ubicadas a lo largo del tercer tercio de Huallaga Central, con construcciones de cemento y materiales nobles, reemplazando ostensiblemente a la caña brava, a los techos de palmera y materiales del lugar.

Así pasamos por las capitales provinciales de Bellavista y Picota, además de varios otros distritos y caseríos ubicados a la margen izquierda del río Huallaga.

Luego de una etapa bien movida y sacudida llegamos a Tarapoto, la capital comercial del departamento, y provincial de San Martín.

Arribando a la Plaza de Armas nos dimos con una monumental y tremenda sorpresa, pues los inmuebles que anteriormente y en su gran mayoría eran edificadas con materiales de la zona (barro, tejas, caña brava, techos de palmera y,  los de mayor poder económico de calamina, etc.); esta vez, la realidad y el cambio era¡¡¡total!!! . . . simplemente increíble .

Desconcertados, confundidos y admirados por lo que teníamos a la vista y  como si estuviéramos en una moderna ciudad de cualquier otra latitud, el común denominador estaba dado por los  múltiples edificios de ladrillo y cemento, enchapes con mayólica, puertas y  ventanas confeccionadas en aluminio, vidrios templados de piso a techo y demás material modernos, reemplazando a todo lo existente y conocido desde siempre. 

El cambio total y vuelco completo de la realidad de Tarapoto y del departamento de San Martín fue posible el año 1976, año en que ingresó la Carretera Marginal a esta parte del país, antes comunicada sólo por avión, a costos elevados y prohibitivos.  

A pesar del pésimo estado de la Carretera Marginal, producto del accionar de politiqueros y revanchistas, que la dejaron abandonada y a su suerte; experimentábamos y descubríamos por todos lados el tremendo cambio físico de la ”ciudad de las palmeras”: Tarapoto, tanto como de las provincias de Picota, Bellavista, Juanjui y sus varios distritos, ubicados en el Huallaga Central, tercer tercio: Campanilla-Shapaja.

Era por demás fácil imaginar que después de habilitar completamente la carretera, bien asfaltada en sus 618 kms. (Olmos - Tarapoto), el cambio será 100, 200 o 300 veces mayor a lo que existía al inicio de la década de los ´80, pues dinero, es lo que menos faltó, NUNCA,  en esta parte del territorio patrio, gracias a la abundante y gran riqueza agropecuaria, existente en el tercer tercio del Huallaga Central y aledaños.

Habiendo conocido esta parte del país hasta por dos veces en anteriores  ocasiones, continuamos viaje hacia el distrito de Tabalosos, a 40 kms., para aprovechar las horas de la tarde a fin de superar el tramo carretero poco menos que impracticable (lodo por todas partes), logrando el objetivo y quedando a descansar en dicho distrito.

Al día siguiente y ya superados los tramos traumáticos enlodados, continuamos viaje por el famoso Abra de Tangarana (km.557), monumental corte del cerro para hacer posible el paso de la Carretera Marginal a Moyobamba  (km. 505), y Rioja (km. 482).

A pesar del ostensible estado de abandono de la carretera, en ambas localidades también se notaban los sensibles cambios en ambas ciudades, viéndose  muy distintas a lo conocido hasta antes de la llegada de la Marginal de la Selva. Maravillas de la modernidad vial.

Después de una visita de un día por cada localidad continuamos viaje con rumbo a Jumbilla (Bongará  - Amazonas), en un día brumoso y con neblina medianamente densa al paso por Nueva Jerusalén (Km. 462), Nueva Cajamarca (km, 449), Naranjos (km. 435), y parajes varios, hasta alcanzar el río Serranoyacu (km. 428) con su puente Agua Verde, comienzo de la subida a Venceremos (km. 409,) y al Abra de Patricia ( km. 384), límite San Martín - Amazonas, para continuar al Abra Pardo de Miguel (km. 378), y la bella quebrada del Oso Perdido (km. 370), comienzo de la bajada al distrito de Yambrasbamba para concluir en el puente de Balsapata sobre el río Imaza (km. 350).

Por razones de la naturaleza y clima, tanto como por la ubicación geográfica del sector, a partir del km. 365 la vegetación comienza a cambiar y ralear un tanto, cosa que se nota a lo largo de la ruta a Jumbilla, distante 28 kms. del Pte. Balsapata.

Jumbilla, la capital de Bongará, conocida en 1970 y regresando después de una década, se veía igual, cual ciudad abandonada y estancada a comienzos del siglo XX.

