El siempre retorno leonciopradino

Rodolfo ‘Tombito’Mendoza XVI CMLP

Siendo niños aún, iniciamos juntos un hermoso viaje lleno de ilusiones, de esfuerzos, disciplina y esperanzas para empezar a forjarnos en la nave que nos llevaría a buen puerto después de tres maravillosos años, llenos de hermosos momentos que compartimos con amor de hermanos. Felices vivimos mil y unaventuras, y a medida que pasó el tiempo completamos nuestra formación, conformando una de las promociones más unidas de nuestro querido Colegio Militar Leoncio Prado.

Hermosa e inolvidable juventud, que tuvo diversas experiencias que fue engrandeciendo nuestras vidas, formando nuestro carácter y aprendiendo a ser líderes para el mañana.

“Las semillas se convirtieron en un bello y coposo árbol, lleno de hermosas hojas y frutos que nacieron para embellecer el mundo”.

La gloriosa nave que encalla en la eterna Costanera será siempre eterno testigo de una hermosa amistad que perdura, que es eterna y que siempre alumbra los caminos de cada uno de los 350 navegantes que al llegar la hora del desembarque, lo hicimos con tristeza, con dolor, pero con la ilusión de un mañana diferente a nuestra juventud, de un futuro hermoso para nuestras vidas y anhelantes partimos con nuestras ilusiones y compromiso del retorno triunfante para agradecer al patrono, el mártir de Huamachuco, el Coronel Leoncio Prado.

Nuestra preparación militar nos ayudó a disciplinarnos en la vida

Por más lejano que haya sido el destino de cada uno, más nos atrae nuestro amor de hermanos y siempre en un día memorable todos alzamos los vuelos del regreso a esa eterna hermandad que nos une, que nos vuelve a la vida aquella que compartimos entre botas, fusiles, uniformes, libros y aulas.

¡Cadetes… buenos días!

¡BUENOS DÍAS!

Subordinación y Constancia!

¡VIVA EL PERÜ!

¡Atención a la lista!

ATENCIÓN!

Jamás olvidamos el cómo aprendimos a arriar velas y cabos; jamás olvidamos al compañero de armas, al hermano que emocionado retorna a su nave del ensueño, que después de largos años, retorna con ansias del abrazo fraterno, del marchar con la amada promoción, al frente, delante de todos sus hermanos que jamás los olvidaron, que siempre los esperaron para completar la bandada de aves que no olvidan el nido y que anhelantes los aguardan con amor fraterno.

Jorge Marusic Rossitto y Fernando KnellGrissbach, volvieron después de muchos

años y sintieron el mismo cariño de hermanos de su amada XVI promoción CMLP.

“Y las aves vuelven a su nido, a su alma mater, a sus queridos hermanos, para vivir nuevamente aquella hermosa juventud, de años maravillosos”

Cada año, cada instante es una confirmación de esa bella amistad imperecedera que nunca se dejará de sentir, que siempre se renueva, que siempre se vuelve a vivir y que a cada momento se reafirma con demostraciones diversas de apoyo incondicional al hermano que se amará eternamente.

Cada alejamiento del hermano querido nos desgarra el corazón, la nave se entristece y los corazones lloran, los viejos muros guardan sus recuerdos, las pistas hacen sentir sus gallardos pasos de desfile y la brisa del mar, silba, acompañando el triste toque de silencio del corneta que llora con su clarín.

La promesa se cumple, la hermandad no se marchita, como la hierba que al sentir el rocío que fluye del cielo; para siempre existirán los navegantes que unidos al sentir el llamado del brigadier, formarán en sus cuadras eternas que ansiosas los esperan para vivir para siempre, los mismos años maravillosos del caballero cadete del Colegio Militar Leoncio Prado.

“El árbol se deshoja cuando cae el otoño, la lluvia se lleva por siempre las hermosas

hojas que florecieron y que se van para adornar los jardines de Dios”

Aquel corazón tan bello como el de sus fraternos navegantes que siempre soñaron con la eterna existencia de aquella hermosa nave que embarcó a grandes hermanos, con la bendición de la divina providencia, encontraron que de su propia sangre su dinastía perdure, como el Sultán que sabio logra dejar su linaje entre sus hijos a aquel que logra aprender a encontrarse con la sabiduría de sus ancestros, para que exista el amor, la historia, la gloria que harán brillar eternamente la antorcha leonciopradina.

Una promoción agradecida con su alma mater, un corazón bendecido por Dios, otorgan a la juventud con amor leonciopradino, la oportunidad de cumplir el sueño de ser el caballero cadete de nuestra alma mater. Y como si fuera escrito por los apóstoles del cielo, surge de entre la sangre de la gran Dieciséis, la continuación de su dinastía, para la complacencia y felicidad demostrada con emoción el día del reencuentro de los hidalgos que compartieron su gran cariño de hermanos, en su glorioso momento que se repite año a año y que ahora se extenderá por los discípulos agradecidos que reciben como herencia el sentimiento más hermoso del hombre… ¡El amor de hermanos!

“Como la oruga que se alimenta de flores, así renace la hermosa mariposa

que continúa la vida, de aquella nave que entonces seguirá existiendo  por siempre”

El otoño se opaca ante la permanente primavera y así es cada reencuentro leonciopradino, cada oportunidad de volver a estar juntos. Brilla el día y fulgurantes los rayos de luz, para siempre estarán alumbrando a nuestra promoción que se corona con la belleza de la confraternidad. Los caminos se acortan y los mares pierden su fiereza para dar paso a los nautas que navegan triunfantes hasta llegar a la hermosa bahía de una gran amistad, una gran hermandad que nació para siempre el día frío, gris y nebuloso pero radiante y emotivo que llenó de gozo al batallón de caballeros cadetes de la Décima Sexta promoción del… Colegio Militar Leoncio Prado.

¡Seguiremos brillando, siempre, como azul hoguera!