Tremenda decepción sufrida, cosa que, al  no haber mayormente nada nuevo por apreciar, al siguiente día salíamos rumbo a Jaén, bajando nuevamente a Balsapata y luego subiendo a la preciosa laguna de Pomacochas (km. 336), y su gran bosque de cedros, para seguidamente descender 32 kms a Ingenio, en la cuenca del río Utcubamba.

Nueva realidad geográfica y paisajista, desarrolloada a lo largo del encañonado río Utcubamba, pasando por Corontachaca (km. 300), Tialango (km. 278), Pte. Magunchal (km. 264), y la Quebrada Honda (km 252), donde, al ceder el severo encañonado, el río genera el ancho y fértil valle, extendido a lo largo de Bagua Grande (km. 230), Morerilla (km. 226), y el fundo Valor, continuando la carretera por el cruce de El Reposo (km. 206), y el Pte. 24 de Julio (km. 196), límite: Jaén, Cajamarca - Bagua, Amazonas.

Ya próximos a terminar la etapa planificada enrumbamos a Chamaya (km. 179), y siempre sobre la Carretera Marginal, ramal derecho, a Mochenta, (km 8), a Fila Alta (km.11), y a Jaén (Km 19), llegando a la capital provincial donde descansamos a fin de reparar energías gastadas en la movida etapa para al siguiente día continuar viaje a San Ignacio. 

D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\Punta de carretera Balsas- Bolivar,km. 7, al pie del río Marañon- Depto. Amazonas.jpg

Gratamente impactado gracias a la nueva imagen presentada por la Carretera Marginal, completamente asfaltada hasta San Ignacio, con nuevos ánimos, nuevas emociones, diferente topografía y paisajes, iniciamos la gran etapa de 108 kms. a San Ignacio, saliendo por las largas rectas a Bellavista y a la quebrada de Shumba, ancha, pedregosa y de cuidado cuando, por falta del respectivo puente, había que cruzar vadeando en  diagonal por el cauce lleno de piedras del tamaño de una pelota y cascajo a granel,  pero felizmente, esta vez, ya con el puente construido.

A gran velocidad (pista asfaltada), seguimos rumbo al Pte. Tamborapa sobre el río Tabaconas y luego al Pte. Cerezal sobre el río Cunia, otra quebrada peligrosa, hoy consolidada mediante un puente de concreto.

A diferencia de lo hecho en 1970 (en camión, lenta y pesadamente por la enlodada trocha carrozable), el avance era espectacular y veloz al paso por el recordado caserío Perico (Km. 77), la desembocadura del Tabaconas en el Chinchipe (km. 80), e inmediatamente (km. 82), el acceso al caserío de  Chuchuhuasi (margen derecha), frente a frente con Puerto Ciruelo (margen izquierda), distrito de Huarango, todos lugares de grata recordación.

Aquí experimentamos algo por demás chistoso cuando esa vez (1970), estando a la espera de un camión que nos lleve a San Ignacio y a pesar del panorama nublado, el clima imperante era súper caluroso, realidad que nos obligaba a refrescarnos cada minuto. 

Paralelamente, al hablarles quejándome por  el insoportable calor imperante, cosa chistosa, irónica y contradictoria, los lugareños me dijeron: ¿calor?. . .  si ¡¡¡hasta "resfriaditos” hay!!! . . todo un chiste de primera línea.

El paisaje, un tanto ralo en vegetación, presentado desde Jaén hasta Chuchuhuasi (km 83), iba cambiando muy lentamente. Pero al transitar por la cuenca del río Chinchipe el cambio es radical,

En esa ocasión, año 1970, eran por demás trágicos los 23 kms.  del tramo "Chuchuhuasi - San José de Lourdes - Huaquillo", a la margen derecha del río Chinchipe, semejando un ancho camino de herradura, totalmente enlodado, baches y charcos al por mayor, interminables pozas de barro, agua y demás obstáculos que hacían que, de hacer el viaje a pie resulte más rápido . . . increíble. 

Pero en esta segunda ocasión, la ruta estaba perfectamente ensanchada, consolidada y asfaltada, haciendo que el viaje a Huaquillo (km. 106), fuera veloz y demore una exhalación, a la inversa de lo experimentado en 1970, que empleamos cerca de 4 horas para el mismo trayecto.

En Huaquillo se abandona la cuenca del Chinchipe para comenzar el enrevesado ascenso por Tomaque (km. 108 y siguientes), hasta alcanza la cumbre del km 121, mirador panorámico de San Ignacio (a 127 Kms. de Jaén y a 1,324 m.s.n.m,), la capital provincial a la que se accede luego de 6 Kms. de marcha.

A diferencia de Jaén (a 729 m.s.n.m.), San Ignacio está rodeada de más vegetación selvática y, lógicamente, con un clima algo más frío.

Como con Velasco y Morales Bermúdez la Carretera Marginal quedó abandonada, la ruta al distrito de Namballe y al caserío de "La Balsa", frontera con Ecuador (42 Kms.). simplemente no existía, realidad que nos traumatizó, no quedando otra cosa que permanecer en el radio urbano de San Ignacio . . . toda una frustración.

Limitados a conocer la ciudad y luego de dos días de descanso, al tercer día y muy temprano procedimos al más que largo y tedioso tramo: "San Ignacio - Jaén - San Carlos" (241 Kms.).

Como ya todo el trayecto era más que conocido, salimos a las 6 a.m. rumbo a Jaén y Chamaya (Carretera Marginal), para seguidamente tomar la "Ruta 4", hasta nuestro destino: el campamento de San Carlos (114 Kms.), sobre una carretera ¡¡¡de chacra!!! . . .  llegando a las 5 p.m. literalmente más que cansados y molidos luego de 11 horas de manejo, no quedando otra cosa que descansar temprano en el campamento del Oleoducto nor  peruano, nuestra salvación, pues al día siguiente se repetiría la situación con la etapa similar hasta Pacasmayo.

Así, a la 7 a.m. y luego de desayunar, iniciamos la subida de 28 Kms. al Abra de Porculla (esa vez, km. 49, hoy km. 46, a 2,144 m.s.n.m.), por la infame trocha guardando las mismas características a lo largo de la Ruta 4, no habiendo motivo para apurarse, pues había que disfrutar del paisaje tanto como cuidar máquina.

Alcanzada la cumbre de Porculla comenzamos a descender al cruce de Olmos (km. 869 de la Panamericana Norte), con el debido cuidado a modo de evitar algún percance con los vehículos que subían, tanto como para evitar el sacudón del día anterior.

Una vez ubicado en Olmos el cambio era radical, gracias a  la autopista, las rectas, el clima y la suavidad del tramo de 204 kms. hasta Pacasmayo, lo que nos movió a hacer varias paradas a fin de conocer los varios distritos que hay en la ruta, sobre todo Motupe y la Cruz de Chalpón, con su famoso santuario, muy visitado a lo largo de los 365 días del año.

 Dentro de la dinámica de ir parando cada vez, resultó que, insensiblemente, la hora pasaba y pasaba, sin darle mayor importancia "por estar ya en la costa". Al reparar que la tarde caía y encontrándonos un tanto lejos de Pacasmayo, aceleramos la marcha, llegando finalmente  a nuestra meta  ¡¡¡ a las 5 y 55 p. m.!!! nuevamente cansados  y maltratados, pero en distinta forma.

Precavidamente y luego de alimentarnos a modo de recuperar fuerzas, pasamos a descansar, pues al día siguiente nos tocaba la tercera etapa planificada: " Pacasmayo - Huallanca ", esta vez de ¡¡¡ 358 kms.!!! ( 230 kms. de asfalto y 128 de tierra).

Como éramos conscientes (y al detalle), de lo que nos tocaba recorrer, sobre todo en lo que respecta al tramo "Santa - Huallanca" , con los rieles del tren retirados para dar paso a la carretera, iniciamos viaje a las 6 a. m. 

Con el frío costero del amanecer y la mente puesta en el distrito de Santa, salimos veloces, pero siempre y por mil razones que no faltan, haciendo paradas en puntos clave a fin de disfrutar del paisaje costero (ejm. en el abra de Coscomba, Km, 480).

Dentro de esta dinámica y gozando del viento costero, pasamos por las capitales provinciales de San Pedro de Lloc, Trujillo, Virú  y los varios distritos ubicados a lo largo de la Panamericana Norte.

Fuera de todo cálculo y demás parámetros, al medio día llegábamos al distrito de Santa, puerta de ingreso al importante, fabuloso y por demás extraordinario tramo que fue ruta del "Ferrocarril del Santa", de singulares características geográficas, tramo que, obligatorio, había que transitar "a paso de procesión", pues, en 1965, este maravilloso trayecto lo hicimos en tren que para nada se detiene, excepto en las estaciones establecidas, hecho que por largos años nos tenía frustrados en exceso. 

Al estar frente a la nueva y tan esperada realidad (viajar por carretera), nos invadió una renovada emoción gracias a, finalmente, poder observar con detenimiento el terreno, paisajes y demás aspectos físicos de la segunda parte de la etapa.

 Al arribar al distrito de Santa comenzaba a hacerse realidad el viaje en moto por el soñado trayecto carretero, desarrollado por la plataforma del tren Chimbote - Huallanca (138 kms.), rieles levantados a raíz el sismo del 31-5-70, que destruyó el departamento de Ancash y lugares próximos.

¡¡¡ Al fin . . . !!! ; podíamos disfrutar detalladamente, y a la velocidad que nos gustara, el singular paisaje del valle del río Santa, comenzando por Tambo Real (restos arqueológicos), Rinconada, Vinzos  y Tablones, poblados y caseríos ubicados en el ancho valle que a partir de Tablones (km. 62), sensiblemente se estrecha para dar inicio al espectacular encañonado donde comienzan puentes, túneles y espectaculares cortes, rumbo a Chuquicara, Mayucayán, Yungaypampa y Huallanca.

Al llegar al singular panorama de Chuquicara (km. 76), se encuentra el primer puente sobre el río Santa, que habilita el camino a Quiroz y La Galgada, antiguas estaciones del ferrocarril, hoy carretera a Pampas, Consuzo y a la laguna de Pelagatos (3,830 m.s.n.m.).

Siempre por la margen izquierda y apareciendo cada vez más el enrocado de la monumental cordillera occidental, se pasa por el paradero de Shacsha (km. 88), desvío al distrito de Macate.

El emocionante viaje continúa por las entrañas de la monumental cordillera de los andes, cada vez más estrecha y desafiante, que obligó a la construcción de túneles, puentes y espectaculares cortes en roca viva a fin de habilitar la ruta.

Dentro de esta dinámica se alcanza los baños termales de Lourdes (km. 104), y luego el túnel "5 Ventanas",(Km. 113, de 700 mts. de largo), sobre el monolítico y vertical paredón izquierdo, de inolvidable recuerdo cuando aún circulaba el tren e hicimos un viaje a pie (1968), para conocer el segmento "5 Ventanas – Huallanca” (25 kms.), obligados a permanecer detenidos a la puerta del gigantesco túnel, hasta que pasara el tren de bajada. Caso contrario; hasta podríamos ser literalmente TRITURADOS en el interior del largo túnel.

Luego de ver que el tren salía del túnel a  una velocidad increíble y consiguientemente aliviados de la ansiedad, seguimos la marcha a pie por la gigante manga, verdaderamente interminable, taladrada en el monolítico núcleo andino. 

Siempre admirando la continuada maravilla del trayecto pasamos por la monolítica portada del enrocado donde se ubica el puente de "El Chorro" (km 115), y  la Estación Huarochirí (km.117), punto en el que, en esa oportunidad y con gran suerte, nos rescató un carro revisor de la línea, trasladándonos los 21 kms. faltantes a Huallanca (km.138).

Pero varios años después y ya libres de ataduras y dependencias de otros medios de transporte, en la moto parábamos donde, cómo y por todo el tiempo que se nos antoje, admirando detalladamente el constantemente extraordinario panorama circundante. 

Con todo el tiempo a disposición, comenzamos la minuciosa observación de Chuquicara (km. 76), inicio del lento y progresivo estrechamiento del río Santa e ingreso a las entrañas de la vertiente occidental de la cordillera occidental, Shacsha (km. 88), puentes y túneles entre los km. 91 al 104 (baños termales de Lourdes), el túnel "5 Ventanas" (Km. 113), la estación de "El Chorro" (Km. 115), con su monumental y monolítico  encañonado, donde se planificó otra hidroeléctrica en base a las aguas del río Santa, la estación Huarochirí (km. 117), Mayucayán (km 126) y Yungaypampa (km.130), desaparecido a causa del terremoto y aluvión del 31-5-70, hasta finalmente alcanzar Gibraltar (km. 136).

Embelesados por el panorama y sin tomar en cuenta para nada la hora, en Gibraltar caemos en la cuenta que ya eran nada menos que ¡¡¡ las 5 y 55 p.m. !!! y como de Gibraltar a Huallanca sólo hay 2 kms., llegamos exactamente a la 6 p.m. a este destino.

Así y resumiendo los tres días continuados de viaje, empleamos de San Ignacio a San Felipe (241 kms.), 11 horas ; a Pacasmayo (281 kms.),11 horas ; y a Huallanca (358 kms,),12 horas .Total; para hacer los 880 kms. manejamos 34 horas en tres días. . . . ¡¡¡ sin haber sentido para nada el cansancio . . . !!!! 

Ya ubicados en Huallanca y habiendo culminado la hazaña de manejar 34 horas en tres días, a modo de descansar nos quedamos para, de nuevo, contemplar el monumental "Cañón del Pato", su orografía y las importantes e interesantes instalaciones de la gran hidroeléctrica, estudiada y planificada por el sabio Santiago Antunez de Mayolo, natural del distrito de Coris, Aija, Áncash.

D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\Zona de los 39 tuneles del Cañón del Pato, Huallanca-Caraz-Áncash.jpg

 

Al reanudar viaje rumbo a Huaraz  avanzábamos lentamente los 12 kms. por entre el núcleo del severo encañonado formado al cortar y traspasar las aguas del río Santa el macizo occidental,  pasando así de la sierra a la costa, tramo en el cual se ubicaban 39 túneles, de los cuales y a raíz del sismo y aluvión del 31-5-70, desaparecieron 4, quedando 35 . . .  todo un espectáculo en sólo 10 kms. de carretera.

A poco de iniciado el corte de la cordillera se ubica la represa reguladora de las aguas que mueven las turbinas de la hidroeléctrica. Asimismo, muy cerca y a la margen derecha, se ubica la pequeña hidroeléctrica de Los Cedros, sobre la quebrada del mismo nombre, el derrotero para subir al famoso Alpamayo (5,947 m.), declarado a nivel del planeta como "El nevado más bello del mundo".

Ya ubicados en la vertiente oriental de la cordillera occidental, y siempre viajando contra la corriente del río Santa, sin pausa y sin prisa alguna, tanto como observando el bello panorama del Callejón de Huaylas con sus enormes y cercanos nevados, se llega a Caraz (Huaylas, Áncash), distante 40 kms. de Huallanca, famoso por sus flores y sus delicias pasteleras.

Siempre, y a "paso de procesión", seguimos rumbo al nuevo Yungay, distante 13 kms. de Caraz y 2 kms. antes del antiguo Yungay, arrasado por el violento terremoto y aluvión de 1970.

De rigor y después de una década, había que volver a ver lo que quedó del precioso Yungay . . . todo trágico, silencioso y barrido por el fuerte viento que a lo largo del día corre en el Callejón de Huaylas.

Como siempre, el ómnibus del "Expreso Huaraz " con su puerta posterior batida por el viento como llamando la atención del visitante, viéndose el interior embutido de lodo y piedras, producto de la avalancha.

El cementerio de Yungay;  lo único que quedó en pie gracias a estar ubicado en un providencial promontorio, logró que la avalancha pase casi sin tocarlo (99. 9 %). Y coronando el terrible paisaje desolado, las dos cabezas del gigante Huascarán (6,655  y 6,768 m.s.n.m.).

Estando tan cerca Carhuaz (22 kms.), lentamente seguimos viaje, dinámica seguida para llegar a Huaraz, a 33 kms., y ahí descansar para lo que faltaba del gran viaje efectuado a lo largo de las cuencas de los ríos Huallaga (Alto, 208 kms. ; y Central, 450 kms.), Marañón y el Callejón de Huaylas..

D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\Laguna de Llanganuco,a 3850msnm. a 25km. de Yungay-Áncash,con el fondo del nevado Yanapaccha(5 954 ms.).jpg

Como no había por qué o para qué maltratarse, al siguiente día y contemplando la Cordillera Blanca, la permanente acompañante a lo largo del famoso Callejón de Huaylas, pausadamente viajamos de Huaraz a Barranca (220 kms.), para, empleando un día más, hacer la etapa final de finales: Barranca - Lima (180 kms.).

Este largo recorrido alcanzó los 3,600 kms., 33 días calendarios y muchas fotos para el recuerdo.

 Así, y gozando incansablemente del Perú, sus carreteras e interminables paisajes, aventuras y emociones sin fin; pensamos que la dinámica viajera sería la misma y por siempre, peroooooooo , la nueva  situación político - social planteada y de todos conocida, trastocó los innumerables y diversos planes de personas, sociedades empresariales, proyectos e ilusiones, en todos los campos de la vida nacional,.

Frente a tal realidad, también había que replantear completamente planes y programas particulares, cosa que nos causó una tremenda desazón al tener que cortar intempestivamente todo plan de viaje por el Perú, salvo buscar querer correr un gran peligro, innecesario y suicida.

Felizmente, y ya habiendo viajado por más del 98 % de las provincias del Perú, el acomodarse al nuevo panorama fue cosa más llevadera buscando planificar viajes "cortos".

En tal virtud, logramos realizar un viaje, aunque repetitivo, tratando de re editar hazañas de antaño y recorridos por lugares siempre atractivos, haciendo un viaje a Huancabamba y luego bajar a Chimbote a modo de hacer el precioso, clásico e incansable viaje: " Chimbote - Huallanca ", 138 kms. de carretera, antes línea del Ferrocarril del Santa, la ruta al Cañón del Pato  y al Callejón de Huaylas. Repitiendo, una vez más la ruta de los 230 Kms. del Callejón de Huaylas rumbo a Conococha, y luego a Pativilca y Lima.

Y como cada año que pasaba la situación política iba de mal en peor, decidimos no salir a ningún lugar, quedando encerrados en la ciudad, acumulando sí los períodos vacacionales para un plan superior.

Por una parte, me sentía cual león enjaulado, pero, por otra, animado por lo que se venía más adelante.

Así, en 1984, logramos comprar la moto 3, para, dos años más adelante y fugando de la realidad político - social que vivíamos, realizar el soñado viaje : " Lima - Santiago - Buenos Aires - La Paz – Lima”, y, a partir de Buenos Aires, continuar hasta Ushuaia, en el extremo y final del continente. 

Este periplo, de 89 días recorriendo 12,000 kms. en moto y 8,000 kms. en ómnibus y avión, resultó una gran aventura, experimentando vivencias totalmente diferentes a todo lo anteriormente disfrutado a lo largo del territorio peruano, cosa que sería motivo de una por demás extensa crónica, la que dejamos para otra ocasión.

Terrorismo y carreteras por demás destrozadas y desastrosas (período de García y su gente), desanimaban al más entusiasta deportista, obligándonos a, nuevamente, permanecer sin atinar a nada.

Recién y a manera de probar el ambiente, en 1994 hacíamos un viaje " corto" por el Huallaga Central Lima - Tarapoto - Carretera Marginal - Tingo María y Lima, observando que la cosa estaba "calma" (Montesinos y Fujimori, traficando en la droga), viviendo experiencias respecto a la coca y sus actores.

Posteriormente, en 1996, y más calmada la situación, a modo de finalizar el plan trazado sobre conocer las 194 provincias, hicimos otro viaje "de locura": Lima - La Merced - Pto. Bermúdez - Pto. Inca - Pucallpa - Iquitos - Ramón Castilla - Iquitos - Pucallpa - Huánuco - Tantamayo - Huacaybamba - Chavín - Lima, ¡¡¡ toda una barbaridad !!!  a fin de conocer las faltantes provincias de Pto. inca y Caballococha (Ramón Castilla), esta última, conocida el 3 - 6 - 96, 

D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\Mangas de la central Hidroelectrica del Mantaro, por el km129 de la carretera Huancayo- Pampas - Campo Armillo(Churcampa-Huancavelica).jpg

 

Así, y después de un larguísimo periplo por el interior del país, logramos visitar las 194 capitales provinciales existentes hasta Julio de 2005. Luego se crearían las provincias de Datén del Marañón (San Lorenzo, Agosto de 2005), y Putumayo (Puerto Algodón, año 2014).

 

   

 

¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡ * F I N A L * D E * F I N A L E S * !!!!!!!!!!!!!!!!!! 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Gracias querido tío Tuco por mostrarnos la majestuosidad de nuestro Perú como muy poco peruanos lo han hecho.

D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\KARKATERA.jpg

D:\Mis Documentos\CRONICAS DE TIO TUCO\con tio Tuco.jpg

Pepelucho




1 comentario:

  1. Sencillamente monumental testimonio de viajes por nuestro aun desconocido Perú. Que envidiables aventuras!!!
    No he recorrido ni la cuarta parte!
    Felicitaciones admirado caballero!

    Gracias por tan inestimable testimonio de viajes!
    Eso se llama Amar al Perú...!

    Cordialmente,

    Percy Gamboa Ugarte

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